24 febrero 2006

Ascensión al Pierzu

No era especialmente buena la previsión, pero "al monte se sale, aunque haga bueno" rezaba el maestro Andrés, así que seguimos adelante con la idea que teníamos de realizar la travesía entre la collada Llomena y el pueblo de Sellaño, ascendiendo por medio la cumbre del Pierzu y bajando por el espectacular camino del Sedo. Una jornada solo deslucida por el agua y la niebla que nos robó las vistas, por lo que habrá que repetirla.



DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 24/01/2004
  • Zona: Cordal de Ponga. Parque Natural de Ponga
  • Concejo: Ponga (Asturias)
  • Inicio: Collada Llomena
  • Fin: Sellañu
  • Distancia: 14,5 Km
  • Desnivel máximo: 1.325 m
  • Desnivel acumulado positivo: 720 m
  • Desnivel acumulado negativo: 1.490 m
  • Tiempos: 7 horas
  • Dificultad: Moderada. El ascenso a ganar la Sierra del Rubio se hace por una ladera de fuerte pendiente. Por su parte, los hayedos del Veneiro y la Enramada carecen de sendas por completo.
 
En esta ocasión fuimos Gabino, Andrés y yo con dos coches. Dejamos uno en Sellañu y subimos con el otro a la collada Llomena, después, eso sí, de tomar el correspondiente café en un bar de Sellañu.


Comenzamos a andar a eso de las 10:20 de la mañana, con un día bastante feo, con algo de niebla hacia la zona alta y orbayando ligeramente. En la collada Llomena se toma la pista que sale a la izquierda, llegando desde Beleño y que nos lleva hasta una pequeña cantera. Al final de la pista se coge un sendero, que sube con fuerte pendiente hasta salir a una zona de vegas. A la izquierda nos quedaría la majada de Arangas, pero nosotros tenemos que dirigirnos a la derecha para continuar subiendo aún un poco más hasta salir a la majada de Cerboes.

Majada de Cerboes

El día estaba feo, pero feo, feo. Mucha niebla y continuaba orbayando ligeramente. Afortunadamente hasta aquí no hay mucha pérdida. De la majada de Cerboes se sale por detrás de las cabañas y subiendo por donde mejor se quiera o se pueda. La idea es coger la cresta que ya no abandonaremos hasta cumbre

Hicimos cumbre en medio de una niebla muy cerrada que nos impidió totalmente disfrutar de las, sin duda, maravillosas vistas del pico. De hecho al poco de llegar nos dimos la vuelta para abajo. Con aquel día, allí no pintábamos nada.

Últimos metros para Andrés. La niebla estaba realmente cerrada en cumbre.

Andrés, con la gran pinga (mojadura), nada más llegar a cumbre. Gabino llegando detrás.

Servidor junto al buzón de cumbre

Foto de cumbre

La bajada la hicimos con cuidado de no perder el camino en medio de la niebla, la idea era volver a Cerboes y allí dejarnos caer a la derecha, buscando el fondo del valle que, a través del camino del Sedu, nos sacara a Ruamón. Bajando tuve que convencer a mis dos compañeros, avezados exploradores ellos, que ya se dejaban caer hacia el lado equivocado. Sin duda les había parecido poco el Pierzu y querían arrimar al Carria. En fin, al final dimos con el buen camino sin mayores contratiempos.

La bajada hasta la entrada del Sedo se hace un poco a "pelu gochu" que diría Andrés, vamos, por donde mejor parezca. A medida que bajábamos, íbamos dejando la niebla por encima nuestro, aunque el día tampoco es que mejoraba demasiado.

El Sedu es un paso precioso, con el camino soportado por unas armaduras que dan muestra de la importancia que tuvo que haber tenido en otros tiempos. El hecho de hacer la ruta en enero nos permitió disfrutar de la abundancia de agua en su trayecto.

Entrada al Sedu

El Sedu


Saliendo hacia el valle Ruamón

Una vez se sale del Sedu, el sendero continua en horizontal por la zona alta del valle de Ruamón a buscar la collada Piedrafita, que ya da vista al valle del Ponga.

Valle de Ruamón


Sin embargo desde aquí tenemos que buscar la pista que llega a Ruamón a menor cota, para lo que bordeamos por la izquierda la Coterona y descendimos unos metros hasta salir a la pista. Una vez se coge la pista ya solo queda seguirla por el valle de la Texuca hasta el pueblo de Priesca y desde este bajar por la carretera a la general de Beleño y desandar el escaso kilómetro que nos separa de Sellañu, donde habíamos dejado el segundo coche y a donde llegamos a eso de las 17:20 horas.

Para quitarnos la humedad y el frío de la ruta, nos dimos un merecido homenaje comiendo allí mismo un cabritu que nos supo a gloria y elevó nuestro espíritu.

Un saludo
Cienfuegos

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