Campigüeños o Becerrera de San Pedro (1.838 m) desde Orlé

En esta ocasión tenía que volver pronto a Oviedo, así que busqué una zona no demasiado alejada y revolviendo en la carpeta de pendientes, me acordé de la Becerrera de San Pedro o Campigüeños, una más de “Las 100 montañas más guapas de Asturias” aún no visitada y que ya se me había resistido en dos ocasiones. Así que me fui a Orlé para describir una preciosa circular con descenso por el increíble bosque de Purupintu, que había visitado hace unos años ya y al que aún no había vuelto. Un verdadero lugar de cuento.

DATOS DE LA RUTA

• Fecha: 03/09/2010
  
• Concejo: Caso (Asturias)
• Zona: Cordal de Caso/Ponga
  
• Inicio/Fin: Orlé 
• Distancia: 18 Km
• Desnivel máximo: 1.190 m
• Desnivel acumulado positivo: 1.300 m
• Tiempos: 7 y 1/2 horas
• Dificultad: Moderada. En la Foz de Melordaña hay que apoyar puntualmente las manos. Cuidado especialmente en caso de bajar mucha agua por ella.
  

Salí de Orle (650 m) con 6º de temperatura (menuda rasca hacía) por el conocido camino balizado como PR.AS.64 “Travesía Pendones-Orlé”, que ya recorriera en diciembre para ascender a La Carasca. Subida rápida y solitaria, espantando corzos por medio del bosque (no me dió tiempo a sacarles fotos), de la que como ya está descrita AQUÍ, me limito a poner algunas fotos.

Primeras luces en las boscosas laderas del Monte Requexón

Conforcos (1.100 m)

La siempre increíble Foz de Melordaña

Majada de Melordaña (1.250 m)

La foz de Melordaña y a la derecha el collado del mismo nombre

Majada de Valluseru con el collado Campigüeños al fondo (1.450 m)

Y un par de vistas desde el Collado Campigüeños (1.597): hacia la vertiente por donde he subido, con la mole de l Becerrera de San Pedro ya sobresaliendo a la derecha del todo,...

... y hacia el valle de Pendones, con la picuda silueta del Maciédome justo enfrente

En el collado Campigüeños, se separan las rutas que continúan hacia La Carasca o hacia la Becerrera de San Pedro. En esta ocasión tomé a la izquierda, por la Senda el Pandón, para bordear la ladera del Alto los Fueyos y ganar un primer collado en el Pendón de la Escosura, no sin antes hacer una parada a picar algo.

Una vista atrás hacia el collado Campigüeños y La Carasca...

...Y otra hacia delante hacia la mole cimera de la Becerrera de San Pedro

Desde allí me arrimé a las peñas de la Magrera, donde sorprendí a un grupo de rebecos y bajo ellas continué hasta un collado intermedio (1.748 m) que ya da vista a la vertiente contraria. Las vistas desde aquí eran ya impresionantes.

El bloque cimero de la Becerrera de San Pedro forma una estrecha y alargada cresta cortada a pico hacia la vertiente de Ponga, de manera que bordee a media ladera por el lado de Caso para luego ya encaramarme a la cresta con una cómoda trepadilla y por fin ganar la cumbre (1.838 m).

Pocas cumbres creo que merezcan tanto estar en el libro de “Las 100 montañas más guapas de Asturias”, ya que las vistas desde la cumbre del Campigüeños o Becerrera de San Pedro, son sencillamente increíbles. Una lástima el día que aunque despejado y con bastante calor ya aquellas horas, tenía una bruma que impedía ver con nitidez los picos más alejados.

Hacia el este: la Llambria...

...La Mota Cetín...

...La Foz de la Escalada, entre la Llambria y el Tiatordos, y con los Picos al fondo...

...y el Tiatordos

Hacia el sur: Maciedome, Mampodres, ...

...la Carasca y la Senda, y detrás el Cantu´l Osu y la zona de San Isidro,...

...al fondo el Retriñón...

Al oeste el valle del Nalón...

... la Sierra de Peña Mayor... 

...y la Peña Los Tornos con el Cuetón de les Travieses a su zquierda

Un par de panoramicas desde la cumbre, hacia el sur y este y otra hacia el oeste

Para el descenso continué recorriendo la cresta para luego dejarme caer al collado Cardiel (1.647 m), bajo la Peña Pelacera.

Desde allí, por medio de marcadas sendas de ganado bajé pegado a las peñas y bordeándolas salir bajo el collado Cardiú y perdiendo altura internarme porco a poco en el maravilloso bosque de Purupintu, que se ve al fondo.

Una vista atrás, hacia la Becerrera de San Pedro. 

El hayedo de Purupintu forma una hoya, cerrada en su fondo por la Foz de Saolla (aunque muy apartada, algún habrá que acercarse a conocerla), por donde sale el río Vallemoru. Es un lugar mágico, un hayedo perfecto. De hecho, en toda la cuenca del Vallemoru no se localiza ni un solo núcleo habitado - solo el de Vallemoru, pero abandonado desde hace años – y ni una sola carretera.

Para no liarse en esta zona, la idea es recorrer toda la parte alta del hayedo, justo bajo los desplomes calizos de la Sierra de los Duernos, una afiladísima cresta que separa las vertientes de los ríos Vallemoru, hacia el Sella, y del río de Orle hacia el Nalón.

 

Un marcado sendero cruza el bosque, siempre bien pegado al crestón de los Duernos. Tendremos que recorrerlo entero. De vez en cuando se abren horcadas a nuestra izquierda, como la Pasada Mosquitón, y algún sendero nos permite asomarnos a la vertiente contraria, pero debemos seguir hasta la estrecha ventana que constituye la Collada los Duernos (1.425 m), donde el sendero traspasa la Sierra de los Duernos, ya que es el único paso que nos permitirá un cómodo descenso por la vertiente contraria.

Ya en la vertiente sur de la sierra el sendero continua hacia la derecha, al cercano collado Freira (1.344 m), en el que abandonamos el valle del río Fresnedal y entramos en el valle del río De Enmediu, con las cabañás de la majada La Felguera ya a la vista.

El sendero nos acaba por llevar hasta la majada La Felguera, con una buena fuente justo antes de alcanzar las primeras cabañas. En ellas paré a charlar un poco con unos pastores, las primeras personas que veía en todo el día.

Desde La Felguera sale una cómoda caleya, casi una pista (arriba había algún quad), que pierde altura rápidamente. Más abajo la caleya ya empieza a estar hormigonada en los tramos más pendientes.

El descenso se hace largo, sobre todo porque lo encajonado del valle y la vegetación no permiten tener buenas vistas, además este valle no es tan guapo como el del río Orlé, por donde subí por la mañana. El bosque es más ralo, la presencia humana más notable y la pista no tiene nada que ver con la preciosa caleya empedrada que sube por el hayedo del Orlé. Con todo cuenta con rincones bien guapos y la estrechez de alguno de los pasos, como la foz del Cubilón en los Argayos, todavía en la zona alta, o el paso del Vallumasaltu al Vallumediu y al Vallubaxu, ayudan a hacer más llevadero el descenso.

Bastante abajo encontré una fuente, que a pesar de la sequía que hay (ya estamos en septiembre), aún daba dos buenos chorros de un agua fresquísima y que me vino estupendamente para sacudirme un poco el calor que tenía.

Ya bien abajo, cerca del pueblo, cuando la pista es totalmente de hormigón y se alcanza un colladín, donde la pista hace una cerrada curva a derechas para entrar en el pequeño valle de la Riega de Quixaes, una caleya sale a la izquierda. Tomé por ella ya que acaba por salir a la del río Orlé por donde había subido por la mañana, ya muy cerca del barrio de abajo del pueblo de Orlé. De seguir por la pista de hormigón, ésta nos llevaría al barrio de arriba.

Tras refrescarme un poco en la fuente del pueblo, recogí el coche que marcaba a aquellas horas 27º, menuda diferencia respecto a la mañana, y para casa.

Un saludo

Cienfuegos