10 agosto 2024

Peña Trevinca desde la laguna de los Peces

La idea era otra, pero la mala previsión por todo el norte, me empujó a buscar alternativas más al sur y Peña Trevinca, techo de las provincias de Orense y Zamora, llevaba mucho tiempo entre las pendientes. De las posibles aproximaciones, la que parte desde la Laguna de los Peces en Sanabria, era la que más se me apetecía, aunque sabía que suponía una ruta de no menos de 25 Km. Se ve que me pareció poco y preferí no volver por el mismo sitio, si no darle la vuelta a la cabecera del valle del Tera pasando así por otras cinco cimas y alargando la ruta hasta los 31 Km. Una larga jornada en la más completa soledad ya que no vería a nadie hasta llegar de vuelta al aparcamiento y en la que encajaría a la perfección una expresión en alemán, "sturmfrei", que podríamos traducir como la libertad de estar solo o la capacidad de hacer lo que quieras.

DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 21/06/2024
  • Zona: Parque Natural del Lago de Sanabria y alrededores
  • Municipios: Galende y Porto (Zamora) y Encinedo (León)
  • Inicio/Fin: Aparcamiento de la laguna de los Peces
  • Distancia: 31 Km
  • Desnivel máximo: 535 m
  • Desnivel acumulado positivo: 1.270 m
  • Tiempos: 10 horas
  • Dificultad: Moderada.
  • Track: circular-al-peña-trevinca-desde-la-laguna-de-los-peces


Había dormido por la zona, lo que me permitió salir temprano del aparcamiento de la Laguna de los Peces. Mañana fresca a aquellas horas, aunque en realidad no haría excesivo calor en ningún momento del día. De momento dejaba la laguna a la derecha. Por ella volvería por la tarde si todo iba como contaba.



Yo tomaría la Senda 7 del Parque Natural de Sanabria, la que se dirige a Peña Trevinca, dejando atrás el solitario aparcamiento en el que solo había dos coches que parecían haber pasado la noche allí. 


En esta primera parte la senda, ancha y muy evidente en todo momento, asciende con una pendiente muy llevadera por la falda sur de Peña Cabrita, pasando junto a un pequeño refugio.


Por encima de la ladera asoman las primeras cumbres al otro lado del valle del Tera, la zona del Moncalvo. Me sorprendo viendo que todavía quedaba nieve en las cumbreras.


Si hay algo que caracteriza al recorrido de Peña Trevinca es el agua. Todo el entorno está configurado por una sucesión de turberas en las que se abren numerosas charcas y lagunas. De hecho, todo el terreno esta permanentemente empapado, más si como fue mi caso venimos después de varios días de fuertes tormentas. Lo normal será llegar a cumbre con los pies mojados. Por contra podremos disfrutar de un paisaje que no deja indiferente. 


Dejaremos a la derecha la cota de Peña Cabrita y alcanzamos una zona muy tendida, una especie de altiplano por el que nos aproximamos a un amplio collado, el Casal de la Porquera.


En el Casal de la Porquera alcanzamos un cruce con la senda que a la derecha se dirige a la Laguna de las Yeguas o de Murias. La dejo para seguir por la Senda 7, cuándo ya veo emerger al frente la pirámide de Peña Trevinca (flecha).


Desde el collado la senda inicia un prolongado descenso hacia la majada de Rosinos. La vista del valle del Tera y el circo de cumbres que lo encierran es de las que enamora. Un precioso ejemplo de valle glaciar.  


A la izquierda tendremos una buena vista sobre el embalse de Vega del Conde.


En el descenso pasaremos junto a la estupenda fuente del arroyo de la Cuchilla, en la que aprovecho para cambiar el agua, ya que no tendremos más hasta llegar a la laguna de las Yeguas, ya casi al final de la ruta. Cruzo el arroyo de Riopedro y desciendo hacia el refugio de Riopedro, abierto y que puede servir para hacer noche.


Alcanzo el fondo del valle y cruzo sobre el río Tera. Peña Trevinca ya siempre al frente. De todas formas, las distancia engañan. El valle es realmente largo y alcanzar su base llevará un buen rato, debiendo sortear numerosos arroyos y zonas encharcadas, lo que ralentiza la marcha.


Con todo la aproximación es una delicia, o así me lo parece. Disfruto del paisaje y de la soledad. Tan solo algún grupo de vacas me acompañan. Además, la temperatura resulta perfecta para caminar.


Poco a poco me voy acercando a Peña Trevinca. Desde la vega del Tera me quedarán casi 500 m de desnivel a cumbre. 


En la vega el valle se divide, con el arroyo del Maseirón entrando a la izquierda. Subo junto a él.


La majada de Trevinca, en el fondo del valle del Tera, va quedando abajo. 


A la izquierda se abre otra vega superior, la del Maseirón, rodeada de varias cumbres que superan ya los 2.000 m y en la que pastaba un buen rebaño de vacas.


Por mi parte yo me voy a tomar el ascenso con calma. La ruta es muy larga y no conviene forzar cuando apenas si llevo una tercera parte de la misma.




Y por fin, no sin esfuerzo, alcanzo la cumbre de Peña Trevinca, techo de Zamora y de Orense, una cima que se me apetecía desde hacia mucho tiempo.


Me quedo un buen rato en cumbre. Sentado sobre la cruz de hormigón caía, aprovecho para comer algo, beber, intercambiar varios mensajes de teléfono y, sobre todo, disfrutar de las vistas.


La línea de dosmiles se alarga al sur hasta el Moncalvo. Ese se quedará para otro viaje.


El valle del Tera que he venido recorriendo. Al fondo se intuye la traza del descenso desde el Casal de la Porquera.


Vistas a la vertiente norte.


Y mientras como, observo parte del recorrido que tengo por delante, desde Peña Survia a Peña Vidulante, con El Picón, al fondo a la derecha.


Por fin decido seguir ruta. La idea es recorrer toda la cabecera de la margen izquierda del valle del Tera, así que lo primero es bajarse de Peña Trevinca y seguir a Peña Negra y Peña Survia.


Peña Negra será la cima más "montañera" de la jornada, al ser la que presente un cima más agreste.


Paso por una antecima y corono Peña Negra, con Peña Survia al otro lado del amplio collado. Al fondo en el centro de la foto se destacan los Montes Aquilanos.


Al norte de Peña Negra se abren los valles que descienden hacia La Cabrera, en el extremo sur del Bierzo.


Peña Trevinca (flecha) ya va quedando atrás.


Peña Survia a la izquierda y Peña Vidulante a la derecha, con el Picón entre ambas. Sobre éste, al fondo del todo, se destaca el Vizcodillo.


Hago el descenso de Peña Negra a pura cresta. Hay que poner algo de atención ya que, aunque sencillo, presenta fuertes caídas.


Paso bajo el Alto de Ladeira das Medias para seguir directo a Peña Survia. El brezo estaba en flor y embellecía el paisaje.


Cumbre de Peña Survia. Guapa, con una ladera tendida al sur que contrasta con los grandes cortados que presenta al norte.


Vistas hacia La Cabrera. En la zona se abren enormes canteras de pizarra que enriquecen la comarca al tiempo que afean el paisaje.


Al fondo (izda) destaca la redondeada cumbre de Cabeza la Yegua, en el cordal de los Montes Aquilanos.


Tras un breve descanso continúo ruta bajando hacia la Portilla de Morena Cavada. De momento la cumbre de El Picón entraba en la lista de visitables.


A la derecha voy dejando en todo momento el valle del Tera, con Peña Trevinca (dcha) sobre él.


Bajo por la ladera sur hasta cortar una marcada senda que, a la derecha, me lleva a la Portilla de Morena Cavada cuando ya doy vista al Lago la Baña, bajo la mole de El Picón.


Es aquí cuando me fijo en que ganar El Picón supone recorrer un largo tramo de cresta que tendré que desandar para seguir ruta. Empiezo a replantearme hacerlo.


De momento bajo a la Portilla de Morena Cavada. Salir de ella supone auparse a una quebrada cresta en la que toca apoyar las manos. Luego sigo remontando hacia la cumbre de Peña Vidulante.


El Lago la Baña afeado por la pizarrera que se abre tras él.


Una pena, porque el lago y su entorno, es precioso.


Peña Trevinca y Peña Negra.


En el último tramo la cresta de Peña Vidulante vuelve a tornarse muy agreste y exige ayudarse nuevamente de las manos. Sencillo y entretenido.


Y cumbre en Peña Vidulante. Contrariamente a la cresta que la precede, la cima es totalmente plana. Al fondo una nueva vista de El Picón.


Apenas paro en cumbre. Empieza a ser hora de pensar en comer algo, así que bajo hacia la Laguna de los Patos, por delante de El Picón.


La laguna me parece una preciosidad. De lo más guapo de la jornada, así que paro a comer allí tranquilamente e incluso me tumbo un rato acunado por el croar de lo que parecían cientos de ranas.


Tras la comida toca decidir, y lo que decido es saltarme El Picón. La ruta ya es lo bastante larga y no me apetece tener que desandar ese largo tramo de cumbrera. Además las vistas no parece que vayan a ser muy diferentes de lo que ya he disfrutado o lo que me queda por delante. Me despido del Lago La Baña, con Peña Survia a la izquierda.


Así que un poco después de la Laguna de los Patos, dejo la ladera de El Picón a la izquierda y corto a la derecha hacia un amplio collado, la planicie de El Camello, desde donde desciendo hacia un nuevo collado a los pies del Alto de Riopedro.


En el collado doy vista a un nuevo valle, el de Cadabal, que desciende hacia el pueblo de La Baña.



Me aparto de la cumbrera que cae sobre el valle y asciendo la tendida ladera hasta la amplísima cumbre del Alto de Riopedro, marcada por un simple hito de piedras, con Peña Trevinca nuevamente al fondo.


Desde el Alto de Riopedro desciendo ahora hacia una nueva collada en la que se asienta la Laguna de Fueyo Grande, con la plana cumbre de Los Tres Burros (círculo) al fondo. Será la última cima de la jornada.


La Laguna de Fueyo Grande parecía estar más cerca, pero me lleva un rato alcanzarla, y es que en realidad es más grande de lo que parecía desde lejos.


Remonto una nueva ladera, por suerte será la última de la jornada y es que los kilómetros ya empezaban a pesar. También voy dando vista a un nuevo valle, el de Montrabea. Los Tres Burros a la derecha. El nombre de la cima le viene por los tres grandes bloques de piedra que hay en su cumbre.


El Vizcodillo se eleva sobre Los Tres Burros.


Dejo a la derecha la amplia e insulsa cima de La Plana - el nombre lo dice todo - y continúo por el borde del cordal hacia Los Tres Burros.


Cumbre de Los Tres Burros. Curiosa cima. En lo más alto de uno de los tres bloques voy a sentarme un rato a decidir la ruta de regreso. Traigo un track, pero se que corta una zona de monte bajo muy incómoda. De hecho no parece haber alternativa buena. La menos mala parece pasar por la cumbre de La Plana, bajando luego junto al arroyo Vallinón.


Al final, ni una ni otra. Me buscaré la vida. Bajo de cumbre por una zona recién desbrozada y tomo una buena senda que va a ir cortando la cara sur de La Plana casi en llano. Por un momento espero que me lleve al Vallinón, pero acabo por perderla cuando ya veo a la lejos la laguna de los Patos. Con todo las distancias engañan. Me quedan alrededor de 5 kilómetros hasta el aparcamiento y se me van a hacer eternos.


Con la orientación clara, bajo por donde mejor lo veo, saltando de una pequeña vega a otra y cortando algún tramo incómodo de brezo. Además toda la ladera rezuma agua y casi da más guerra que la vegetación. 


Por fin alcanzo una buena senda. Es la que pasa desde el Casal de la Porquera hasta la Laguna de las Yeguas.


El aparcamiento ya se ve perfectamente, pero aún sigue quedando un tramo largo. Las ganas de llegar ya iban siendo muchas. 


De todas formas, yo abandono la senda para dejarme caer hacia las cabañas de la majada de Murias. Y es que solo un poco por debajo de las cabañas hay una estupenda fuente en la que voy a parar a beber, qua ya venía con ganas de agua fresca.


Luego ya bajo hacia la Laguna de las Yeguas o Laguna de Murias, en donde un puente de piedras ayuda a salvar el desagüe de la laguna que estaba a rebosar.


Desde la Laguna de las Yeguas baja un rectilíneo y ancho camino hacia la Laguna de los Peces. A aquellas alturas ya me lo tomo como un mero trámite que hay que tragar tan pronto como se pueda.


Por fin alcanzo la última laguna. Desde ella una pista asciende hacia el aparcamiento. Es el último kilómetro, pero será el más pesado.


Por fin en el aparcamiento cerraba esta larga, larguísima, circular. A aquellas horas estaba algo más animado. Un par de chavales y una pareja, tampoco es que hubiera aglomeraciones, la verdad. Cambio de ropa, un último trago de agua y luego para El Puente, a celebrar la cumbre con una buena cerveza antes de iniciar el regreso a casa. Os dejo el track.


Un saludo
Cienfuegos

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