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Editores Lunwerg
Un libro precioso. De verdad. Un gran formato plagado de fotografías de alta, altísima calidad de algunas de las más guapas, impactantes o simplemente atrayentes del mundo, distribuidas en siete lotes, entre las que se intercalan otros tantos textos, acerca de diferentes aspectos de las montañas.
Eduardo Martínez de Pisón nos habla sobre la percepción de la belleza y del valor natural de las montañas, desde que el el siglo XVIII, dentro del movimiento romántico, empezase a darse valor a unos territorios, sin duda hasta entonces, menospreciados. Pareja a la admiración de esos espacios llegaría el respeto a los mismos y su protección.
E. Serrano Cañadas nos cuenta sobre la evolución del conocimiento físico de las montañas, desde los tiempos más remotos, en los que eran objeto de temor, cuando no cuna de dioses y origen de mitos y religiones, hasta la paulatina apertura de un medio extraño, el de la montaña, a lo largo del siglo XVIII, así como su posterior exploración, y la divulgación y comprensión global del verdadero significado de las montañas.
Eduardo Viñuales Cobos ofrece su visión sobre la vida salvaje en la alta montaña, un medio en el que el hombre es un ser de paso, poco o nada adaptado a vivir y sobre todo a sobrevivir, en ella. Relata las adaptaciones específicas de diversos seres vivos, animales, pero también plantas a vivir en altura y sobre todo con frío. Sustancias anticongelantes, raíces profundas o fertilizaciones y nacimientos que deben adaptarse a veranos extremadamente cortos.
Juanito Oiarzabal relata como se ve el mundo desde las cimas de las catorce montañas más altas, lo que lo movió a subir las 14 grandes, el sufrimiento que supone ascender tan solo 100 m de desnivel a 8.000 m, respecto a lo fácil que nos resulta a alturas más habituales. Lo que se siente o lo que se piensa, cuando estás en el techo del mundo, en la cima del Everest.
Sebastián Alvaro presenta una breve historia sobre la exploración de las montañas y del alpinismo, bajo el título “Doscientos años de soledad”, desde las primeras ascensiones al Mont Blanc con De Saussure. La carrera por coronar las montañas más altas del mundo. Herzog, Hillary, Messner, … y tantos otros.
Joaquín Fernández escribe sobre la relación hombre-montaña en “En el principio fue la montaña”. Si en un primer momento esa relación se limitaba a vivír de los recursos de las montañas, después también se empezó a ver la montaña como lugar de esparcimiento, de curación y como un lugar de aprendizaje.
El último apartado viene de la mano de Joaquín Araújo y cuenta con siete pequeños relatos, acompañados de otras tantas estrofas de poesías. De todos ellos, me quedo con la que es una de las mejores definiciones que he leido nunca sobre lo que es el montañismo:
“Se trata de ir hasta donde no hay casi nada, pero que te permite alcanzar con la mirada, a veces incluso con la emoción, las residencias donde está todo”.
Un saludo
Cienfuegos
Esos libros de gran formato son una delicia, buena recomendación Javi. Un abrazo.
ResponderEliminarCarlos, lo tienes en la biblioteca pública de Oviedo. Por si, ...
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