16 enero 2006

Peña Saleras desde Villamarcel

(Publicado en el grupo de noticias  es.rec.deportes.aventura en el año 2002)
Concejo de Quirós (Asturias)

Ascensión a Peña Saleras de 1.778 m en la Sierra de la Sobia, entre Teverga y Quirós, en el corazón de Asturias. Es un pico que ya había hecho antes con mi amigo José Ignacio, en verano, y desde Teverga, en concreto desde Carrea y pasando por la laguna de Sobia. Por ese lado Peña Saleras no tiene más problemas que la incomodidad de cruzar un karst impresionante desde la laguna de Sobia a cumbre y que en aquella ocasión alargó la excursión en dos horas más de lo que en un primer momento contábamos.

En esta ocasión, de lo que se trataba era de pisar nieve. Fui en compañía de unos amigos del Grupo de Montaña Andecha y como decidimos entrarle desde Quirós, en concreto desde el pueblo de Villamarcel a unos 800 m.


Se sale por encima del pueblo por una cómoda pista conocida por Camino Braniechas que sube directamente hacia la sierra. El día debo decir que era espectacular, más teniendo en cuenta que el día anterior había estado lloviendo en Oviedo todo el santo día, hasta tal punto que había decidido dejar en casa la cámara (mierda, mierda y más mierda), razón por la que no puedo colgar ninguna foto.

A partir de 1.200 m más o menos ya comenzamos a pisar nieve, una fina capa de nieve polvo caída el día/noche anterior y a partir de 1.400 m más o menos ya se apreciaba una buena capa de nieve dura por debajo, lo que nos hacia ir con cuidado.

Desde el pueblo se llega a una pequeña braña en la Vega las Duernas con una buena fuente a unos 1.400 m, más o menos en hora y media aproximadamente. Ni una sola huella en la nieve, salvo las de algún pájaro, un par de liebres y lo que parece un raposu. Desde allí a la izquierda por una especie de valluco seguimos subiendo con cuidado, la nieve está dura, sin excesos, pero a veces se hunde un poco bajo el peso. Se sigue subiendo así hasta un punto donde a nuestra derecha ya se ve la cumbre con el vértice geodésico. La configuración kárstica del macizo obliga a dar un rodeo hacia la izquierda en vez de acometer directamente la cumbre, pero poco a poco vamos subiendo alcanzando la cumbre en otra hora y media, es decir tres horas desde el pueblo.

La vista que da Peña Saleras es impresionante, hasta la línea de costa, si bien ese día no llega a apreciarse, toda la sierra del Aramo y por supuesto el macizo de Peña Ubiña, pero también se aprecia toda la cordillera hacia el occidente en dirección al Cornón y aún más allá. Estupenda vista de las redondas sierras de Tineo y Allande con sus molinos de viento. En fin, una vista maravillosamente nevada y yo sin la puñetera cámara, ¡manda güevos!.

El descenso lo hacemos por otro sitio. Desde la cumbre dejamos el camino de ascenso a nuestra derecha y por entre aquellos jous vamos buscando las Brañas de Coañana, un poco más al norte de la Vega las Duernas por la que habíamos pasado al subir. Es una braña grande donde llegan los todoterreno. La cruzamos hasta salir en dirección a la charca (casi lago en estas fechas) que ya casi cae sobre el valle del Trubia. Allí encontramos a los únicos montañeros que vimos en todo el día. Justo debajo de la charca arranca una estrecha canal que desciende hacia el valle de Coañana que baja hacia Bárzana (capital de Quirós). La zona es sombría y la primera parte de la canal (la más inclinada) era hasta cierto punto peligrosa porque allí la nieve estaba realmente como una piedra, pero con cuidado se llega a una zona más abierta y poco más abajo la nieve ya comenzó a escasear.

El camino continua a lo largo de todo el valle, cerca del río, principalmente por su margen izquierda, si bien hay que cruzarlo en tres ocasiones, la última ya muy abajo y a la entrada prácticamente del pueblo de Coañana. Un poco antes de las primeras casas se coge una pista que sale a nuestra derecha y que primero sube un poco para después ya en llano continuar hasta Villamarcel, punto de partida.

El descenso es bastante más largo que la ascensión y tardamos algo más de cuatro horas sin parar demasiado, la verdad.

Resumiendo una bonita excursión, circular (como a mi me gustan) pisando un poco de nieve y encima tuvimos la suerte de que el día acompañó.

Un saludo
Cienfuegos

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