25 junio 2014

Por las brañas de Villamor y Villáux

Poco y malo. Me refiero al tiempo. Al atmosférico y al otro. Tenía que estar pronto en Oviedo, y la previsión no era buena, pero a la vez había ganas de salir, ya que en un par de semanas no iba a tener otra oportunidad. Así que olvidándome de la previsión meteorológica, desempolvé una ruta corta, una de esas que ya llevaba tiempo preparada, por una zona no muy visitada de Somiedo, el extremo norte del Michu. Al final aún tuve que recortar la ruta incluso más, ya que el día lejos de ir mejorando, fue a peor.


DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 33/05/2014
  • Zona: Cordal de Viḷḷaux / La Mesa
  • Concejo: Somiedo (Asturias)
  • Inicio/Fin: Viḷḷamor
  • Distancia: 11,5 Km
  • Desnivel máximo: 730 m
  • Desnivel positivo acumulado: 760 m
  • Tiempos: 4 horas
  • Dificultad: Moderada. Parte de la ruta se realiza por medio de sendas que pueden estar muy tomadas de maleza según la época.


Me acerqué hasta el pueblo de Viḷḷamor, bajando el puerto de San Lorenzo por la parte somedana y hasta donde no había ido nunca. Allí estuve un buen rato charlando con una vecina, que me adelantó que iba a subir por un "camín con muchas escaleras". La verdad es que Viḷḷamor es un pueblo pequeño, aunque guapo, con pocos vecinos y muchos perros.


Crucé el pueblo hasta el fondo, ganando altura por sus caleyas para salir por un camino que a la altura de la última casa gira a la izquierda y vuelve a pasar por encima del mismo.


El camino, bien marcado en todo momento, busca la entrada al valle de Viḷḷarín, nombre curioso si tenemos en cuenta que el pueblo de Viḷḷarín queda al otro lado del cordal, en el valle de Saliencia, pero es que por aqui discurría "el camino a Viḷḷarín".


La senda sube con fuerte pendiente, siempre junto al arroyo de Viḷḷarín que baja en pequeños saltos, primero por la margen izquierda, para pasar después a la margen derecha.


Y tal y como me adelantó la vecina, la caleya conserva un perfecto empedrado en todo su trazado, de piedras lisas y resbaladizas que supongo no sea lo mejor para bajar por ella en un día húmedo como el de hoy.


Por fin el valle se abre al alcanzar las praderas de Viḷḷarín. Allí la senda se divide. A la izquierda un marcado camino continúa hacia Piedraxueves. De frente otra senda cruza el arroyo para empezar a ganar altura por la margen izquierda del valle. Yo tomo por esta.


La senda parece menos utilizada que la que traía hasta aqui, pero se conserva en perfecto estado, con buenas armaduras en algunos tramos. Al fondo el hayedo de El Toral, que, aunque aún no lo sabía, acabaría cruzando más tarde.


Hacia atrás veo el valle por el que acabo de subir y al fondo la carretera que baja desde el alto del Puerto de San Lorenzo, donde parece querer meterse la niebla.


La senda gana una colladína, con un par de cabañas bajo ella. Al frente veo  la collada donde se asienta la braña de la Cuḷḷada, que en algunos mapas viene como braña del Fondil, y a donde voy a subir a continuación.


Hacia atrás, las vistas se abren y ya veo el pueblo de  Orderías. Por encima de él, entre las nieblas discurre el Camín Real de la Mesa.


Desde la collada, donde se pierde la traza del camino, continúo casi en horizontal y entrando en el bosque localizo la continuación de la senda. Un tramo precioso este, de lo más guapo del día.



La senda sale del bosque junto a una vaguada y allí me lío. Dejando un prado a la izquierda sigo una difusa senda que parece ganar altura de frente, pero que al poco desaparece en un mar de escobas. Doy la vuelta y no veo la continuación del buen camino por el que venía, solo pequeñas trochas, así que empiezo a subir junto al prado, por donde mejor me parece. Puede que sea mejor echarse directamente al prado.


De todas formas tampoco ofrece mucho problema, más allá de ir serpenteando por entre las espineras y matas de brezo hasta salir a una marcada senda que llega desde la izquierda  y se dirige a la collada. Lo peor en mi caso es que la lluvia de la noche anterior había dejado todo empapado y a aquellas horas la mojadura por los pantalones ya era de las buenas.

Por fin alcanzo la braña la Cuḷḷada de Viḷḷáux, con un buen número de vacas pastando en ella. El día está cerrándose poco a poco en niebla y ya me temo que no voy a poder hacer lo que quería.


Al otro lado de la collada me asomo al valle que baja hacia Villáux. Al fondo, al otro lado del valle del Pigüeña debería ver la zona la La Fana y la Sierra de la Manteca, pero solo alcanzo a ver las casas de Las Viñas, encima de La Riera.


Recorro la braña de la Cuḷḷada, con varias cabañas aún en en un estado aceptable y todas ellas con techo de teja.


Salgo de la braña por un marcadísimo sendero hacia las faldas del Michu, pasando bajo el modesto Pico Cueva Moros y junto a alguna cabaña más.


Un vistazo al valle por el que he subido y el tramo de bosque recorrido.


Mala pinta tiene el día para arriba. De momento sigo con la idea que traía en mente, pero complicado lo veo.


Alcanzo la preciosa vega de Piornéu, abierta hacia el valle de Somiedo, y con la escarpada cumbre del Gurugú, ya encima de Pola de Somiedo, enfrente.


Una vista más hacia la zona de Orderias y la carretera de San Lorenzo.


Recorro la vega de parte a parte. Es un rincón realmente guapo de prados cerrados por muros de piedra.


Abandonado el camino que traigo, gano unos metros por encima de la vega, para asomarme a la vertiente contraria. Enfrente debería ver el Rubio, pero nada.


Las praderías de Piornéu.


Desde la vega gano metros por lo alto del cordal, hacia Veiga Ceḷḷón, pero cuanto más subo, más me meto en la niebla hassta que lo que veo es esto. Nada.


Así que por fin desisto. La idea era subir por el cordal a Veiga Ceḷḷón y ganar la cresta del Michu a cumbre, para volver después por Piedraxueves, pero hoy no va a poder ser. Así que me dejo caer de nuevo a la vertiente de San Lorenzo, más protegida y donde la niebla no entra tanto y salgo a una senda que corta el hayedo de El Toral, que voy a recorrer a continuación.


Por debajo de mi camino discrurre otro, a menor altura. Ambos se dirgigen hacia Piedraxueves, si bien el superior entra por La Corredoria, y el inferior va por Busbarraz.


Me interno en el precioso hayedo de El Toral. La senda es ancha, y presenta una cantidad ingente de barro. Con todo este tramo, de algo más de un kilómetro, me ofrecerá guapos rincones.



Aunque en el hayedo voy algo más protegido, la niebla se ha cerrado en torno a él y orbaya algo. Lo dicho, el día va a peor.




Por fin salgo del hayedo y entro en la vega de La Corredoria, antesala de los Puertos de Piedraxueves, con mucha agua y una zona de tremas en su parte baja, que hay que atravesar. La vega esta dividida por una línea de postes y alambre, por lo que busco una portilla que me permita cruzar a la izquierda.


Navegando entre la cerradísima niebla, gracias al GPS, gano una colladina, dejo a mi izquierda la loma de Tras la Torre y a la derecha el Cmín Real de la Mesa y la venta de Piedraxueves y desciendo hacia la amplia vega donde se asienta la braña de Busbarraz, que tenebrosamente muestra sus ruinas entre la niebla.


Recorro la braña. Ni sé las veces que subido a Piedraxueves y nunca me había acercado hasta aquí. La braña me sorprende por su tamaño. Cerca de 40 construcciones, todas en ruinas, dan muestra de la importacia que tuvo que tener. Algunas presentan planta circular con antojana curva, al estilo de construciones castreñas. Leyendo sobre ella me entero de que ya antes de 1500 andaban los pueblos de alrededor a palos para ver quien y como podía aprovechar sus terrenos, tal era su riqueza. Busbarraz tenía "morteras" terrenos que podían cultivarse de forma privada, pero que después debían dejarse pastar de forma comunal. Hoy nos sorprendería ver zonas de cultivo aqui, a casi 1.600 m de altura, pero el nombre del Michu, sin ir más lejos, no es por nada. Aqui se plantaba mijo, entre otras cosas.


Me refugio entre unas piedras de una cabaña y paro a picar algo. Si llega a pasar alguien en ese momento igual le doy el susto de su vida. Con aquel día y un zumbao comiendo entre aquellas ruinas. Al menos, parece que ha parado de llover.


Despues continúo. En el extremo norte de la braña localizo una senda que baja hacia un colladín y allí gira a la derecha buscando el fondo del valle que desciende hacia la braña de La Raíz.


La senda se ve poco utilizada y las escobas empiezan a ganar terreno, pero la sigo sin mayores problemas hasta que cruza el arroyo que nace bajo la Venta de Piedraxueves. Allí me doy cuenta de que me tengo que haber saltado un cruce. La senda no llega a cruzar el arroyo. Así que desando unos metros hasta una zona más llana y por entre las escobas bajo unos metros en dirección al arroyo, junto al que vuelvo a encontrar un poco marcado sendero que se interna en el bosque.


A medida que bajemos, la senda va a ir haciéndose más y más evidente.


La niebla sigue agarrada al bosque.


Por fin salgo del bosque. La senda sigue cruzando una zona de brezo por una zona muy marcada y donde no hay pérdida. Abajo debe de estar la braña de La Raiz, aunque no momento no veo nada.


Por fin alcanzo la zona de prados en la cabecera del valle del río del Rozo, desde donde veo el valle por el que acabo de bajar.


Me voy a la derecha y remonto un poco el valle para acercarme hasta la Braña de La Raiz, con varias cabañas, grandes y en buen estado. El Puerto San Lorenzo queda solo unos metros más arriba de la braña.


Después bajo por el fondo del valle hasta las fincas de Veigas Murias, con más cabañas y donde empieza a llover débilmente.


Salgo de Veigas Murias, por la margen derecha del valle y viendo al otro lado el Monte El Divieḷḷu. Escondida allá arriba, queda Busbarraz. Poco después, dejaré a la derecha un camino más evidente qu eparece seguir hacia las fincas de los Praos Rozo y la braña de Meirel, tomando una estrecha, pero marcada senda, que baja con mayor pendiente a la izquierda.


Las nieblas se han agarrado bien al bosque. Se prepara un día de agua en el valle.


La senda baja con fuerte pendiente y tras un par de revueltas desemboca en un ancho camino, que continúa bajando entre las fincas. Conserva buen empedrado, pero hoy no es el mejor día para disfrutarlo. Resbala muchísimo y hay que mirar bien donde se pisa.


Por fin alcanzo la altura del arroyo de la Riega Llagar, que cruzo por un pequeño puente, para seguir bajando, ahora por la margen izquierda, hasta alcanzar un conjunto de cabañas que conforman el barrio de La Caleḷḷa, anteriores al propio pueblo de Viḷḷamor.


Aún llueve débilmente cuando alcanzo el coche. Le echo un rápido vistazo a la capilla de la Virgen de la O, y después para casa a secarme. Conclusión, una zona por donde tendré que volver, aunque con mejor tiempo, porque me quedé con ganas de ver mejor la braña de Busbarraz y tiene toda la pinta de merecer una visita para ella sola. Os dejo el track.


 
Un saludo
Cienfuegos

8 comentarios:

  1. Es una ruta preciosa, con unas majadas muy bonitas y en el bosque del Toral disfrutarías de lo lindo porque estaba impresionante.Este fin de semana fue en casi todos los sitios así, amenaza de lluvia, nubes, etc. Asturias en el mes de Julio no suele ser buena para el monte. Nosotros casi siempre tirando para León...a ver este que viene que parece que tiene la misma pinta. Un saludo

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    1. Si que es guapa la zona, Paloma y poco visitada. No es muy habitual subir al Michu por aqui. La ruta ya tiene tiempo, es de finales de mayo. Es que anduve liadisimo todo el mes de junio y estoy poniéndome poco a poco al día. Por no poder no pude casi, ni pasarme por los blogs amigos, como el vuestro. Este sábado queríamos tirar para el Niajo. A ver si hay suerte con el tiempo.
      Un saludo

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  2. Hola Javi...¡Que pasada de fotos...! ¡Esto ye lo que me gusta a mi!. Una preciosidad. si vas con sol, la ruta será preciosa, pero esos paisajes...ni de coña. Un abrazu.

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    1. Pa ser una ruta de les tuyes, solo faltó recechar algún venao. Que por cierto, no sentí un solu bichu en to la mañana.
      Un saludu

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  3. Se me caen los dientes de la envidia, llevo demasiado tiempo en dique seco y se me están apolillando las piernas.
    Un abrazo.

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    1. ja, ja, pues ya sabes, a sacarlas a que les de el sol. Seguro que un ratín para un paseuco, hay manera de sacarlo.
      Un saludu

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  4. La zona de Somiedo la conocemos muy poco por la vertiente asturiana y tenemos bastantes ganas porque tiene unos rincones muy bonitos, lástima que el tiempo no esté acompañando.

    Este finde queríamos "dar el salto" y subir a Peña Rueda, pero con la previsión que hay otra vez a aplazarlo.

    Una ruta muy, muy bonita, lástima de tiempo.

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    1. A mi me pasa lo contrario, Valentín, solo tengo echo algo desde Torrestío o La Cueta, pero la vertiente leonesa de Somiedo, Babia y tal, la tengo muy abandonada. Yo tenía intención de haber salido ayer, peor hizo un día de perros y cancelamos la ruta prevista para mejor ocasión.
      Un saludo

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