Kurt Diemberger
Ediciones Desnivel
El nudo infinito o el nudo eterno es según el budismo tibetano, el símbolo de la infinita sabiduría de Buda. No tiene principio ni fin. Es eterno. Y ese nombre fue el que utilizó Kurt Diemberger para titular su libro, en el que nos cuenta su especial relación con una de las grandes montañas. El K2.
En 1957 un, por entonces joven Kurt vió por primera vez el K2 durante su expedición al Broad Peak en la que era cámara de altura. Quedó subyugado por la grandeza de la montaña y desde entonces su vida quedaría ligada a la misma. Tras algunos intentos frustrados, y siempre gracias a su trabajo como cámara de altura, en 1986 vuelve al Chogori, en compañía de su compañera Julie Tullis, tan obsesionada como él por lograr la ansiada cima del K2.
Pero 1986 es un año terriblemente trágico en el K2. Entre el 21 de junio y el 10 de agosto, un total de 13 alpinistas morirían intentando ganar su cumbre, o escapando de ella. El 21 de junio un alud arrasa la Magic Line atrapando a los alpinistas americanos John Smolich y Alan Pennington. El día 24, tras hacer cumbre, el matrimonio francés Liliane y Maurice Barrard se pierden en una tormenta y desaparecen.
El día 10 de julio, tras lograr la primera ascensión por la cara sur, el polaco Tadeusz Piotrowski, pierde un crampón durante el descenso y se precipita al abismo. El 16 de julio el alpinista italiano Renato Csarotto, renuncia a su tercer intento de ascensión en solitario en el que llevaba empeñado casi todo el verano. Durante el descenso cae en una grieta y aunque es rescatado, muere instantes después.
Todas estas muertes transcurren mientras Kurt y Julie realizan su trabajo de grabación en la montaña y mientras preparan su propia ascensión al K2, pero es, sobre todo, la muerte de Renato, la que merma la confianza de Julie, la compañera de Kurt, quien de todas formas sigue empeñado en intentar la cumbre. Por fin, tras muchos momentos de dudas, Julie se decide a acompañarlo. El 28 de julio salen del campo base para un último intento a cumbre. La estación está avanzada y de hecho pocos días después, un grupo de porteadores llegará al campo para recoger el campo base y bajar todas sus cosas a Skardu.
Desde ese momento una serie de errores, contratiempos y malentendidos precipitan la tragedia. Un alud, el llamado alud de la tetera, había barrido la ladera de la montaña. Kurt teme que el alud haya arrasado los campos de altura. En la montaña coinciden la cordada de Kurt y Julie con varios amigos, Alan Rouse y "Mrówka" la hormiga polaca, entre ellos; así como miembros de una expedición austriaca y una expedición coreana. Kurt avisa a los austriacos de que todo parece indicar que el campo IV ya no existe y que es probable que el campo III también haya desaparecido.
La expedición coreana parece contar con tiendas de sobra, así que se llega a un acuerdo para utilizar alguna de las suyas. Primer fallo. No va a haber tiendas suficientes. Los austriacos quizás pensaron que serían capaces de subir, hacer cumbre y descender antes de la llegada del resto de gente al campo IV. Pero no sería así. No consiguen hacer cumbre y regresan al campo IV a pasar noche e intentar repetir al día siguiente. El campo se satura de gente. no hay tiendas para todos.
Para colmo de males, confiados en el buen tiempo reinante, parte del grupo, Kurt y Julie incluidos, desaprovechan un día en el campo IV. Permanecen todo un día de buen tiempo sin nada que hacer a 8000 m de altura. 24 horas que supondrán la diferencia entre vivir y morir. Segundo fallo.
Por fin, el 4 de agosto Kurt y Julie salen hacía cumbre. Lo consiguen. Pisan la cima del K2, pero es muy tarde. Tanto que se les hace de noche mientras descienden, sufren una caída de la que se salvan milagrosamente y tienen que vivaquear a unos 8.300 m de altura.
Al día siguiente logran alcanzar el campo IV. Sin embargo las dificultades no acaban aquí. Más bien empiezan. La tormenta se cierra sobre el K2. Durante 5 días permanecen atapados en el campo sin poder salir de sus tiendas. Son 7 personas en solo dos tiendas. Demasiados días a demasiado altitud. El día 7 fallece Julie Tullis. El día 10 inician una huida desesperada hacia abajo. Alan Rouse ni siquiera puede salir de la tienda. Se quedará allí para siempre. Alfred Imitzer y Hannes Wieser morirán de agotamiento solo unos metros por debajo del Campo IV. Mrówka desaparece durante el descenso, a unos 7.200 m.
Tras un trágico descenso, tan sólo Kurt Diemberger y Willy Bauer logran alcanzar el campo base, cuando ya todos les daban por muertos. Un libro en el que Kurt logra plasmar perfectamente sus sentimientos, sin duda encontrados, hacia un gigante como es el K2.
Quedan, eso si, alguno de los videos grabados por Kurt y Julie, como el que os pongo a continuación, en el que se puede ver incluso la imagen de Julie, sosteniendo la tetera encontrada, la que daría nombre al alud de la tetera.
Un saludo
Cienfuegos
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