15 septiembre 2010

Libro Recomendado: Annapurna. Primer Ochomil

Annapurna. Primer Ochomil
Maurice Herzog
Ediciones Desnivel

El 3 de junio de 1950 Maurice Herzog y Louis Lachenal consiguieron coronar por primera vez una montaña de más de 8.000 m. Annapurna, Primer Ochomil, es la crónica de aquella expedición escrita en primera persona, por el que fuera jefe de la misma y a la vez uno de los dos montañeros que consiguieron la cumbre.

Acostumbrados a como se mueven hoy en día las expediciones por el Himalaya, con los medios de que cuentan, indumentaria, material, cartografía detallada, conexiones por satélite, predicciones climatológicas precisas, etc, el libro nos muestra la organización y desarrollo de una expedición pionera.


Por ello puede sorprender el hecho de que la expedición tuviera como principal objetivo no el Annapurna sino el Dhaulagiri, y de que la expedición tuviera primero que comportarse como una expedición de exploración ante la falta de información no ya sobre la montaña o montañas en sí, sino sobre todo el área en general.

A medida que la exploración del Dhaulagiri avanza, los inabordables retos técnicos de ésta, obligaran a los montañeros a centrarse en el Annapurna, que parecía más “accesible”. Y todo ello gracias a la existencia de un supuesto collado, el de Tilicho a 5.000. Tarde comprendarán que el tal collado no existe, o al menos está donde decia estar el mapa, y que la vía de acceso al Annapurna, de existir, tendrán que buscársela ellos mismos.

Primero el espolón noroeste, abandonada por peligroso y técnicamente inabordable, y más tarde el glaciar de la Hoz, les permitirán ir montando los sucesivos campamentos de altura.

Por fin, con solo unos días de margen sobre la llegada del monzón, Maurice Herzog y Louis Lachenal atacarán y conseguirán la cumbre, solo para comprobar que en una montaña y más en ese tipo de montañas, lo realmente difícil es bajar y que no se puede cantar victoria hasta estar en casa, como quien dice.

Ahí comienza la segunda parte del libro, tan sobrecogedora y excitante, sino más, como la primera. Herzog y Lachenal con severas congelaciones en manos y pies alcanzarán a duras penas el Campo V, a 7.300 m, donde les atienden sus compañeros Terray y Rebuffat y donde pasaran la primera noche. Después, perdidos durante el descenso, les espera un vivac en una grieta a 7.000 m y por último sobrevivir a una avalancha de nieve. Cuando por fin alcanzan el campo II, una especie de campo base avanzado, poco se puede hacer ya por los dedos de pies y manos de Herzog. Uno a uno habrán de ser amputados en los días siguientes, si, los 20.

Con todo aún les falta mucho para escapar de la montaña. La llegada del monzón supone la crecida de los ríos y una huida contra reloj para escapar de los valles altos y alcanzar los primeros pueblos y desde estos, sin otro transporte que precarias camillas los núcleos más “civilizados”. Aunque hicieron cumbre el 3 de octubre, no llegan a Tukucha, verdadero campo base de la expedición, hasta el 18 de junio y a Darjing hasta el 29 de junio.

Un libro imprescindible en toda biblioteca de montaña que, por lo menos a mi, me enganchó totalmente.

Un saludo
Cienfuegos

5 comentarios:

  1. Todo un clásico, en mi curro tenemos en nuestra biblioteca de montaña tenemos una de las primeras ediciones en inglés. Las hojas amarillentas y cayéndose, pero qué fuerza sigue teniendo.

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  2. Otro para apuntar, como tu dices imprescindible en la literatura de montaña, hace unos días vi un reportaje de Herzog impresionante. Saludos.

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  3. Con este pedazo resumen, como para no enganchar!!! ya conozco algo de la historia por los documentales de Al Filo y alguno más, pero sin duda, es una lectura obligada.
    Saludos.

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  4. Tomo nota Cienfuegos. A ver si es facil de conseguir. Con "sobre los Cielos de Asia". Tovia estoy alucinau!!.
    Se agradecen mucho tus consejos sobre libros.
    Saludos amigu!!!

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  5. UUUUUFfffffffffff!!!
    Que pasada. La verdad es que lo has contado de cine, conocia la historia a duras penas y me has levantado la postilla. Ahora voy a tener que ir a comprarlo.
    Gracias, Cienfuegos.
    Un saludo.

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