El trofeo de la FEMPA llegaba a su fin y a Xoserra le faltaban aún tres cimas para completarlo, así que me ofrecí a acompañarlo y tachar de un plumazo dos de ellas, las de La Ḷḷaguna y el Estorbín de Valverde. Son cimas cuya ascensión ya está documentada en el blog accediendo desde Asturias, pero que en esta ocasión íbamos a coronar partiendo desde el pueblo de Piedrafita, en la vertiente leonesa, para recorrer un largo tramo de la Cordillera Cantábrica a caballo entre Asturias y León, pasando por las cumbres del Morgao, La Ḷḷaguna, El Bolero y el Estorbín de Valverde.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 23/09/2017
- Zona: Alto Torío
- Municipios: Cármenes y Villamanín (León) y Aller (Asturias)
- Inicio/Fin: Piedrafita
- Distancia: 21,5 Km
- Desnivel máximo: 810 m
- Desnivel acumulado positivo: 1.380 m
- Tiempos: 7 y 1/2 horas
- Dificultad: Moderada. No hay grandes dificultades más allá de la distancia.
- Track: del-morgao-al-estorbin-desde-piedratita
Dejamos el coche en el pueblo de Piedrafita (1.310 m), justo donde el asfalto de la carretera da paso a la pista que asciende hacia el puerto homónimo, cuando los primeros rayos del sol daban ya en las cumbres que cierran la cabecera del valle del Torío.
La pista de Piedrafita nació con aspiraciones de carretera que comunicaría León y Asturias, pero el proyecto se quedó a medias. En la vertiente asturiana apenas se acometieron trabajos (en 2016 se construyó una pista sobre el viejo camino). En cambio en la leonesa se llegaron a colocar incluso enormes miliarios que parecen señalar los puntos kilométricos.
Nosotros no subiríamos mucho por la pista, ya que sobrepasado apenas un kilómetro la dejamos para tomar a la derecha por otra que asciende por el valle de Gucipeña, desde la que vemos al fondo la cumbre de La Ḷḷaguna, uno de los objetivos del día.
La pista da una cerrada curva a derechas y tras remontar un tramo más, muere en lo que parece ser una vieja mina o cantera. Desde ella vemos la cabecera del valle de Piedrafita iluminado por el sol.
Tomamos por un poco perceptible sendero que va a ir ascendiendo por la ladera de la Peña el Portillo. Ya en la zona alta y sin llegar a ganar la cumbrera, seguirá cortando la ladera norte, dirigiéndose hacia la collada Morgao, que cierra el valle.
Una nueva vista atrás. Destaca sobremanera la agreste cara norte de la Peña Guazones o Peña Celleros, a la izquierda de la foto.
En nuestro caso tomamos una senda que discurre próxima a la linde del bosque y que muere un poco más allá. La senda correcta discurre paralela y más alta y a ella acabaríamos por salir tras remontar un tramo monte arriba.
En cualquier caso toda la ladera está tapizada de monte bajo, brezo y arandaneras principalmente, por lo que no hay mucho problema para moverse por ella.
Un último repecho nos iza a la collá Morgao (1.778 m), en la que damos vista a la vertiente asturiana, al valle del Aller, con la Peña Redonda a la izquierda y el Nogales al fondo y en el centro.
Pasamos a la vertiente de Asturias y acometemos el ascenso final a la Peña Morgao, de la que bajan a darnos los buenos días cuatro mastines, con más bien pocas ganas.
La cumbre caliza del Morgao destaca entre las cimas que la rodean, tapizadas de las arandaneras que ya vestían los rojos otoñales.
Hacemos cumbre en la Peña Morgao (1.942 m). Desde ella vemos justo delante el Pico La Ḷḷaguna a donde iremos a continuación y a su derecha y al fondo del todo, el Estorbín de Valverde. De este último nos separaban más de 8 Km de Cordillera Cantábrica, que habríamos de recorrer a caballo entre León y Asturias.
Bajo la cumbre, la Vega la Ḷḷaguna. Por detrás identificamos Peña Mea (izda), Peña Redonda (dcha) o el Retriñón (casi detrás de ésta).
La cabecera del valle del Aller, con mala luz por la posición del sol, muy bajo aún.
El valle de Gucipeña por donde acabamos de subir y de nuevo la Peña Guazones, que se llevaría no pocas fotos, con el Brañacabalo tras ella y a su izquierda.
No paramos demasiado en cumbre. En realidad esta ni estaba prevista y solo la subimos porque yo tenía el antojo, ya que aún no la conocía. Descendemos por la arista que la comunica con La Ḷḷaguna.
Una vista atrás. Guapo el Morgao visto desde este lado. La cresta es sencilla, pero hay que poner atención en algún tramo con fuertes caídas y en donde puede haber que apoyar puntualmente las manos.
A la derecha dejamos la Vega la Ḷḷaguna con el pequeño lago que le da nombre. Por ella había ascendido en anteriores ocasiones desde La Paraya, como os conté AQUÍ.
Último tramo a cumbre de La Ḷḷaguna, de la que ya vemos el vértice geodésico.
Y cima de La Ḷḷaguna (1.962 m). Años hacía que no la visitaba. Desde ella volvemos a ver el Estorbín de Valverde (dcha) y también el Guazones (izda).
Las vistas similares a las del Morgao. Una hacia Peña Mea, con el valle del Aller. En el fondo del valle se aprecian las casas de Casomera.
Peña Redonda y por detrás y a su izquierda el Retriñón.
Los Picos de Europa por detrás del Pico Torres.
Una nueva vista de la cabecera del valle del Aller con el Morgao a la izquierda. Al fondo del todo a la derecha, destaca sobre el resto la cumbre de La Morala.
Pero lo que nos queda de tajo es precisamente hacia el lado contrario. Deberemos recorrer todo el cordal que hacia el oeste va descendiendo hacia el Puerto de Piedrafita, para remontar a continuación la cumbre del Bolero y recorrer el último tramo hasta el Estorbín de Valverde.
En la zona alta tiraba mucho viento, tanto que a punto estuve de quedarme sin mi habitual gorra. Tras perder un rato para recuperarla, bajamos por la cara norte, pasando sobre la Vega la Ḷḷaguna, que dejaremos a la derecha.
Pasamos por la modesta cumbre del Cuetu Muxicu y afrontamos todo el cordal que se dirige al oeste hacia el Cuetu Pandu, que bordearemos por su derecha para seguir hacia hacia la Vega los Ḷḷagos.
Al norte de la cordillera vamos dejando las vegas del Alto del Puerto y más abajo las fincas del Mayaín.
Alcanzamos la Vega los Ḷḷagos (1.835 m) en la que pese a la sequía de este año aguantaban un par de lagunas.
Las vistas hacia el Guazones o Celleros desde aquí resultan preciosas.
Salimos de la vega por la vertiente leonesa mediante un marcado sendero que desciende hacia el cercano puerto de Piedrafita, con el Estorbín a la derecha.
Alcanzamos el puerto (1.683 m), marcado con un nuevo miliario.
El valle de Yananzanes, con el Cuetu la Boya enfrente.
Desde el alto del puerto nos dejamos caer por la vertiente de Asturias para recorrer un corto tramo de pista hasta una cerrada curva a derechas en la que la abandonaremos para tomar por una senda que, a media ladera, corta la base del Cuetu Vea para dirigirse a la collada La Reonda o de Bustempruno.
Guapo el sendero en este tramo, atravesando algún bosquete de hayas y que nos encontramos mucho más evidente y pisado de lo que esperábamos.
El valle desciende hacia la cercana majada de Bustempruno.
La collá La Reonda o Bustempruno (1.648 m) por la que entramos en el circo glaciar, pues tal parece, que encierran las cumbres del Campastiñosas (izda), Vallequín (centro) y Aguazones (dcha).
En la vertiente leonesa vemos la cabecera del valle Aguazones, donde nace el río Torío.
En vez de tomar por el sendero que se dirige a la collada Vallequín, nosotros vamos a ascender al Bolero de forma directa por su cara oriental, de manera que empezamos a ganar metros dirigiéndonos en un primer momento a un marcado collado que queda por encima de la collada Bustempruno, en una zona en donde se observan varias sendas que serpentean entre las matas de escobero.
Desde este colladín, que se ve en la foto siguiente como la pequeña campera que queda justo debajo, toca remontar la ladera en el tramo con mayor pendiente y más duro de toda la jornada. No hay sendas, pero la ladera se muestra lo bastante limpia como para que no de mayores problemas.
Una vez ganamos el lomo del cordal que cae desde el Bolero, la pendiente suaviza mucho y ya solo resta continuar por él hacia la cumbre.
Cima del Bolero (2.043 m) que ofrece buenas vistas sobre los valles de Yananzanes y Aguazones, así como de todo el tramo de cordillera que hemos venido recorriendo.
El Estorbín de Valverde ya está justo enfrente, al otro lado de la collá Valverde.
Al sur el cordal continúa desde El bolero por el inmediato Aguazones y más allá por el Vallequín, Campastiñosas y Celleros, hasta alcanzar el Brañacaballo.
Ya podemos ver el Macizo de Ubiña.
Una pequeña panorámica desde la cumbre de El Bolero.
Bajamos a la collá Valverde (1.971 m), donde un grupo de vacas se resguardaban un poco del fuerte viento. En nuestro camino al Estorbín habremos de cruzar un par de crestones de cuarcita en los que puede ser necesario apoyar puntualmente las manos.
En la vertiente asturiana pasamos sobre la majada de Valverde.
Atrás se queda El Bolero. A la vuelta pasaremos bajo él, tomando por un sendero que lo bordea hacia la collá Vallequín.
La última rampa a cumbre se hace dura, mientras ganamos altura sobre el Valle del Cuadro que desciende hacia Tonín de Arbas, en la vertiente de León.
Cumbre del Estorbín de Valverde (2.123 m) en la que me encuentro, no uno, sino dos buzones de cumbre que no estaban en mi última visita cuando lo ascendimos en invernal desde la Mina El Escalar en el valle de Murias y que os conté AQUÍ.
En cumbre y a resguardo del viento se estaba bien, así que aprovechamos para comer allí, mientras disfrutábamos de las vistas, la primera hacia el valle de Las Mestas que baja hacia el de Murias.
Justo bajo cumbre el mayáu Valverde, en la cabecera del valle de Yananzanes.
Una nueva vista hacia el Macizo de las Ubiñas.
La foto es horrible, lo se, pero tratándola digitalmente se observa Oviedo y el Monte Naranco, donde se divisa la estatua del Sagrado Corazón. También se veía Gijón, aunque las fotos hacia allí salieron muy borrosas.
La Sierra del Aramo
En primer plano el Pico Cuaña. Tras él, la la mole caliza de Peña Mea y al fondo del todo la Sierra de Peña Mayor.
El día se había metido algo en brumas, de manera que las vistas hacia los Picos de Europa salían muy difuminadas. Más cerca sí que se veían perfectamente Peña Redonda o el Pico Torres.
Tras comer y descansar un rato, tocaba empezar a pensar en el regreso, así que foto de cumbre y para abajo.
Desandaríamos el camino hasta el colláo Valverde, por lo que de nuevo tocaba descender por la vertiente del valle del Cuadro.
Pasamos nuevamente por el colláo Valverde (1.971 m) y tomamos uno de los múltiples senderos que a diferente altura, cortan la base de El Bolero, dirigiéndose hacia el colláo Vallequín. Atrás se quedaba el Estorbín de Valverde.
Bordeando por el sur el Aguazones damos vista al colláo Vallequín, a los pies del pico homónimo, cuyas laderas refulgían del rojo de las arandaneras otoñales.
Cruzamos la collá Vallequín (1.957 m), si bien no lo hicimos por la propia collada, sino por otra ligeramente más alta que le queda al sur (1.967 m), pero que en realidad nos venía mejor, ya que la idea no era la de bajar directamente por la senda que comunica con la collada Bustempruno, sino bordear el valle por su derecha, para pasar por las vegas de Los Llamargones, que a media ladera se abren a esa mano.
En Los Llamargones nacen un par de arroyos y hay restos de majada, con algunas cabañas y corros en ruinas. Desde aquí vemos el Aguazones y El Bolero.
Tomamos por una senda que nos encamina hacia una pronunciada vaguada por la que descendemos hacia el valle de Aguazones.
La vaguada se descuelga en su último tercio de forma pronunciada, debiendo salirnos de ella y buscar el mejor descenso que, en todo caso no resulta complicado y que nos deposita en el fondo del valle de Aguazones.
Allí mismo tomamos contacto con una pista que acaba por desembocar en la principal, la que desciende desde el Puerto de Piedrafita y por la que seguimos bajando, pasando junto a la antigua venta de la Casa del Puerto, hoy reconvertida en simple cabaña, en la que paramos a charlar un rato con sus propietarios.
Una vista atrás, a la zona alta del valle.
El río Torío se encañona en una zona en la que la pista debe dejar momentáneamente su compañía para cruzar a la izquierda. Es un tramo en donde hace un par de zetas que nosotros evitamos por senderos que recortan bastante el recorrido y que nos acaban por depositar a la entrada del valle de Gucipeña, por donde habíamos subido por la mañana.
Solo quedaba seguir bajando por la pista hasta la entrada del pueblo de Piedrafita, donde habíamos dejado el coche. Y tras el cambio de ropa, a tomar una cerveza bien acompañada de un poco de embutido, de camino ya a casa. A Xoserra ya solo le quedaba una cumbre, que alcanzaría solo unos días después, para finalizar el trofeo de la FEMPA. Os dejo el track.
Cienfuegos
Menudo palizón que os habeis dado. La ruta y las fotos sensacionales. Yo pude visitar , el nuevo buzón del Estorbin, y me gustó, muy bonito.
ResponderEliminarSaludos
La ruta es larga, pero bastante llevadera ya que el desnivel se va ganando poco a poco. Yo los buzones no los conocía. Nos fijamos que se colocaron casi a la vez. Se ve que no había y varios grupos decidieron poner uno,...al mismo tiempo.
EliminarSaludos
Una ruta muy prestosa que discurre por unos parajes que, afortunadamente, conozco muy bien y por donde hicimos varias rutas estos últimos meses (pronto verás los reportajes correspondientes). Casualmente, yo hice una ruta en solitario desde Piedrafita la Mediana cuatro días antes que vosotros aunque yo me dirigí hacia El Corralón (o Celleros) y el Cueto Millaró (o Brañacaballo). Por supuesto, conseguí bastantes nombres de la zona gracias a algunos pasianos que había en el pueblo y puedo decirte que el valle por donde subisteis no corresponde a Barcaliente sino que todo esa zona es Gucipeña (no Bucipeñas). Parece ser que Barcaliente está situado más al Este. En cuanto a la Peña Celleros (así nos dijeron en Tonín) la conocen como El Corralón. Y como éstos muchos más nombres que plasmaré en futuros reportajes. Por lo demás, una ruta estupenda que seguro disfrutasteis al máximo. Un abrazo
ResponderEliminarEl nombre de Barcaliente dudé mucho ponerlo, ya que el IGn llama así al arroyo, pero las fincas de la zona bahja las denomina Bucipeña. ahora tú me dices Gucipeña, pues ya está. Lo cambio y perfecto.
EliminarGracias Victor.
Un saludo
este Puerto pertenece a mi familia
EliminarBuenas "desconocido", ¿te refieres a las brañas de gucipeña? Un sitio precioso.
EliminarMe ha sorprendido la cantidad de agua que tenían las lagunas. Con lo seco que esta todo parece increíble.
ResponderEliminarLa vieja cruz de la cima esta bajo la cumbre tirada en una zona que no se si será accesible. La vi en una foto de una gente hace tiempo y una alguna vez me he planteado ir a recuperarla, pero de momento no llegó el día (aparte no se si se podrá acceder al lugar).
Otra curiosidad: los pivotes que flanquean la pista del puerto (esos que parecen balas) son los mismos que vemos en las imágenes del Giro de Italia, cuando ascienden a los puertos. Y es que, según me contó un hombre, los ingenieros que diseñaron la carretera eran italianos que vinieran a colaborar con el régimen.
Saludos.
Bueno, piensa que la ruta en realidad es de finales de septiembre. La laguna grande estaba bastante seca. En cambio la pequeña estaba llena. Es muy curioso lo que me cuentas de esos pivotes que serían "importados" de Italia.
EliminarSaludos
Buena xatada, y bien guapa. La vez que estuvimos por la zona del Morgao subimos desde la Paraya con mal tiempo y mucho viento, así que quedamos con las ganas de la cumbre. Por el Estorbín tovía anduve con Monchu el año pasado y esos buzones no estaban.
ResponderEliminarGuapo reportaje, como siempre.
Un saludo!!
¿Que hay David?, pues yo el Morgao lo tenía en pendientes y mira, ya lo taché. Los buzones del Estorbín son muy recientes y lo más curioso es que se pusieron como con un par de meses de diferencia. Seguro que ninguno de los dos grupos que encargó el buzón, sabía que había otro pensando lo mismo, je, je.
EliminarNos vemos!
Pues es cierto, nosotros estuvimos el año pasado y tampoco vimos buzones, curioso lo que comenta Konico, de la vieja tirada nosotros estuvimos buscándola y no la vimos bien escondida estará seguro.
ResponderEliminarBuena kilometrada os pegasteis , pero seguro que con el Morgao en el saco ya te mereció la pena,
Un saludo Javier,
Pues si, no negaré que una de las cosas que más se me apetecía en esta ruta era coronar el Morgao, je, je. De hecho a Xoserra ni le pregunté. Para cuando se quiso dar cuenta ya estaba arriba. Yo la cruz vieja ni sabía que estaba tirada por allí. Si lo se, la busco.
EliminarUn saludo
Seguro que todas esas montañas y ese paisaje tienen hoy un aspecto bien distinto.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya te digo. Hoy será merengue, merengue. Y aunque daban ascenso de temperaturas, yo creo que de momento sigue cayendo.
EliminarUn saludo