Era esta una ruta de esas marcadas en rojo para el año y una de las que, cuando quieres dejar a alguien de fuera enamorado de Asturias, no falla, así que cuando Carlos Sedeño me comentó que iba a estar unos días por Ponga, enseguida lancé la idea de hacerla. Al final nos juntamos un buen grupo, unos 25 amigos, ni más ni menos, para recorrer una ruta sencillamente espectacular, con aereos pasos, sendas ocultas, cumbres airosas y abandonados pueblos.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 09/03/2013
- Zona: Cordal de Ponga
- Concejo: Ponga (Asturias)
- Inicio/Fin: Puente Vidosa
- Distancia: 15,7 Km
- Desnivel máximo: 950 m
- Desnivel positivo acumulado: 1.200 m
- Tiempos: 8 y 1/2 horas
- Dificultad: Dificil. No la considero una ruta especialmente complicada, pero la salida del paso del Toyu y el sedo de los Vibolines, pueden presentar sensación de vértigo. No obstante desde 2017 los Vibolines cuentan con una cadena a modo de pasamanos.
Quedamos en reunirnos todos en Puente Vidosa. Presentaciones de los que aún no nos conocíamos y buen rollito ya desde bien temprano. La cascada de Aguasalió impresionante en estos días. Como "pa no" con el invierno que estábamos teniendo.
Un kilómetro largo por la carretera y comienza puerto. A encarar las primeras y duras rampas del Camino de Degüera, la mal llamada Senda del Cartero.
La senda gana altura con sorprende rapidez sobre el fondo del valle.
Pasamos un punto donde se encañona un poco y justo por encima cruzamos el pedrero hacia la izquierda buscando una zona más abierta, llamada la Mata Degüera.
Las vistas empiezan a abrirse hacia el valle del Sella.
Continuamos ganando altura con tendencia primero a la izquierda, después de atravesar un tramo de senda protegido con una cadena y luego con varios zigzags vamos ascendiendo por la Sierruca
Casi de imrpoviso alcanzamos la explanada de la Cuenya, que nos da vista al pueblo de Biamón, encondido hasta ahora. Cruzamos el crestón y por el Sedo Bajo, accedemos a él.
Las vistas desde Biamón son una maravila, con la zona del Valdepino enfrente. De manera que allí hacemos un primer reagrupamiento, mientras los últimos compañeros aparecen por la Cuenya, a la izquierda de la foto.
Biamón está casi deshabitado. Solo un par de casas permanecen abiertas y por lo que parece, no de continuo. Cruzamos el pueblo hacia su zona alta, disfrutando de los característicos horreos beyuscos, a dos aguas. La zona alta del pueblo fue arrasada hace poco más de un año por un argayo. Faltó poco para llevarse el pueblo entero.
Subimos por el Camín de la Tobera, el sendero que nos conduce a la collada Nochendi, casi en la vertical de Biamón. Aqui también la pendiente es considerable, así que cada uno sube a su ritmo.
La collada Nochendi es otro de esos sitios preciosos, con unas vistas de escándalo hacia ambas vertientes. Por desgracia sus cabañas están todas practicamente en ruinas.
La vista hacia la vertiente de Viego, con la mole caliza del Carria en el cento de la foto.
Salimos de la collada Nochendi ascendiendo hacia la izquierda por el marcado sendero que nos conduce al valle Tuba.
En un momento dado alcanzaremos una colladina, marcada por una característica piedra que parece inclinarse sobre el sendero y desde la que disfrutamos de una preciosa vista del pueblo de Viego, con las cumbres del Campigüeños, la Llambria y Los Tornos, asomando por detrás.
Toca a continuación atravesar el Monte Condares, en la zona alta del valle Tuba. Un pequeño, pero precioso hayedo.
Una vista atrás, de donde venimos, con la cumbre del Valdepino destacando al fondo
Llegamos así a uno de los puntos destacados del día. El sendero nos conduce a una balconada con unas vistas impresionantes sobre Viego, destacando ya la mole del Tiatordos.
Se trata de un cortado impresionante del que parece no haber descenso posible. Hacemos aqui un nuevo reagrupamiento
Las paredes caen cortadas a pico desde la zona alta y parece imposible el descenso por aqui, pero ...
... justo en el borde del cortado se abre una pequeña cueva en la que se interna el sendero. Es el paso del Toyu.
Una serie de escalones nos conducen a una pequeña cueva, de unos 10 m de longitud. Un precioso y providencial paso, que nos permite salvar el cortado.
La salida de la cueva no deja de ser una maravilla. Desde ella un corto sedo, aereo pero sin excesiva complicación, permite bajar por una repisa que con tendencia a la izquierda nos deposita en la base de los cortados.
Desde el Toyu cruzamos la zona alta de la Canal de Tuba y ascendemos a un nuevo colladín desde el que vemos el paso que acabamos de atravesar. Una preciosidad.
Desde este collado ya vemos el siguiente punto a alcanzar, la amplia collada Baxeñu.
En la collada nos dividimos. Algunos bajan directos a Víboli a comer, pero otros, queremos hacer cumbre, de manera que unos metros antes de llegar a ella, tomamos a la izquierda subiendo hacia La Boya, en un tramo fácilmente reconocible por las armaduras que presenta el camino, los Tornos de la Gorgoleta.
Gracias a ellas alcanzamos fácilmente la Boya la Campiella y desde ella, en poco más llegamos a la amplia cumbre de Peña Salón. El día había ido nublándose, pero aún disfrutamos de las vistas sobre el Tiatordos, Campigüeños y la Llambria, ...
.. o sobre la cresta de Peña Subes al Sen de los Mulos, con el Niajo al fondo.
Al lado contrario, vistas sobre el Carria, ...
... y por supuesto hacia el Valdepino. La zona del Cantu Cabroneru y los Picos de Europa esaban cubiertos por las nubes.
Una par de panorámicas.
Y por supuesto foto de cumbre.
No paramos mucho arriba. Se hacía tarde y los compañeros esperaban para comer en Víboli, así que en seguida para abajo, de nuevo por los Tornos de la Gorgoleta y luego por el ampilo camino que nos baja al pueblo con preciosas vistas sobre el Ojo el Furacao, en la Peña Vibolines.
La senda baja primero con tendencia a la derecha, para después girar hacia la izquierda hasta acabar saliendo junto al cementerio. Desde ahí, una buena pista nos baja al pueblo.
En Víboli paramos un buen rato. Allí había de todo, comida para otras 25 personas, vino, bizcocho, café recien hecho, hasta una tarta de cumpleaños apareció. Con esta gente da gusto ir de monte.
De todas formas, había que seguir. Aún quedaba ruta. Unos bajarían por la carretera para cruzar la Foz de los Andamios. Otros seguiríamos para subir por el Sedo Vibolines. Volveríamos a juntarnos todos ya en la carretera del Pontón. Bajamos hasta la iglesia del pueblo, junto a la que tomamos a la izquierda para tomar por un poco marcado sendero que pasa por encima de las fincas del pueblo.
La senda va más o menos horizontal hasta ir pegándose a los paredones de la Peña Vibolines, donde comienza a ganar altura. Es la llamada Senda de la Peña, que permitía una comunicación directa entre Víboli y Casielles.
Desde lejos parece imposible que por estos cortados cruce camino alguno y en cambio, a medida que vamos acercándonos a los paredones, vamos viendo como se dibuja perfectamente una buena senda.
En un momento dado veremos en lo alto una portilla a la que tenemos que subir, se trata de la Portellera la Pumarina.
Víboli al fondo del valle y los compañeros ascendiendo hacia la zona de la portilla.
Continuamos otro tramo sensiblemente en llano hasta hacer un giro a la izquierda que nos da vista al sedo de los Vibolines propiamente dicho. Unos metros antes pasaremos junto a una placa en memoria de un vecino que se despeñó en esta senda. No transmite tranquilidad, la verdad.
Una vez más parece imposible que por ahí discurra senda alguna, pero con la ayuda de los compañeros que ya van ascendiendo vemos claramente la traza del camino, con una buena armadura en su base. La senda sube haciendo un par de zigzags hasta alcanzar la entrada de una cueva.
La cueva está cerrada por una precaria portilla en su parte inferior. La capa de estiercol que recubre su suelo da muestras de que ha sido usada para guardar ganado.
La cueva parece un fondo de saco, sin salida posible, sin embargo por encima y a la derecha de la entrada inferior hay una repisa a la que tenemos que subirnos.
Esta repisa da acceso al Sedo de los Vibolines, una estrecha plataforma por la que salimos de la cueva. Es un tramo corto, pero aereo, y a tener en cuenta si la roca está mojada. No es sitio para un resbalón.
Sin embargo, el tramo estrecho es corto. A medida que avanzamos la repisa se va haciendo más y más ancha hasta alcanzar una colladina que nos da acceso al Valle de Tuba. Acabamos de cruzar el Sedo de les Vibolines.
Salimos así a las praderías de la majada de Tuba. Aqui nos liamos un poco. En vez de ir perdiendo altura, continuamos más de lo debido en llano. De todas formas, en cualquier momento se puede perder la altura necesaria para reencontrar el buen sendero.
Atravesamos un tramo de bosque de robles muy guapo, en el que tendremos que cruzar un par de cortados. En esta parte apuramos un poco la marcha, ya que empezaba a llover y no era plan mojarse.
Tras atravesar un último espolón por una especie de horcadina damos vista a Casielles, enmarcado por un tenue arco iris y con las cumbres del Valdepino y compañía metidas en nubes.
El camino llanea hacia la izquierda por un tramo tallado precioso hasta salir a la iglesia de Casielles, en la zona alta del pueblo.
Nos atechamos un rato en el pórtico de la iglesia. Poco, la verdad, ya que en seguida paró de llover y volvió a lucir el sol.
Justo a la altura de la iglesia sale una buena pista que se dirige a Biamón, por la que tomamos. Sin embargo al poco la abandonamos para coger por otra que baja hacia la derecha, y que se dirige hacia el abandonado pueblo de Caviella, llegando primero al barrio superior de El Caniellu, donde muere la pista y en el que se encuentra la única casa que permanece abierta, aunque solo de forma estacional.
Caviella es un pueblo fantasma. Abandonado y con sus casas y cuadras en ruinas. Aunque es una pena, no es menos cierto que la vida aqui debía ser todo menos fácil.
Desde Caviella iniciamos un descenso vertiginoso por el camino de La Verganza hacia la carretera del Pontón. Primero la senda se dirige hacia la derecha, a cruzar el arroyo Caviella, en el único punto donde parece perderse algo, pero poco más adelante la rencontramos, siempre muy marcada.
El Camino de la Verganza desciende en su zona baja en cómodas revueltas, con buen ancho y siempre bajo la mirada de la espectacular aguja de La Plana.
Llegaríamos a la carretera del Pontón cerca del Puente la Verganza. Allí nos rencontraríamos con el resto de compañeros. Ya solo quedaba recorrer los 2 kilómetos abundantes que nos separaban de Puente Vidosa, donde teníamos los coches. Y luego a tomarse unas cervecillas y para casa. Un precioso día de montaña. Os dejo el track.
Cienfuegos
Como siempre, perbona descripción y mui guapes semeyes.
ResponderEliminarSaludos
Gracies Arturo. La fácil tomar guapes semeyes cuando el sitiu ye como Ponga.
EliminarHace tiempo que no voy por ahí, viendo tus fotos ahora, me entran ganas de volver. Un saludo.
ResponderEliminarPues ya sabes, Jose. a volver, que un paseo por Ponga siempre es buena idea.
EliminarMuy buenas fotos y descripción Javier.
ResponderEliminarPersonalmente, un placer haber podido desfrutar ese día en tan buena compañía, donde además pudimos conocer nuevos amigos.
Un saludo
Pues si Monchu. Fue un día estupendo y como bien dices, pudimos conocer nuevos compañeros de montaña. A ver cuando nos volvemos a ver, aunque creo que si no es antes, a finales de abril tenemos algo casi que a medias, ¿no? :D
EliminarMe ha parecido una ruta espectacular, vaya pasos mas bonitos que tiene. Sin duda que algún día iré a conocer esos preciosos sedos.
ResponderEliminarGracias por mostrarlo.
Un saludo
Gato, como digo es una de esas rutas que en el año no salen más de 3 o 4 tan guapas y completas. Solo puedo animarte a ir a conocerlo.
EliminarCuantas ganas tengo de hacer esta ruta!! tendré muy en cuenta tu post para cuando me anime. Fotos grandiosas de un entorno espectacular. Saludos
ResponderEliminarPor cierto; este itinerario está jitado o algún tipo de señalización?
ResponderEliminarJavier, la ruta es sin duda, espectacular. Las imágenes no llegan a hacerle justicia, especialmente en los sedos. El itinerario no está jitado ni balizado. Solo la entrada a la Senda del Cartero tiene algún indicador en la carretera. De todas formas, siempre se hace por senderos suficientemente marcados y en los escasos sitios donde pueden presentarse dudas de por donde ir (algún cruce de camino o a las salidas de Biamón o de Víboli), el GPS te sacará de dudas fijo. Si cuando vengais a hacerla necesitais alguna aclaración, no dudes en pedirla, o incluso si quereris compañía. Es de esas rutas que no me importará repetir. Un saludo.
EliminarHola Javi.....espectacular. Todo....fotos, paisajes....Una buena peteada. Un abrazu.
ResponderEliminarJorge, no es una ruta especialmente dura, pero si que se hace larga, para la distancia que representa. De todas formas, no importa el esfuerzo. El entorno lo recompensa con creces. Un saludo.
EliminarBuena ruta de la que yo en su día hice la parte hasta Peña Salón pero bajando directos al pueblo de Viego. Aquel día había nieve y hielo y el paso expuesto de la cueva del Toyu, era un auténtico riesgo, no me quiero imaginar haber pasado por el sedo Vibolines tal día...!!
ResponderEliminarDiego, pues desde luego no es la mejor ruta para hacer con hielo, no. Ya me imagino como estaría la zona del Toyu.
EliminarVaya pasada de ruta, habeis tenido de todo..pero creo que sobre todo la compañia es lo que mas se destaca, bueno aparte de ese paso aereo...
ResponderEliminarBuena caleyada con ese grupo de amigos, de envidiaaa..
Un Saludo.
Pues como bien dices, es una ruta en la que hay de todo, pero si, seguramente lo mejor fue el grupo.
EliminarParece que fue ayer cuando estábamos disfrutando todos de aquel día y ya ha pasado prácticamente un mes.
ResponderEliminarBuena elección el haber realizado la ruta de esta manera, aunque a la amiga Sara le costara un poco más que al resto.
Un día espectacular por todo: climatología, vistas, recorrido... pero sobre todo por la compañía, como siempre excepcional.
Un abrazo, Javi.
Carlinos, que pasa rizos, pues si, la ruta una maravilla más habiéndola hehco así. La pobre Sara se va a acordar de ella mucho tiempo. no se si se volverá a fiar de mi para otra salida, ja, ja. Un abrazo.
EliminarMuy buen reportaje como de costumbre amigo Cienfuegos...
ResponderEliminarDecir que como bien dices esta actividad es de las que se dan como mucho un par de veces al año, con gran cantidad de amigos que a algunos ya conocía y a otros he tenido el gusto de conocer y con una ruta que en algunos tramos quitaba el hipo, con una cumbre con unas vistas impresionantes y con esos famosos sedos que han sido toda una delicia... el reportaje con unas imágenes muy bonitas y que por una vez he tenido el gusto de conocer.
Un saludo muy fuerte y a ver si pronto podemos realizar alguna actividad de nuevo juntos, ha sido todo un lujo. Hasta pronto... Un abrazo.
Jose María, un placer haberte puesto cara por fin. Fue un placer compartir ruta contigo, bueno y con Edu, al que ya conocía y pr supuesto con el resto de gente. Un día perfecto de montaña. A ver cuando nos volvemos a ver. Un abrazo.
EliminarHola Cienfuegos.
ResponderEliminarLa ruta impresionante, pero lo que trasmite esas sensaciones son tus fotos. Por cierto en este tamaño más grande me gustan aún más.
A ver si se anima el Javier y me lleva a esos sitios.
Saludos
Konico, pues te digo lo mismo que a Javier. Animaros a venir a repetir la ruta y si quereis compañia, pues se habla, que a mi no me va a importar repetirla.
EliminarEspectacular ruta que desconocía por completo y preciosas fotos como siempre, un saludo.
ResponderEliminarPablo Lara.
Pablo, pues solo puedo animarte a conocerla. Verás como in situ es aún más impresionante. Una verddera maravilla.
EliminarUna pasada de reportaje, como presta verlo después de unos cuantos días y volver a recordar ese memorable día de montaña que compartimos. Como bien dices es una de las delicatessen de la montaña y de vez en cuando presta perderse por esos lugares. Buenas fotos como siempre. Saludos.
ResponderEliminarCarlos, menudo día más redondo, ¿verdad?, la ruta, el grupo,... todo. Salió redondo. Que te voy a contaryo a ti de Ponga, ja, ja. Un abrazo.
EliminarGuapísima ruta. Cuando lo fice quedónos nel tinteru el pasu pol sedu Vibolines, pero con eses semeyes tan descriptives paezme que ficimos bien en nun conocelu, jeje
ResponderEliminarUn abrazu
Berto, pues si baxasteis pol pasu el Toyu, nun me paez que les Vibolines seya muncho peor. Amás lo nun dir per ehí, diraslo por la xente que diba contigo aquel día, porque nun me paez que tu tengas munchu problema, tando de d´esguilar como tas. Vas tener que dir a conocelu que ye un sitiu perguapu. Un saludu.
EliminarCienfuegos, tienes un blog espectacular, las fotografías son preciosas, dicen mucho y la descripción que acompañan hace las maravillas.
ResponderEliminarPor aquí me quedo, besitos
Vany To, gracias por pasarte por aqui. Siempre se agradecen las visitas y los comentarios. Sobre lo de las fotos, supongo que son sencillas de conseguir cuando visitas lugares tan maravillosos como los de este día. Un saludo.
EliminarConozco la ruta por fotografía, pues la he visto muchas veces. Algunos compañeros de andanzas por la montaña, ya la han hecho y siempre me comentan que esta ruta es espectacular.
ResponderEliminarYo siempre les pregunto lo mismo: ¿vosotros creéis que yo puedo pasar por los sedos?
Unos; conociéndome bien, me miran como diciendo: "Mejor quédate en casa". Otros por el contrario, me comentan: Viti, te pones en medio de dos de nosotros y pasas sin dificultad. La verdad, es que no se a quién hacerle caso. Conozco mis limitaciones y se lo que sufro cuando tengo que pasar por zonas aéreas y por consiguiente, siempre dejo esta ruta para "otra ocasión".
En fín compañeru, que no sé si alguna vez la podré realizar.
Con respecto a tu reportaje, no crea que pueda aportar algo más de lo que ya han hecho otros compañeros. De verdad que me ha encantado.
Un saludo montañero.
Viti, no sabría que decirte. Con nosotros vino una compañera que lo pasó fatal en el paso del Toyu. Les Vibolines no lo intentó. Personalmente no me parece especialmente comprometido ninguno de los dos, pero en estos temas, no me atrevo a decir nada. Tengo amigos que los he visto tirarse al suelo y negarse a pasar en pasos de montaña donde yo no apreciaba el más mínimo problema, ...
EliminarUn saludo
Cienfuegos, no me canso de ver las fotos de esta actividad (Monchu y Sara se adelantaron en publicarla) y es impresionante!!! Tomo buena nota porque me ha encantado y se posiciona como preferente en cuanto tenga un hueco para acercarme por allí... esas repisas aéreas son mis favoritas... :)
ResponderEliminarGracias por las fotazas.
Un fuerte abrazo.
Pues Sarita, ya sabeis acercaros a conocerlo. Total, como lo teneis al lado, ja, ja. No, en serio, si en el futuro teneis la oportunidad, es una ruta que merece la pena hacerse. Y si quereis compañía solo teneís que decirlo. Un saludo
EliminarOtra ruta que apetece. Esta seguro que la intentamos, aunque esos sedos... espero que sobre el terreno no impresionen tanto como en las fotos y no demos la vuelta en el último momento, la verdad es que dan una sensación muy aérea y con lluvia o niebla supongo que todavía será peor. Como siempre unas estupendas fotos, especialmente la de la silueta recortada en el contraluz de la cueve, una preciosidad; seguro que alguna te la copio. Gracias por toda la información. Saludos.
ResponderEliminarGermán, el vértigo es algo muy personal que no me atrevo a valorar. En principio te diría que no son excesivamente complicados (siendo el Toyu el más sencillo), pero una compañera lo pasó realmente mal en él. Los Vibolines ni lo intentó. De todas formas, y aú sin problemas de vértigo, yo no me metería por ellos en mojado. De todas formas, solo puedo animarte a repetir la ruta. Es una maravilla. Un saludo
Eliminar