30 septiembre 2019

Cascada do Pozo da Ferida

No había preparado yo nada para hacer durante los días que pasamos por Viveiro (Lugo), ya que de lo que se trataba era, precisamente, de descansar. Pero el que es culo inquieto, es culo inquieto y una simple foto de una cascada que parecía pillar cerca, sirvió para aprovechar una mañana y arrimar a conocerla. El Pozo da Ferida es una cascada espectacular, con una aproximación sencilla en un entorno de gran belleza, en la que la mayor dificultad, como suele ser en estos casos, es acercarse con el coche hasta el punto de inicio de la ruta.

16 septiembre 2019

Ibones Azules desde el Balneario de Panticosa

Si bien la idea era la cumbre del Garmo Negro, la cantidad de nieve acumulada aún a finales de junio nos hizo modificar el plan y optamos por acercarnos a conocer los llamados Ibones Azules, al norte de los Picos del Infierno, siguiendo la habitual senda que partiendo de Baños de Panticosa, asciende al refugio de Bachimaña, y que forma parte del GR-11 "Travesía Pirenaica" en su Etapa 14: Refugio de Respomuso - Balneario de Panticosa. Una preciosa jornada que nos tomamos con calma, disfrutando del estupendo día que nos tocó en suerte.

09 septiembre 2019

Colines y Pachón por Cuspasante

Había estado yo mirando a ver qué cumbres me quedaban pendientes por las Ubiñas cuando me acordé del Colines, una cima sencilla pero que queda un poco apartada, lejos de los puntos más habituales de entrada al macizo. Por distancia y desnivel era perfecta para una escapada exprés. En vista del buen ritmo que mantuvimos durante su ascenso, decidimos alargar la ruta con la cumbre del Pachón, otra de las pendientes, para redondear una tarde solo deslucida por las nubes de la vertiente asturiana que nos robaron gran parte de las vistas.
 

04 septiembre 2019

Gorbea desde las canteras de Murua

Un viaje en el que pasaría muy cerca de Murua (Álava) iba a ser la excusa perfecta para una visita rápida a la cumbre del Gorbea, totémica y mítica cumbre vasca que se me apetecía mucho conocer. De entre las diferentes opciones de ascenso consultadas opté por la que partía de las canteras de Murua, diseñando un circuito que me permitiera visitar alguna de las zonas y puntos que más me atraían. Y es que nunca se sabe cuándo podré volver por aquí. El día, un tanto plomizo, no ayudó a las fotos, pero a cambio me permitió disfrutar de la cumbre en completa soledad, algo que no parece muy habitual.