26 julio 2021

Castro Valnera desde Pandillo

Reconozco que exceptuando la parte correspondiente de Picos de Europa, tengo la montaña cántabra bastante abandonada. Y no será por falta de ganas o atractivo. Al revés. El Castro Valnera era una cima deseada desde hacía mucho, pero el viaje hasta allí siempre tiraba para atrás. El año anterior se quedó en pendientes, pero este verano conseguimos preparar un viaje exprés para tachar alguna que otra cosuca, que dirían por la zona. El tiempo condicionó un tanto la ruta elegida, de manera que al final subiríamos por el recorrido del kilómetro vertical y volveríamos por el valle de Ruyemas, para cerrar una preciosa circular.


DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 01/07/2021
  • Zona: Valles Pasiegos
  • Municipio: Vega de Pas (Cantabria)
  • Inicio/Fin: Pandillo 
  • Distancia: 15,5 Km
  • Desnivel máximo: 1.250 m
  • Desnivel acumulado positivo: 1.440 m
  • Tiempos: 7 y 3/4 horas
  • Dificultad: Moderada. Si bien el ascenso por el recorrido del kilómetro vertical es bastante habitual, hay que tener en cuenta que la pendiente llega a ser extrema en algún punto y que en caso de encontrar el terreno mojado, podría complicarse más.
  • Track: castro-valnera-desde-pandillo



Aparcamos en Pandillo (515 m) con una mañana triste y muy metida en nubes bajas. El terreno estaba mojado y condicionó la ruta, así que dejando de lado la idea de ascender por los Lastreros y Torcaverosa o incluso por el valle de Aguasal, lo haríamos por la más habitual ruta que sigue el recorrido del Kilómetro Vertical de Castro Valnera, así que cruzamos el puente sobre el arroyo de Ruyemas para empezar a ganar metros.


Senda ancha y muy evidente en esta parte, que asciende con varias revueltas.


Las casas de Pandillo ya bajo nosotros.


Las vistas se abren hacia la cabecera del valle de Ruyemas, por donde regresaríamos. Las cumbres quedaban ocultas entre las nubes.


Alcanzado un cruce tomamos la senda de la izquierda, la que sigue el PR-S.62 "Miradores de Valnera". Regresaríamos por la de la derecha.



Más arriba y aún a vista de Pandillo, cortaremos otra senda que nos habíamos saltado más abajo y que es la del Kilómetro Vertical. Sube más directa, pero tal y como estaba de mojado el terreno preferimos hacerlo por la del PR.


La cabecera del valle de Ruyemas, con alguna de sus cabañas.


Nosotros pasaremos sobre las cabañas del Helguerón que casi ni vemos al quedar un poco por debajo de la cumbrera por la que asciende la senda.


Poco después nos meteríamos ya en la niebla con el terreno totalmente empapado.


Pero tuvimos suerte ya que a la altura de las cabañas de Colina, salimos de la línea de niebla y el Castro Valnera nos daba los buenos días.



El Castro Valnera con Peña Negra o La Capia a su derecha.


Seguimos subiendo, dejando ya bajo nosotros la niebla y con el terreno más seco a medida que ascendíamos. Con todo la mojadura de botas y pantalones ya era de las buenas. En este tramo se supera la zona de mayor pendiente de todo el ascenso.



Vamos a ir cortando la ladera con tendencia a la derecha, buscando salir por encima del collado de Peña Negra.



En algún punto casi hay que hacer hierba-tracción tal es la pendiente, pero en general se deja subir bastante bien.


Llegando al collado de Peña Negra. En realidad salimos por encima de él.


Al alcanzar el collado damos vista a la Cubada Grande, otra guapa mole, ya en terreno de Burgos.


Subimos subiendo y dejando a nuestras espaldas Peña Negra.


Por encima nuestro cortan la ladera varias "cejas", o bandas horizontales de caliza que habrá que atravesar.


Una en concreto da más problemas y hay que buscarle el paso, más sencillo cuanto más a la derecha. Nosotros lo intentamos antes por la izquierda, sin mucho éxito.



Superada la ceja, el terreno tumba un tanto y lo que resta es más sencillo. Subimos rápido hacia la cumbre del Alto los Dojos.



Y cumbre en el Alto los Dojos (1.709 m). El límite Cantabria-Burgos quedaba claramente delimitado por la línea de nubes.


Pero a nosotros se nos van los ojos a la cumbre del día, la del Castro Valnera que ya tenemos al alcance de la mano.


La aproximación a él es espectacular ya que se va por el borde mismo con vistas a las impresionantes caídas que ofrece su cara noroeste. Tan solo da guerra un corte en el que hay que buscarle las vueltas para bajar.



Y con un último esfuerzo ganábamos su cumbre (1.718 m), donde nos recibían el vértice geodésico y su buzón, además de una excursión de chavales de Bilbao que se iban a ir al poco de llegar, dejándonos la cumbre para nosotros solos.


El mar de nubes nos roba las vistas sobre los valles pasiegos, pero a cambio nos regala un marco sin duda precioso de las agujas del Castro Valnera emergiendo entre él.




El contrapunto lo ponen las despejadas vistas hacia Burgos, con la Cubada Grande y el valle del Trueba que baja hacia Espinosa de los Monteros.


La zona de Peña Lusa.


La estación del Picón del Fraile.


De los que sobresalen entre las nubes, el que se ve más a la izquierda es el Porracolina. Sería nuestro objetivo para la jornada siguiente.


Y foto en cumbre del "Equipo completo, equipo Comansi".


Nos tomamos la cumbre con calma, ya que teníamos todo el día por delante, pero después de comer y de intentar secar un poco los calcetines, tocaba bajar y lo haríamos siguiendo la senda que, bordeando la Cubada Grande, se dirige a la carretera del puerto de las Estacas de Trueba.


Curiosas llávanas o llastras, con la Cubada Grande al fondo.



La senda desciende hacia la collada que separa el Castro Valnera de la Cubada Grande cuando volvemos a ver Peña Negra a la derecha.


Y hacia ella nos vamos. Dejamos la senda que sigue hacia Estacas de Trueba para ir arrimándonos a la base de Peña Negra.


La Cubada Grande.


Y cumbre de Peña Negra o La Capia (1.509 m), con un pequeño buzón y el Alto los Dojos al otro lado del collado.


El puerto de Estacas de Trueba, que límite de Cantabria y Burgos, como se empeñaban en demostrar las nubes.


Peña Lusa aún se recortaba a la izquierda de la Cubada Grande.


Y al rato, para abajo, recorriendo la cresta de Peña Negra, hacia el suroeste.



Ya metidos en la niebla bajamos la cresta hasta su extremo en la Peña el Cuervo, donde hacemos un brusco giro al sureste para dar con el mejor paso que permita atravesar las verticales paredes de Los Riscos.


Luego, guiándonos por el GPS entre una cerrada niebla, vamos bajando con tendencia a la derecha hasta alcanzar las cabañas de El Rostro. Nos llamarían la atención el tamaño de las escaleras que se gastan en todas las cabañas de la zona.


Bajamos como y por donde mejor podemos entre la niebla, hasta que damos con el primero de los postes indicadores del PR-S.76 por el que vamos a regresar. De todas formas la senda del PR está en claro abandono, comida por la maleza, y cuesta seguirla en la zona alta del valle.


Se irá haciendo más evidente a medida que perdamos altura.


Una pena la niebla, ya que esta parte tiene que ser preciosa. A nuestra derecha intuimos, más que vemos, verticales paredes y el río descolgándose en pequeñas cascadas.


La entrada en el Monte los Alisales resulta tan lúgubre, como preciosa. Las nieblas envuelven el bosque en un halo de misterio.




Toca vadear el río que, por suerte, venía con poca agua.



Y alcanzamos las praderías y cabañas de Ruyemas, con sus enormes escaleras.


La margen izquierda del valle lo cubre el monte Las Garmas, un precioso bosque.


La margen derecha lo forma la despejada ladera que asciende hacia el Castro Valnera.




Poco después alcanzábamos nuevamente le cruce de caminos de los dos PR por donde habíamos pasado por la mañana. Ya solo quedaba descender hacia Pandillo, donde no había llegado a despejar en todo el día.

Y tras el cambio de ropa y la despedida a unas botas que allí fenecieron, para Vega de Pas a tomarse una cerveza (o dos) y luego seguir viaje hacia La Gándara, en Soba, donde teníamos reservado para dormir. Al día siguiente tocaba nueva ruta por el Parque Natural de los Collados del Asón, pero eso os lo cuento en otra entrada. Os dejo el track.



Un saludo
Cienfuegos

4 comentarios:

  1. Cuanto me alegra que quitaras de la lista de pendientes el Castro Valnera, una de mis montañas más queridas.
    Fantástico reportaje, no espero menos del Porracolina.
    Un saludo.

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    1. Tenía muchas ganas de ascenderlo y la verdad es que me encantó. Una pena no haber tenido mejor día para disfrutar de las vistas, pero dió igual. El mar de nubes también fue un puntazo. A ver cuando saco un rato para publicar la del Porracolina que esa fue más espectacular aún.
      Un saludo

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  2. Desconocido para mi el Castro Valnera, como bien dices la distancia hasta la Vega del Pas más luego la ruta, se hace un poco largo para un día.. por tu report es una zona bien guapa e interesante.. a ver si algún día
    Un Saludo Javier.

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    1. Pues no te diré que vayas, porque pilla lejos, pero tú, apúntatelo y si un día por lo que sea, te pilla de paso o te cuadra, no lo dudes. Un montañón precioso. Un saludo

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