21 febrero 2021

Cuetu las Vacas por la Garganta del Rubó

Tan solo hacía una semana que había cruzado la garganta del Rubó para ascender al Cabeza Vigueras, pero lo que vi allí me gustó de tal manera que, cambiando de compañeros y solo unos días más tarde, volvería nuevamente a aquellos pagos, para ascender ahora por la margen izquierda del río, hacia Trespandiu, y desde allí seguir hacia Carraspión con la idea de coronar Cuetu las Vacas y Cabeza Legua. Al final la impresionante nevada que nos encontramos obligó a renunciar a la segunda cima, quedándonos con la primera. Desde ella regresaríamos a Trespandiu para descender por Las Retuertas y Susuga de vuelta al puente la Vidre.

DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 26/12/2020
  • Zona: Macizo de Peñas Cabriegas
  • Concejo: Peñamellera Alta (Asturias)
  • Inicio/Fin: Aparcamiento del Puente la Vidre. Carretera AS-114. PK 40+500 
  • Distancia: 14,5 Km
  • Desnivel máximo: 1.120 m
  • Desnivel acumulado positivo: 1.250 m
  • Tiempos: 7 horas
  • Dificultad: Moderada. La senda que cruza la Garganta del Rubó tiene algún punto en el que hay que poner atención, especialmente si estuviera mojado. En el ascenso hasta Trespandiu desaparece la senda y avanzado el año puede presentar mucha maleza.
  • Track: cuetu-las-vacas-por-la-garganta-del-rubo


Salíamos del aparcamiento cruzando por el Puente la Vidre sobre el río Cares. La idea para esta jornada era la Canal de Somas, en Portudera, pero sabíamos que la cota de nieve había bajado el día anterior y que habría nieve, así que buscábamos algo de menor altitud. Como el Cuetu las Vacas y Cabeza Legua.


De momento tomamos la senda que, por la margen derecha del Cares, gana metros para luego dejar la senda principal que asciende por la ladera del Cuetu Trespandiu en un cruce y tomar la que, a la izquierda, sigue cerca del río y parece internarse en un prado.


Estamos cruzando el húmedo Monte la Venera. Comentábamos que la cabaña no podía estar en un sitio más sombrío.


Por las alturas el día amanecía precioso, con poca nube y ausencia de viento. Hacia el Cuera veíamos que efectivamente la cota había bajado mucho el día anterior. Más de lo que contábamos.


Dejando atrás la solitaria cabaña de Sobremolino, damos la espalda al valle del Cares y nos internamos en el valle del río Rubó, con algún tramo sencillamente precioso, como este corto sedo que cuenta con una cadena a modo de pasamanos.


Pasaremos junto a la fuente Recuencu, donde capta aguas Trescares, y a continuación cruzamos sobre el río Rubó por el Pontigu Rubó.


Estamos ya en plena Garganta del Rubó. El río bajaba con fuerza y el terreno estaba húmedo, lo que obligaba a asegurar el paso.


Cruzamos el pedrero que baja de la canal de Piedra la Llastra.


Nuevas vistas sobre el Cuera.


Y ya veíamos el siguiente tramo. En mi anterior visita salimos de la garganta por su margen derecha, por la Canal Llastrosa, por lo que tuvimos que ascender hacia la solitaria encina que se recorta al fondo, en el borde mismo de la ladera. En esta ocasión, sin embargo, saldríamos por la margen izquierda, por lo que seguiríamos la senda que busca el fondo de la garganta para cruzar el río.


La senda pasa justo bajo Cueva Negra, que aprovechamos para visitar. Cueva de cierto tamaño que seguramente tuvo uso ganadero en otros tiempos.


La senda cruza justo bajo su entrada.


Por encima de ella, se pasa frente a una serie de oquedades que no llegaría a llamar cuevas, pero en las que observamos la existencia de antiguos corros para recoger el ganado. Alguno de ellos aún parece usarse. Justo después debemos de ir atentos. La senda cruza a la derecha para vadear el río, seco en esta parte, y ascender ya por la margen contraria (flecha roja). La vegetación hace que la senda no se muestre muy evidente, por lo que hay que tener cuidado de no seguir ascendiendo junto a la pared donde se abren las oquedades hacia una evidente horcada (flecha azul).


Cruzamos el cauce seco, ya que se sume más arriba, y ascendemos por una canal herbosa. En la parte alta la senda se pierde y hay que brujulerar un poco. No estoy seguro de que fuéramos por el mejor sitio, quizás un poco altos. En todo caso hay que cruzar un espolón calizo en Los Cuajucos, pasando por entre un grupo de hayas, y frente a una pequeña cueva más arriba, para acceder a una tendida ladera más despejada que habremos de cruzar casi en horizontal.


Al otro lado del valle del Rubó vemos la Canal Llastrosa por donde habíamos ascendido la semana anterior hacia Cabeza Vigueras.


Ya desde la tendida ladera de Canalfresnu que comentaba, vemos el Cuetu Carraspión cubierto por una ligera capa de nieve reciente. Efectivamente la cota había bajado mucho e íbamos a pisar nieve.


Una vista atrás a la zona más angosta de la garganta y la ladera que estábamos cruzando.


Tras cruzar un tramo casi en horizontal alcanzamos la ancha Canal de Sobrevina por la que tenemos que ascender. En la canal no queda rastro de senda y avanzado el año puede que presente mucha maleza, aunque en invierno se deja subir bien, sin más problemas que la acusada, casi diría que extrema, pendiente. Al otro lado del valle vemos la Canal Llastrosa y el itinerario que seguimos hace solo unos días.


La canal culmina en las fincas de Trespandiu, desde las que vemos la cara norte de Cabeza Legua con el bosque de Monte Lloja pintado de blanco. Estaba claro. Pisaríamos nieve.


Tomamos contacto con la pista proveniente de Oceñu por la que acabamos de ganar el collado Trespandiu.


En el cruce del collado, dejamos la pista que baja a Oceñu para tomar la que asciende a la izquierda hacia Carraspión. Al fondo, a la derecha, vemos las cabañas de Jaces. Por entre ellas pasamos la semana anterior para bajar hacia el Puente la Vidre. Al fondo se eleva la Sierra de Juan Robre.


A medida que ganamos altura se abren las vistas sobre el extremo norte del Cornión, la zona de Llerosos y el Cuetón.


Enseguida tomamos contacto con la nieve. Se trataba de una nevada reciente. De aquella misma noche. La previsión era de nieve a partir de 1.000 m, pero la cota había bajado hasta los 800 m o menos.


Vistas sobre Trespandiu, con el Barranco del Rubó a la derecha. Al fondo el Cuera.


Seguimos la pista hacia Carraspión.


Y enseguida damos vista a la vega y su majada. La nevada ers de las buenas. En Carraspión ya había una buena capa. Había llegado incluso a pensar en hacer un ascenso rápido al Cuetu Carraspión, pero mejor dejarlo para otra ocasión, bastante "tayu" íbamos a tener.



El ascenso hacia el Cuetu las Vacas desde la Jorcá Carraspión presenta muchísima pendiente, que con la nieve existente no la hacía recomendable, así que lo acometimos casi frente a las cabañas de la majada, buscando el bosque donde esperábamos subir más cómodos.



Las vistas hacia la Sierra de Cocón eran espectaculares.


Accedemos al hayedo y vamos subiendo poco a poco. El terreno es muy quebrado y la nieve, aún sin asentar, complicaba mucho avanzar.



El espesor iba a ir aumentando hasta cerca de los 20 cm en la zona alta.



Dado lo roto del terreno y que la nieve impidía ver bien donde se pisaba, renunciamos a intentar la cumbre directamente y la bordeamos, para entrarle "desde atrás", desde la cara que mira al Cabeza Legua.


Y por fin, con más esfuerzo del que contábamos, coronamos el Cuetu las Vacas. Es curioso que la fama se la lleve Cabeza Legua, que incluso casi da nombre a esta pequeña sierra, cuando el más alto es el Cuetu las Vacas. Los Picos aparecían bastante cubiertos y no pudimos verlos con claridad.


El Cabeza Vigueras. Menudo cambio en solo una semana.


Sierra de Cocón con el Cuetu la Cerralosa y el Jajao.


Justo bajo nosotros, el valle de Collantes. Por detrás el Obesón anteponiéndose a Picos.


El Picu asomó tímidamente un momento.


Hacia el Cornión también había nubes.


La Sierra del Cuera


Y la Pica Peñamellera por delante del Cuera más oriental.


Una panorámica desde cumbre.


Al poco nos fuimos. Nos había llevado más tiempo de la cuenta ascender hasta aquí, así que renunciamos a la idea del Cabeza Legua. Nos dejamos caer por cara norte, por medio del bosque, hacia la collada que separa ambas cimas.


La collada se abre en la cabecera de una marcada vaguada en medio del bosque que iba a ser nuestra vía de escape. Inmaculada vía.


Aunque primero echamos un último vistazo desde la collada, con Cabeza Legua a la derecha.


Peña Santa asomó de entre las nubes para perfilarse en el horizonte.


Y luego, si, nos sumergimos en el hayedo del Monte Lloja por el que íbamos a ir bajando. Un tramo de los de disfrutar con la reciente nevada y el suelo sin más huellas que las de algún que otro animal.



Enseguida volvíamos a ver nuevamente las cabañas de Trespandiu,bajo el Cuetu Trespandiu.


Una pequeña laguna artificial junto a la que pasamos, con el Cuera al fondo.


Y para abajo, para Trespandiu, a buscar su fuente junto a la que pararíamos a comer.


El Cuetu Trespandiu y la Sierra de Juan Robre se ven empastados, pero por entre ambas discurre el río Cares. Las cabañas de Jaces en la amplia collada.



Después de comer, retomábamos la marcha, ahora por la pista que recorre la falda del Cuetu Trespandiu por la cara que mira hacia la Garganta del Rubó.


Últimas vistas sobre el Rubó, Cabeza Vigueras, Cuetu Carraspión,....



La pista pronto da paso a un precioso camino que va a ir armado en algún tramo, mientras vamos girando hacia el norte y dando vista ya al valle del Cares.


La carretera de Panes en el fondo del valle. Aún quedaban por perder muchos metros. En el centro de la foto la Pica de Peñamellera.


Trescares muy por debajo nuestro.


Guapa luz sobre el pueblo de Cáraves, en la Sierra de Juan Robre y el de Ruenes, ya en la falda del Cuera.


Tras un rato faldeando la cara norte del Cuetu Trespandiu, la senda se une con la procedente de Jaces, por la que bajé en la anterior ocasión. Después sigue bajando por  Las Retuertas.


Haciendo un marcado giro a derechas, la senda vuelve aparentemente hacia atrás, internándose en un espectacular bosque de encinas.


Ya podíamos ver el Puente la Vidre, sobre el Cares


Guapa la senda en esta parte que a mi me recuerda a la del Caoru.


Una vista atrás donde vemos las verticales paredes de Susuga y que son la razón de que la senda de una amplia vuelta para evitarlas por su extremo derecho.


Después la senda sigue bajando hasta internarse en el bosque del Monte la Venera, en el que el musgo es el rey.


Ya solo quedaba seguir hasta el Puente la Vidre, junto al que daríamos por finalizado el recorrido.


Y después ...lo de siempre. Cambio de ropa, cerveza de camino...y hasta la próxima ruta. Os dejo el track.


Un saludo
Cienfuegos

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