Faedo de Ciñera

Primer día de vacaciones y en vez de quedarnos durmiendo la mañana nos levantamos temprano, tampoco demasiado la verdad, con la idea de irnos la cría y yo a recorrer parte de la Senda del Oso en bicicleta, pero amaneció un día sencillamente horrible, así que cambio de planes. Ni bicicleta, ni Asturias. Una oportunidad estupenda para saltar el puerto y arrimar a conocer un sitio que se me apetecía desde hacía tiempo, pero que siempre había ido aplazando: el Faedo de Ciñera, en León.

El Faedo de Ciñera recibió en 2007 el premio Bosque Mejor Cuidado, otorgado por  la asociación "Bosques sin Fronteras". De todas formas, tengo que hacer aquí un inciso. Por bosque mejor cuidado, no se ha premiado el estado ecológico del bosque como tal, sino la conservación y accesibilidad al mismo, desde un punto de vista social. Digo esto porque si lo que queremos visitar es un bosque en estado primigenio, deberíamos dirigirnos a otros sitios. El Faedo de Ciñera es un bosque pequeño, que ha sido habilitado para su disfrute. Cuenta con un área recreativa a la entrada, pasarelas, paneles explicativos, ... que hacen de él un perfecto lugar de esparcimiento y disfrute.

Sin embargo tampoco quiero trasladar la impresión de que se trate de un bosque modificado o degradado. Todo lo contrario. El propio premio es la mejor garantía del perfecto estado de conservación del mismo. Un lugar perfecto para desconectar, que incluso cuenta con página web propia en El Faedo, y una ruta ideal para hacer con críos.

DATOS DE LA RUTA

• Fecha: 09/07/2012
  
• Zona: Alto Bernesga
  
• Municipios: Pola de Gordón y Vegacervera (León)
• Inicio/Fin: Ciñera
• Distancia: 7,5 Km
• Desnivel máximo: 220 m
• Tiempos:  La ruta como tal podría hacerse en menos de 3 horas, pero el lugar merece la pena recorrerlo con calma, disfrutar del día, e incluso parar a comer en el área recreativa.
• Dificultad: Fácil. Resulta perfecta para hacer con niños.

Salimos del pueblo de Ciñera, pueblo de marcado carácter minero, precisamente en unos días en que la minería andaba revuelta, con huelgas y frecuentes cortes de carretera. Nosotros tuvimos suerte y no nos pilló ninguno.

La ascensión más habitual hasta la entrada del faedo es por la pista de tierra que sube junto a la margen derecha del arroyo de Ciñera, aunque nosotros optamos por hacerlo por la estrecha carrrete que, por la margen izquierda, daba servicio a las minas de carbón de Ciñera.

A medida que ganamos altura, ya vemos el tajo que forma el arroyo Ciñera y en el que se esconde el faedo. Además nos damos cuenta de que hemos acertado en la elección de la carretera. Ni un solo coche nos cruzamos en todo el trayecto, en cambio por la pista vemos un continuo subir y bajar de vehículos, levantando enormes nubes de polvo.

Llegamos hasta las instalaciones de Mina Ciñera, con el castillete del pozo, presidiendo la explanada de la mina.

Desde aqui bajamos por una corta pista a enlazar con la que llega desde el pueblo. Al final de esta había un considerable número de coches aparcados en aquel momento.

Un pequeño puente nos lleva a la margen derecha del río, con muy poca agua en esta ocasión, no en vano estamos en pleno verano.

En este tramo empezamos a cruzarnos con mucha gente que bajaba. Por un momento pensé que habíamos escogimos mal el día y que el faedo estaría abarrotado de gente, aunque luego me fijaría en que aquellas personas no parecían venir de paseo.

Paramos un momento en el área recreativa a picar algo antes de introducirnos en el faedo, como tal.

A la entrada del faedo nos damos cuenta de la razón de la aglomeración de gente. Están construyendo una pasarela de madera en medio del bosque. Curiosamente me dio la impresión de que se estaba haciendo a modo de sextaferia. (NOTA: Efectivamente, a día de hoy practicamente todo el paseo desde el puente, el interior del faedo y el cruce de la Hoz de Villar, cuenta con pasarelas de madera, lo que lo hacen accesible incluso para sillitas de bebé).

Nos introducimos de lleno en el faedo. Un pequeño, pero precioso hayedo que debido a la estación en que estamos, no pillamos en todo su esplendor. Esto en otoño o primavera tiene que ser precioso. Habrá que plantearse volver.

Y por supuesto visitamos a "Fagus", el enorme ejemplar de haya que preside el bosque y que, con una edad estimada en unos 500 años, es el verdadero emblama del faedo.

Una vez cruzamos el faedo, el sendero continua internándose en la corta pero espectacular Hoz de Villar.

Un primer tramo, ligeramente aéreo, asegurado con una cadena, ...

... da paso a la foz como tal, en la que se ha instalado una pasarela para facilitar el paso, seguramente imposible de otro modo en época de aguas altas. Es el denominado "Puente de Palos".

Desde luego, el sitio es espectacular.

Salimos de la foz y continuamos por el sendero, que ahora gana metros rápidamente, teniendo incluso que ayudarnos de las manos en algún punto.

Alcanzamos así la zona alta de la foz, donde el valle se abre. A un lado, la foz a vista de pájaro, ...

... y hacia el otro vemos el fondo del valle, con la collada que separa éste, del que ya baja hacia Vegacervera. El pueblo de Villar de del Puerto está muy próximo, escondido a la izquierda de la foto.

A la derecha la collada de Villar, por donde pasa la carretera que da acceso a Villar del Puerto y que continua hacia Vegacervera. La idea era hacer el recorrido circular, pero eso nos obligaría a recorrer gran parte del mismo por esa carretera, algo que en realidad no se me apetece lo más mínimo. Además, la cría tenía el antojo de comer en el área recreativa que habíamos cruzamos antes, así que .....

.... media vuelta y a desandar el camino, disfrutando aún más si cabe de los rincones que nos ofrece.

Nueva parada junto a Fagus.

Comimos tranquilamente en el área, bajo la atenta mirada de un arrendrajo que seguramente esperaba a que nos fuéramos para ir a limpiar la mesa de migas.

Para el descenso y viendo que el trasiego de coches de la mañana parecía obedecer a la construcción de la pasarela de madera y que a aquellas horas habían desaparecido, decidimos bajar, ahora si, por la pista, pasando frente a una bocamina.

El calor apretaba, por lo que no nos paramos demasiado en el descenso por la pista. Había prisa por llegar a Ciñera. Desde luego está claro que estamos en zona minera. Hasta los invernaderos se construyen aqui con cerchas de mina.

Llegamos por fin a Ciñera, cuando más apretaba el calor y allí, en la terraza de uno de los bares que hay junto a la iglesia, paramos a refrescarnos tranquilamente, con los debres del día ya hechos, con un café con hielo para mí y un helado para la cría.

Y de vuelta para Asturias, donde por cierto el día no había levantado lo más mínimo, después de haber pasado un día estupendo. Os dejo el track.

Un saludo
Cienfuegos