Avelino fue un pastor que murió en la década de los 60 del siglo pasado. Alternaba los veranos en la cueva del Jayáu, cerca de Ordiales, y los inviernos en la cueva Jelipe, en el Dobra. Desde que supe de su historia, y sobre todo, tras conocer la cueva del Jayáu, tenía yo el antojo de visitar también la cueva Jelipe, pero todos los que la conocían me decían que llegar allí era ya tarea casi imposible, que el abandono ganadero del entorno del Dobra había hecho que se perdieran las sendas y que la maleza complicaba mucho el acceso. Con todo insistí hasta dar con quien me llevara. Y allá que fuimos, bajando por la Estaquera y subiendo por el Burdiu.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 09/04/2025
- Zona: Garganta del Dobra. Montaña de Covadonga
- Concejo: Cangas de Onís (Asturias)
- Inicio/Fin: Límite del Parque Nacional de los Picos de Europa, entrando desde Següencu
- Distancia: 12 Km
- Desnivel máximo: 430 m
- Desnivel acumulado positivo: 610 m
- Tiempos: 6 y 1/2 horas
- Dificultad: Muy Difícil. El acceso a la garganta del Dobra siempre es complicado, no solo por la propia orografía, sino también por el abandono ganadero que ha hecho que se pierdan las sendas y caminos. En nuestro caso, el paso del Sedu Lobu y sobre todo el descenso por La Estaquera exigen poner especial cuidado. En el ascenso por el Burdiu hay que superar una corta pero vertical trepada.
- Nota: Sobre la historia de esta cueva os recomiendo el documentadísimo libro La Garganta del río Dobra y las Sierras de Vis y Amieva de Francisco Ballesteros Villar.
- Track: cueva-jelipe-por-la-estaquera-y-el-burdiu
Dejamos el coche en Pozobal, en el límite del Parque Nacional, accediendo por la pista que sale de Següencu. No es que esté especialmente bien, pero un coche alto pasa. Desde allí saldríamos con un día de sol y una temperatura perfecta, tomando por la pista que pasa en un primer momento por Ñajuentes.
Seguimos así el Camín de los pastores de Següencu, que va a ir dándole la vuelta al macizo de los Porros de Vizcalluenga, mientras dejamos atrás la silueta de la Sierra Moruna (derecha) que cae sobre La Riera, en la carretera de Covadonga.
Nosotros avanzamos hacia Narves, con las altas cumbres de los Picos elevándose al fondo.
Antes de llegar a Narves muere la pista, pero continúa un ancho y buen camino.
Aunque no lo seguiremos mucho, ya que en Narves lo abandonamos para dirigirnos a Vizcalluenga, a la derecha del camino que continúa hacia Orbiandi.
Pasamos por Naves d´Abaxu, donde nos liamos un tanto por no perder altura, aunque es más sencillo buscar el fondo de la vaguada, donde se localiza la fuente y por donde discurre la senda.
De todas formas acabamos por salir a la senda por la que ascendemos hacia Vizcalluenga, cuando las espineras nos dejaban a las claras que ya era primavera.
Cruzamos por entre las fincas de Vizcalluenga, o lo que queda de ellas, pues ya están muy tomadas de maleza, cuando ya veíamos a la derecha los Porros de Vizcalluenga, cuya ascensión tenéis documentada en el blog.
Nosotros vamos a ir bajando con tendencia a la izquierda, buscando el corte del Dobra que ya se intuye, con la Sierra de Amieva al otro lado del valle.
Damos así la espalda a los Porros de Vizcalluenga en cuyas paredes se esconde la llamativa Cueva Pegoyos. Hoy íbamos en busca de otra cueva.
Cruzamos una pequeña vega, la de Miguel y enseguida damos vista al enorme valle de Joudios, que se abre al sur, hacia el Dobra. Al otro lado ya veíamos la Sierra de Amieva que comprime la Garganta del Dobra.
Alcanzamos el fondo de Joudios y nos vamos a su salida donde giramos a la izquierda, buscando la entrada a una marcada canal, cerrada en su parte alta por una vieja alambrada.
Empezamos a bajar por Les Vallines que va a ir cogiendo más y más pendiente a medida que perdamos altura.
Preciosa la senda que se pega a las peñas en su parte baja. Íbamos comentando que la senda estaba más marcada de lo que esperábamos.
En la parte baja se abandona la canal de Les Vallines para cruzar a la izquierda. Deberemos alcanzar el collado que se abre a la izquierda de la última aguja.
Ese collado (flecha) en nuestro próximo punto de paso.
Y atrás, ya muy arriba, el punto de entrada en Les Vallines.
La senda cruza a la izquierda es inicia una travesía un tanto colgada en uno de los tramos más guapos de todo el descenso, con la sierra de Amieva al fondo, al otro lado del valle del Dobra.
Ya teníamos una buena vista de la garganta del Dobra.
Toca ganar unos metros por el Sedu Lobu para trasponer una collada, la que marcaba antes con la flecha, que nos da acceso a La Estaquera. La senda seguía sorprendentemente muy marcada. Enseguida íbamos a saber la razón.
Alcanzamos el colladín, cerrado por una reciente alambrada. Allí fuimos a dar con dos chavales, pastores del pueblo de Villanueva, que tenían un rebaño de cabras en la zona. Toda una sorpresa. Y de las agradables. Todavía quedan pastores y cabras en el entorno del Dobra. No se quien se sorprendió más, si nosotros de encontrarlos a ellos, o ellos de vernos a nosotros. Estuvimos charlando un buen rato. Nos comentaron que tenían las cabras más por afición que otra cosa. Que solían acceder a la zona por La Estaquera, por el Burdiu, que era por donde teníamos pensado salir nosotros, y hasta por Los Alapes.
Con tan buen sabor de boca, tras la charla con aquellos chavales, empezamos a bajar por La Estaquera, que recibe el nombre de que en otros tiempos debía contar con estacas para facilitar el paso. Es un sitio donde hay que poner cuidado, aunque no es complicado.
Tras bajar el peor tramo, la senda se va a la izquierda. Arriba, en el círculo el tramo de La Estaquera.
Otra vista atrás
Vamos cruzando hacia la margen izquierda del ancho Canalón de Jelipe, por cuyo centro discurre un pedrero de gran tamaño, La Llerona.
Después seguimos bajando hacia una especie de hombro donde la canal parece cortarse. El acceso más cómodo para descender hacia la ubicación de Cueva Jelipe, puede que sea por la izquierda del hombro, aunque nosotros lo hicimos a la derecha del mismo, sin más problema que pegarse un tanto con la vegetación.
Una corta canal con mucho avellano nos deposita casi a la boca misma de la cueva. Por increíble que parezca, he conseguido que me traigan hasta la Cueva Jelipe y ha resultado bastante más sencillo de lo que esperaba.
Visitamos la cueva con calma. Es amplia, con una buena cama de estiércol. Al fondo, en una galería que se adentra en la montaña, parece manar algo de agua que sin duda en otros tiempos aprovechaban sus moradores.
Por desgracia, el viejo "arrudu" que permitía acceder a la estancia superior, donde en otros tiempos se guardaban los quesos, se ha partido y hoy ya no se puede subir.
Lo que queda del arrudu y la entrada a la estancia superior.
Aún es visible el sarro dejado por las innumerables hogueras encendidas durante años en la estancia para calentar comida y cuerpo. El entorno es precioso. Pocos lugares me han parecido tan salvajes y solitarios, pero precisamente por eso da miedo pensar en las condiciones tan duras en las que se viviría aquí. Otros tiempos y otras gentes.
La entrada de la cueva tiene una zona justo delante un tanto más llana, Los Patatales, que como se nombre indica era donde se localizaba la, sin duda, pequeña huerta que permitía tan agreste entorno.
Las vistas desde el entorno de la cueva son una preciosidad. El Dobra corre encajonado entre verticales paredes. Una vista hacia aguas abajo.
Y otra hacia aguas arriba.
Pues nada. La visita estaba hecha. Quedaba el regreso. Duro regreso y es que esta es de las rutas que se empiezan bajando y se acaban subiendo. De momento tendríamos que remontar todo el Canalón de Jelipe en dirección a Los Alapes.
Por suerte el ascenso del Canalón es bastante limpio y hay huella de paso. No tanta como en el acceso a La Estaquera, pero la hay.
Abajo queda el hombro bajo el que se localiza la Cueva Jelipe, de donde venimos (flecha).
Subiremos todo el Canalón de Jelipe, dejando ahora a nuestra izquierda la ubicación de La Estaquera (círculo) por donde bajamos un poco antes.
El Canalón de Jelipe tiene dos posibles salidas por arriba. A la derecha por Los Alapes y a la izquierda por el Burdiu, que es nuestra opción.
El terreno no es cómodo en ningún momento, pero a medida que ganamos altura parece inclinarse más aún.
El acceso al Burdiu se hace por una especie de estrecha traviesa sumamente inclinada que se abre pegada a las verticales paredes que se alzan sobre nosotros. Muy evidente por otro lado, ya que no hay otra posibilidad.
Por debajo y a la izquierda se abre una corta canal en la que vemos una nueva cueva de la que desconozco el nombre aunque parecer ser que se uso para guardar cabras.
Nosotros seguimos subiendo, siempre hacia arriba y por increíble que parezca con más y más pendiente. La traviesa se transforma en una vertical canal marcada por un tejo en la zona alta.
Casi agarrándonos a la hierba alcanzamos el final de la canal.
Esta muere en una pared vertical, en la que si nos fijamos veremos que tiene una grieta a la derecha por la que podemos subir. Los pastores nos habían anticipado que tenían colocada una pequeña cadena para ayudarse.
Es una trepada vertical, pero sencilla, en la que hay que poner cuidado porque tiene pinta de estar siempre húmeda.
El paso del Burdiu nos da paso al Prado del Burdiu, en otros tiempos prado y hoy tomado por maleza y árboles. Atravesamos este terreno, muy sucio y húmedo, y alcanzamos un nuevo sedo, este muy sencillo que nos saca del Burdiu cómodamente hacia la derecha.
Una vista atrás del descenso por este sedo hacia el Prado del Burdiu.,
Este último paso casi diría que nos escupe a lo que queda de la majada de Las Entradas. Y es que la transición entre las verticalidades de la Garganta del Dobra y la placida y llana majada de Las Entradas es total e inmediata. Tal es así que al sentir por primera vez en horas un suelo llano bajo nuestros pies, no dudamos en sentarnos en aquellas viejas piedras y aprovechar para comer allí mismo.
Después de comer nos toca remontar el alargado valle que sube desde Las Entradas hasta dar con el camino que nos lleve a Gusnuevu. Casi fue lo peor de la jornada, tal es la cantidad de maleza que cubre ya aquella vega, por llamarla algo.
Con todo, por fin, conseguimos salir al camino desde el que echando la vista atrás, vemos las altas cumbres del Cornión.
Desde Gusnuevu vemos al fondo a la derecha los Porros de Vizcalluenga y por delante la ladera por la que habíamos bajado hacia el fondo de Joudios unas horas antes.
Y bajando ya hacia Narves, donde cerraríamos la circular y desde donde regresaríamos a por el coche.
Os dejo el track, no sin avisar de que no es una ruta para todos los públicos, hay que saber donde nos metemos, terreno complicado en donde hay que extremar las precauciones y que puede serlo mucho más con la vegetación alta, pero que a mi me pareció una maravilla como pocas.
Un saludo
Cienfuegos
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Mui guapa Javi, un placer topar dalguna ruta novedosa y aventurera peles redes. Un abrazu
ResponderEliminarYa la fice va unos meses pero esta quería publicala porque ye verdá que del entornu´l Dobra nun hay muncho publicao y presta encontrar delles coses.
EliminarMe ha encantado la ruta y sé de alguno que estaría deseando hacerla.
ResponderEliminarhttps://pucaviaia.blogspot.com/2022/05/el-canaliciu-el-cantu-las-fuentes-paso.html?m=1&fbclid=IwY2xjawOonA5leHRuA2FlbQIxMABicmlkETBLb2NsR0dCRnVqbkVZWjJKc3J0YwZhcHBfaWQQMjIyMDM5MTc4ODIwMDg5MgABHjUHTXbFFgnOJpiyqB9Su38e4vIMuJH5wue2CbS_2QvbOEkwClo7Fcb-TmHN_aem__ujZKxbXvDwix6PoJlO7wg
Un saludo.
Esta a Pucavi le queda corta. Él entraría por los Alapes, bajar hasta el Dobra desde los Patatales, pasar a Panderguanzou ya en la margen contraria y subir por el Agua Timarru, jjjj
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