Nuevo paseo por Cabo de Gata. En esta ocasión, un poco más alejado de la costa, para recorrer la Senda de la Caldera de Majada Redonda, que me llevará al interior de una antigua caldera volcánica. Y es que no sabía si sería guapo o feo, pero el nombre atrae, ¿o no?. Que no todos los días se pasea uno por el interior de un volcán, aunque este lleve apagado algo así como 15 millones de años.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 18/07/2014
- Zona: Cabo de Gata
- Municipio: Nijar (Almería)
- Inicio/Fin: Presillas Bajas
- Distancia: 8 Km
- Desnivel máximo: 380 m
- Desnivel positico acumulado: 450 m
- Tiempos: 2 y 1/2 horas
- Dificultad: Moderada. Supone un sencillo paseo hasta la caldera de Majada Redonda. Después se continua sin grandes complicaciones y por terreno muy quebrado y sin sendas. Lo peor puede ser un tramo en el descenso ya hacia Presillas Bajas.
Me llevé el coche hasta el pueblo de Presillas Bajas, próximo a Los
Escullos. De hecho, como era pronto, me acerqué primero hasta la playa
del Arco, en Los Escullos, para tirar alguna foto del amanecer sobre las
oolitas (dunas fósiles) de la playa.
A la entrada de Presillas Bajas hay un buen aparcamiento. El pueblo
es pequeño, pero tiene su encanto, con un buen número de casas arregladas.
Crucé el pueblo por la calle que prácticamente lo parte por el medio,
para luego bajar hacia el fondo de una rambla en la que localizo los
primeros carteles de la senda que voy a hacer hoy, la de la Caldera Volcánica de Majada Redonda. Es una ruta corta de 2,8 km y una hora de paseo. Otro tanto volver, aunque yo regresaría por otro sitio.
La primera parte no tiene pérdida. Solo hay que ir remontando la rambla por el fondo de la misma. La novedad de esta ruta, frente a otras que tengo echo por la zona, es la riqueza botánica de la misma. Así a lo largo de esta primera parte pasaremos junto a palmitales, higueras, algarrobos, almendros ... y sobre todo pitas y chumberas.
Continuas pitas, seguramente las plantas más características de Cabo de Gata, jalonan el recorrido.
También me llaman la anteción los espartales, las plantas de donde se saca el esparto, unas matas bajas que ya había visto antes pero que no sabía lo que eran. También voy fijándome en las piedras, la bentonita, andesita, cristales de hornblenda ...
Ya habremos dejado atrás las ruinas de El Cortijillo. La rambla forma varios meandros, de manera que la ruta va trazando continuas curvas, que si queremos, podemos evitar cortándolas. A mi no se me apeteció. Me parece que el recorrido por el fondo es lo suficientemente guapo y cómodo. Poco después alcanzamos un antiguo pozo seco.
Una vista atrás de la senda que venimos recorriendo.
Poco después veremos a nuestra izquierda el abandonado cortijo de Los Berengueles
Algo más arriba llegaremos a un cruce. A la izquierda una senda sube hacia el cortijo del Collado y a Presillas Altas. Allí me cruzo con un pastor y su rebaño de cabras y ovejas. Un trabajo duro, más en esta zona y con el calor que puede llegar a hacer y sin embargo, se agradece ver que todavía se conserva algo de la ganadería tradicional.
Yo tomo la senda de la derecha, que da un marcado giro hacia el este, para encarar la entrada a la Caldera de Majada Redonda que ya se empieza a ver.
Una vista atrás. Un poco después de este punto me encuentro con lo que queda de, lo que creo que es un Renault 8, literalmente rellenado de piedras. Increible que pudieran habérselo traido hasta aquí.
Y por fin llego hasta un punto con varios carteles. Estamos a la entrada de la Caldera Volcánica de Majada Redonda. La senda balizada termina aqui, aún cuando se puede seguir un marcado sendero durante un buen tramo más.
Desde un poco más adelante tiro una panorámica. Se intuye el circo de cumbres que rodean la caldera, aún cuando desde el fondo no se aprecia muy bien. La caldera se produjo por el hundimiento del crater del volcán. Miles de años de erosión la han abierto por el lado por el que llega la senda, por donde drena a través de una rambla. En su interior se aprecian dos pequeños valles. Dejaré el primero a mi derecha, para seguir internándome un poco más en ella.
Y entonces empiezo a fijarme que las laderas están cosidas por pequeños muros de piedra. Son los balates, que servían para aterrazar las laderas, permitiendo pequeños cultivos de cereal y almendros, principalmente y a su vez, para retener la escasa humedad. La caldera por su configuración y orientación permite un grado de humedad mucho más alto que las zonas que la rodean, por lo que en sus tiempos fue muy cultivada.
El color de las piedras parece querer confirmarnos que efectivamente estamos en el interior de una caldera volcánica.
Llego a una zona sensiblemente llana que parece ser el centro de la caldera. Allí miro y decido qué hacer. No se me apetece volver por el mismo sitio, además, me parece que ésta debe verse mucho mejor desde arriba, así que ....
... empiezo a ganar altura, primero por una pequeña vaguada en cuyo fondo se conservan algunos algarrobos y pitas.
Luego ya continuo ladera arriba por terreno muy incómodo hasta que me fijo que continuamente voy superando pequeños muros de piedra, algunos altos, otros de solo tres o cuatro hiladas de piedra. Miro a mi alrededor y es entonces cuando me doy cuenta que la ladera entera está aterrazada por decenas y decenas de muros que prácticamente llegan hasta arriba.
Supero el tramo aterrazado, con mucha vegetación que lo hace muy incómodo de recorrer y trepo los últimos metros, con muchísima pendiente y donde hay que echar la mano varias veces, hasta alcanzar la afilada cresta desde la que obtengo, ahora si, una estupenda panorámica de la caldera volcánica.
Desde allí puedo ver a lo lejos el pueblo de Nijar, verdadera capital del Parque Natural, bajo la Sierra de Alhamilla.
Y el pequeño pueblo de Isleta del Moro.
Las casas de Los Escullos, donde vi amanecer.
La ladera contraria de la caldera es sensiblemente más llana y forma la Rellana de Majada Redonda. Al fondo el doble cono volcánico de Los Frailes.
Miro el tramo de cresta que me separa del redondo radar de Los Peñones (488 m), que constituye el punto más alto de la zona y hacia donde me dirijo.
Hacia atrás la bahía de San José.
Y una nueva vista de la caldera de Majada Redonda.
El primer tramo de cresta se recorre fácilmente.
Aunque luego toca perder bastante altura y volver a ganarla por un terreno muy quebrado, donde no obstante puedo disfrutar de rincones como este arco natural (no se aprecia bien al estar empastado).
Remonto el siguiente morro hasta su punto más alto, coronado con un pequeño corro de piedras (469 m). El radar ya se ve cerca, pero aún me separa de él otra profunda collada. El sol está empezando a cascar fuerte y entonces me doy cuenta de que si sigo hasta Los Peñones, tendré que desandar todo el cresterío, que me está llevando bastante más tiempo del que contaba, o bajar por la pista que me llevará a Isleta del Moro, muy lejos de Presillas Bajas, donde tengo el coche.
Así que desisto de llegar hasta allí. Me doy la vuelta y desando la cresta, perdiendo algo de altura por su lado derecho, más cómodo que por arriba.
Llego así hasta otro pequeño corro - ya me había encontrado alguno en la zona de Los Frailes. No se para qué se utilizarían, ya que por son muy pequeños -. Desde allí me dirijo a la collada que se abre a la derecha del Cerro de la Viña, en la foto a la derecha.
Desde la collada, encaro la ladera por la que voy a bajar, con Los Frailes siempre delante y San José al fondo.
Bajo hacia el fondo de un pequeño barranco, en el que acabo por pensar que no he podido escoger peor terreno para bajar, pero por fin, llego abajo.
Curiosamente en el fondo del mismo localizo una hilera de jitos (hitos de piedras) que me llevan hacia las ruinas de un antiguo cortijo.
La carretera ya muy cerca.
Llego a lo que queda del cortijo y en la parte superior del mismo, localizo un pequeño sendero que en llano se dirige a la derecha, hacia Presillas Bajas.
Y vuelvo así al pueblo, donde tengo el coche, cerrando una pequeña circular, cuando el calor ya empieza a apretar con fuerza.
Y como siempre, para casa, ducha y a refrescarnos en alguna de las playas de la zona. En esta ocasión, por la zona de Genoveses.
Os dejo el track
Un saludo
Cienfuegos
Habrá a quién no le gusten estos paisajes tan diferentes a los nuestros pero a mi me resultan muy atractivos.
ResponderEliminarLa ruta es una chulada, supongo que haya que madrugar para hacerla si no se quiere morir de calor.
Un saludo.
Pues a mi me pasa como a tí. El contraste con el norte es brutal, pero a mi me encanta. Y si, hay que madrugar. Normalmente cuando salgoa dar un paseo por la zona, me levanto para 6:30, para estar andando a las 7. Así a las 11, cuando ya empieza a apretar el sol, ya suelo estar de vuelta.
EliminarUn saludo
A nosotros la zona nos gustó muchísimo aunque no hicimos ninguna ruta. Nos vamos unos días a la playina asi que hasta la vuelta. Un saludo
ResponderEliminarDisfrutarlo Paloma. A la vuelta seguimos leyéndonos.
EliminarUn saludo
Tendré que ir pensando en visitar Almeria, preciosa ruta y que luz en las fotos, la que nos falta aquí a nosotros... saludos caleyeru.
ResponderEliminarSuele hablarse siempre de la luz de Andalucia. Nosotros conocemos, no diré todo (eso nunca se puede) pero si mucho y te aseguro que me quedo con Almería. Si aqui hubiera la mitad de esa luz .... no iba al Mediterráneo ni dios!!!, ja ,ja.
EliminarUn saludo, salao.
Que envidia me das amigo, yo todos los años veraneo en Rodalquilar y uno de mis sitios favoritos para bucear con el club es la Isleta del moro, este año no se me logró ir por eso te digo lo de la envidia, me encanta esa zona y la echo tantoooo de menos.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo Lara.
Pablo, no me extraña que lo eches de menos. casi que acabamos de llegar y ya se me apetece volver. Buena zona para bucear. Yo me limité a tubo y gafas, pero también disfruté mucho por la zona, aunque nosotros eramos más del entorno del Playazo.
EliminarUn saludo
Guapa pateada Javi...tan diferente de lo que estamos acostumbrados, pero no por ello menos interesante. Magníficas fotos...la del amanecer una pasada. Un abrazu.
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