A lo largo del año me suelo permitir gastar algún día de vacaciones en rutas que verdaderamente merezcan la pena. Rutas de esas que en el año no haces más de tres o cuatro, por lo salvaje del recorrido, por su dureza, pero también y sobretodo por su belleza. Esta iba a ser una de ellas. Una ruta en la que la niebla quiso ser protagonista, pero que al final nos permitió recorrer la Sierra de Cocón con las cumbres del Cuetu Cerralosa y el Jajao.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 13/05/2015
- Zona: Sierra de Cocón
- Concejos: Peñamellera Alta y Peñamellera Baja (Asturias) y Tresviso (Cantabria)
- Inicio/Fin: San Esteban
- Distancia: 17,5 Km
- Desnivel máximo: 1.355 m
- Desnivel positivo acumulado: 1.710 m
- Tiempos: 9 horas
- Dificultad: Moderada. La dureza de la ruta queda patente en el desnivel acumulado. Aparte de eso, y sin ser técnicamente complicada, el tramo del Cueto los Tombos por las caídas al norte y el descenso a la Collada Jermosa por la pendiente, deben afrontarse con cuidado, especialmente en caso de que el terreno estuviera mojado.
La integral de la Sierra de Cocón era ruta pendiente desde hacía tiempo, así que la propuesta de Le Professeur no cayó en saco roto. Total, que madrugada al canto y bien temprano para Unquera, donde hicimos una breve parada a tomarnos un café y posteriormente seguir viaje hasta San Esteban (270 m), de donde saldríamos con un día bastante feo de momento. Desde cerca del mirador le tiro una foto al pueblo y al valle de San Esteban, por donde bajaríamos por la tarde.
En la primera parte de la ruta recorreríamos la senda de la Pasada del Picayo, balizada como PR.PNPE-29 y en la que no me extiendo demasiado, ya que como veis la mañana no estuvo para muchas fotos y además esta ruta ya la tenéis documentada en el blog en esta otra entrada AQUI. De momento tocaba seguir hasta el área recreativa y empezar a ganar metros por el Monte Robicores.
En las colladas de Collado Medio, separadas entre si por pandas herbosas que hay que cruzar.
Superando la parte cimera de la Canal de las Tejucas, en un tramo asegurado con un cable. Aquí debe tenerse cuidado sobre todo a la salida, pues los desventíos hacia la Canal de los Obreros son considerables.
Cruzando sobre la Canal del Infierno, que entre la niebla apenas vislumbramos.
Pasando por Árguma, con una característica aguja que se nos muestra envuelta en niebla.
Un nuevo tramo asegurado con cable. El día parecía querer aclarar por arriba, pero le costaba mucho.
Cruzamos la Pasada del Picayo con sus barandillas y vamos poco a poco entrando en el valle de Tresviso.
Uno de los tramos más espectaculares de la ruta. Por desgracia lo cruzamos envueltos en niebla. Los compañeros que no conocían la senda de la Pasada del Picayo, van a tener que volver para poder disfrutarla en condiciones.
Tras eso la senda mejora y alcanza un buen camino que conduce ya sin mayores contratiempos a Tresviso. La idea que traíamos era habernos echado arriba, a ganar lo alto de la sierra poco después de la Pasada del Picayo, pero con aquellas condiciones de falta absoluta de visibilidad, seguimos ruta hasta cerca de Tresviso, aunque sin llegar al pueblo empezamos a ganar metros, subiendo junto al cierre de un prado, para ya por encima de él salir, por fin, del mar de nubes que nos había acompañado en toda la travesía.
Subiendo por La Medoria alcanzamos una cuadra grande en La Valleja de la Cabaña, hasta la que llega una buena pista.
Seguimos subiendo en perpendicular a ella, por un marcado valle conocido como Valle Cocón o simplemente El Valle hasta entrar en los Joyos de los Calvos, una serie de jous, justo bajo lo más alto de la sierra.
Alcanzamos así la Collada Cocón de Arriba, ya en el filo de la sierra, una preciosa balconada al norte, que en nuestro caso nos mostraba un mar de nubes del que sobresalía la Sierra Nedrina con su máxima altitud del Cabeza Viguras y al fondo del todo, la Sierra del Cuera.
La cima de la Cerralosa ya estaba cerca. Seguimos subiendo por una marcada canaluca que nos conduciría directamente a cumbre.
Y cumbre del Cuetu Cerralosa (1.562 m), máxima altitud de la sierra y techo de Peñamellera Baja, con un día bastante feo hacia Picos y cubierto sobre el resto. Una verdadera pena, ya que las vistas desde aquí son una maravilla.
Con todo aún dio para echarle un vistazo a Picos, al macizo de Ándara, ...
... a los Urrieles, con el Picu destacando en el centro, ....
... y al sector norte del Cornión, con Llerosos y Cuetón.
La Sierra de Cocón sigue bajando al este, donde a duras penas sobresalen del mar de nubes algunas cimas del Macizo de Arria. Las nubes nos impiden disfrutar de las vistas sobre las playas de la costa cántabra y sobre el propio Cantábrico.
Me acerco a la antecima norte, desde donde veo el mar de nubes que cubre Asturias, con la Sierra Nedrina y el Cabeza Vigueras enfrente y al fondo el Cuera.
Picamos algo y sin parar excesivamente tocaba seguir ruta, que sabíamos iba a ser larga, así que foto de grupo y para abajo.
Vemos la primera parte de la sierra a recorrer, que haremos en todo momento por el filo o por la vertiente de Tresviso, ya que las caídas hacia el norte, hacia el valle de San Esteban, son impresionantes.
Un corto sedo nos deposita en una primera horcada, anterior a las cumbres de los Picos de la Cerralosa a los que no vamos a subir.
Iniciaremos así una travesía perdiendo muy poca altura, pasando bajo las dos cimas que forman estos picos y aproximándonos al collado Pandecoba.
Abajo van quedando las fincas de Tresura.
Superada la primera parte, empezamos a perder altura por una ladera herbosa hacia el amplio collado de Pandecoba (1.412 m), cuando ya tenemos delante el Cueto los Tombos por donde pasaremos a continuación.
En el descenso desde el Cueto Cerralosa, se había apreciado por momentos una tenue senda que aquí se muestra mucho más marcada.
De pronto nos damos cuanta que la niebla está empezando a ceder y ya se vislumbra el collado La Galavín, a la izquierda del Cabeza Vigueras, a donde tendremos que bajar.
Una vista atrás, hacia los Picos de la Cerralosa y la panda herbosa por donde acabamos de bajar.
Desde la collada Pandecoba toca remontar una buena pila de metros de fuerte pendiente.
Desde aquí vemos perfectamente la carretera de Tresviso y la amplia collada del Jitu Escarandi.
La senda sube hasta la cima misma del Cueto los Tombos (1.508 m), que forma un alargado cresterío que tendremos que recorrer por el filo. Las caídas hacia el norte, al valle de San Esteban, son verdaderamente espectaculares.
Al oeste vemos como sigue la sierra, bajando hacia los Cuetos de Galamería para seguir a la derecha, cerrando la cabecera del valle de San Esteban, hacia el collado La Galavín.
Seguimos por la cresta del Cueto los Tombos hasta su extremo oeste.
Allí empezamos a bajar, ligeramente por la vertiente de Tresviso, buscando una pequeña horcada que constituye el único punto por donde es posible abandonar aquí la sierra. Si mal no recuerdo es la tercera horcadina, aunque hay huella de paso en todo momento.
La horcada da paso a una pendiente canal por la que hay que bajar. Puede que sea el punto más problemático de la ruta, sobre todo si tenemos que hacer el descenso en mojado. La pendiente es considerable y la ladera está tapizada de hierba argana, esa hierba larga que tanto resbala. Aquí la huella de paso desaparece y debemos perder unos metros por la canal para luego realizar una travesía a la izquierda, buscando una pequeña collada.
Mal sitio para un resbalón tonto. Acabaríamos en Sombeju, 500 m más abajo.
Al alcanzar la collada, debemos pasar a la vertiente de Tresviso, aun cuando parezca más evidente seguir por la de San Esteban. Perderemos unos metros hasta dar con una vira, bajo unos paredones calizos por la que volvemos a ganar la altura perdida y salir así, a la Collada Jermosa (1.410 m), en la que volvemos a pasar a la vertiente norte.
La Collada Jermosa nos deja a los pies de los Cuetos de Galamería, siendo el primero de ellos el denominado como Jajao y que constituye el techo de Peñamellera Alta, por lo que nos dirigimos hacia él.
Y cumbre en el Jajao (1.445 m), cuando ya quién más, quién menos, iba tocado con el desnivel acumulado. Desde la cima una foto atrás, al terreno recorrido.
El día iba poco a poco mejorando, pero hacia Picos permanecía la bruma y no se veían bien sus cimas. A todo esto ya iba siendo hora de pensar donde comer. Entre el cansancio y el calor, lo que se apetecía era buscar algún sitio con agua, por lo que decidimos tirar hasta Sombeju. Así que foto de grupo y para abajo que aún faltaba un "pedazo".
Abajo queda la carretera de Tresviso y las fincas de Tresuba.
Nos acercamos a la base del Cueto Vidujeu, para dar vista a la cabecera del valle de San Esteban y a la collada La Galavín, a donde tendremos que bajar.
Después, bordeamos por la izquierda el morro del Cueto Vidujeu, bajando junto a un pedrero hasta salir a un marcado sendero que cruza a media ladera por la vertiente que cae hacia Tajadura, subiendo hacia los Jorcaucos.
Así, mientras nos acercamos a los Jorcaucos, una serie de colladinas, vemos abajo a la izquierda, la vega de Tajadura con sus cabañas.
En los Jorcaucos giramos a la derecha, en una zona en la que nos debimos saltar algún sendero, pero que se deja caminar bien, y bordeamos así un pequeño morro hasta salir a la cabecera del valle de San Esteban, donde reencontramos un sendero que va a ir bajando por el filo del cordal.
Mientras bajamos vamos a ir dejando a nuestra derecha el valle de San Esteban, que baja hacia el río Deva, y a nuestra izquierda la entalladura del barranco del Rubó que baja hacia el río Cares.
Una vista atrás a la parte de la Sierra de Cocón que hemos recorrido con el Cueto Cerralosa, Picos de la Cerralosa y Cueto los Tombos. A la derecha marcado en rojo el descenso a la Collada Jermosa.
La senda alcanza un pequeño bosquete en Los Vallejones y poco después se llega a una especie de collado, el de Las Retuertas. Allí la senda pierde altura con varias revueltas. En una de ellas nos la dejamos a nuestra derecha y tuvimos que cortar por una ladera con fuerte pendiente para salir de nuevo a ella más abajo.
Por fin alcanzamos el collado La Galavín (1.038 m), con una pequeña laguna y algo de ganado. Allí alguno bromeó con rematar el día subiendo al Cabeza Vigueras. Se quedó en broma. Buenos íbamos ya.
En el collado la senda gira a la derecha y baja por el centro de la vaguada hasta el fondo del valle de San Esteban, donde se localiza la majada de Sombeju. Al fondo, una vez más, la Sierra de Cocón.
La escondida majada de Sombeju, asentada en el fondo de una perfecta y recogida hoya, con lo que queda de lo que debió ser un espectacular alud a la derecha, a juzgar por el tamaño del mismo y el de los numerosos troncos de árboles que había. Hasta postes y señales del parque había allí mezclado con todo tipo de maleza. A saber desde donde bajó.
A falta de localizar fuente en la vega nos metimos, literalmente, en los huecos del alud a cargar agua. Entrábamos perfectamente de pie, tal era el tamaño del nevero (se ven los huecos en la foto anterior). Sobre el alud caía una preciosa cascada.
Y allí, por fin, paramos un rato a comer y echar unos tragos de un agua bien fría, que al menos a mi, me devolvió la vida. Tras la comida, tocaba reanudar ruta. Había que recorrer todo el valle de San Esteban por el llamado Camín de los Puertos que baja siempre por la margen izquierda del mismo.
De mano, tocaba subir hasta la cabaña del Coteru (875 m). Otra senda la bordea por la derecha a menor altura, pero vimos más marcada la que pasa por arriba.
Desde la cabaña observamos como es el valle por el que vamos a bajar. La senda baja a media ladera, perdiendo muy poca o nada de altura durante la mayor parte del recorrido, hasta estar ya cerca del pueblo.
En todo momento nos acompañan a nuestra derecha las espectaculares e inaccesibles paredes de la Sierra de Cocón.
Cruzamos el pequeño pero guapo hayedo de Monte Moneru.
A la altura del valle Vigueras, el valle se abre y ofrece una buena visión sobre la Sierra de Cocón y sus canales.
Después alcanzamos una pedrera en el Covajuco.
Y un poco más adelante la senda sube ligeramente para pasar por la entalladura del Callejón la Llaviá.
Por fin, cuando a lo lejos, ya se divisan las casas de San Esteban, la senda empieza a perder altura decididamente, buscando la parte inferior del valle.
Alguna de las espectaculares encinas que salpican la ladera de la Sierra Nedrina.
Poco después la senda pierde altura rápidamente con varias revueltas y pasa justo a unas oquedades que se ven utilizadas como refugio para el ganado. Un poco más allá, alcanzamos una arqueta de la traída de aguas a San Esteban. Desde ella la senda se vuelve pista, por la que seguimos bajando con las oscuras peñas de los Picos de Timoleña a la derecha y al fondo las escarpadas canales y agujas por donde de forma increíble transita la senda de la Pasada del Picayo y por donde habíamos pasado por la mañana.
Una vista atrás al valle de San Esteban por el que hemos bajado.
Las casas de San Esteban ya se veían realmente cerca. La senda se acerca al río, donde observamos algunas pozas en las que apetecía pegarse un baño.
La senda alcanza un pequeño puente de piedra y sube hasta salir a la carretera de acceso a San Esteban, en donde entrábamos unas nueve horas después de iniciar la ruta, cansados pero contentos.
Cambio de ropa y a lavarnos y sobre todo refrescarnos un poco en la fuente. Allí mismo, en San Esteban, nos tomaríamos la cerveza del día, charlando con uno de sus escasos vecinos y, como casi siempre en estos casos, recabando de primera mano información para futuras visitas por la zona. Os dejo el track.
Un saludo
Cienfuegos
Una ruta potente y completina eh? Ni he hecho la Pasá y tampoco el Cueto los Tombos porque me daba yuyu, pero sí nos acercamos a la collada Jermosa cuando hicimos el Jajao. Desde Tresviso tb subimos a la Cerralosa y efectivamente tiene muy buenas vistas pero así tenéis excusa para volver aunque no sea para hacer tanto kilometraje... Un abrazo
ResponderEliminarPaloma, pues la Pasá dle Picayo podrías hacerla sin problema. Está muy protegida. Y luego siemopre se puede volver por la Senda de la Peña y la carretera de nuevo a San Esteban. A la Cerralosa, efectivamente, habrá que volver con mejor día.
EliminarUn abrazo
Excelente jornada montañera, donde disfrutamos íntegramente todo el itinerario. Un poco menos en el Picayu, pero........es lo que hay. Buena descripción del recorrido y fotos. Saludos ;-)
ResponderEliminarPD.: No es Proffeseur......es "Le Professeur" (paezme que en la ëcole tocote inglés y no franchute..ja ja ja). Saludos ;-)
Pues si señor, tocó inglés, pero conste que el error fue un despiste, no ignorancia y ya está corregido.
EliminarNos vemos
Menudas fotos!!!
ResponderEliminarNo voy a caer en el error de decir que me la apunto, nunca se sabe. Pero si me apunto un par de palabros que desconocía y me resultan originales. A saber: desventíos y hierba argana, que seguro utilizaré en próximos reportajes.
Saludos Javier
Supongo que lo de desventios es muy asturiano, pero me sorprende más lo de hierba argana. Siempre pensé que también se diría así al otro lado de la cordillera. Y si no conoces nada por la zona, yo te recomiendo sobre todo la Pasada del Picayo. Se que es un viaje, pero no te defraudaría.
EliminarUn saludo
Completisima jornada montañera, tanto por el desnivel como por el kilometraje, una zona desconocida para nosotros, pero que por tus fotos y descripciones ya lo es menos., me pasa coo a Konico, lo de "desventios" es nuevo para mi ahora mismo me voy a Wiquipendia.
ResponderEliminarExcelente reportaje Javier, y Enhorabuena por esa gran y potente jornada montañera.
Un Saludo.
Pues solo puedo recomendaros que visiteis un poco la zona. Una ruta mas sencilla pero muy , muy guapa es hacer el Picayo y bajar desde Tresviso por la Senda de la Peña, por el Balcón de Pilatos. No tiene mucho problema y es espectacular. Y lo de desventios por precipicios, pues no se, ... yo lo digo mucho y lo tengo visto por ahí.
EliminarUn saludo
Muy chula y se ve potente. Estuve en el Cerralosa pero subiendo por Tresviso, y con un día feo. Motivo más que suficiente para intentar seguir vuestros pasos, aunque con cuidado.
ResponderEliminarUn saludo!
Pues ya sabeis, je, je. Nada, estando seco, se pasa todo sin problema.
EliminarUn saludo
Hay que ir afinando la forma y acercándose a Picos, ahora que los días son más largos y el clima suaviza... Una ruta perfecta para ambas cosas...
ResponderEliminarLa escasa visibilidad durante la subida, a menudo nos regala después un fantástico mar de nubes y en esta ocasión nos lo has sabido plasmar perfectamente con tus fotos.
Nunca hemos estado por la Sierra de Cocón y ni siquiera habíamos visto otras rutas por ella, lo que nos recuerda una vez más, la cantidad de sitios privilegiados que aún tenemos por descubrir.
Enhorabuena por tu fantástico reportaje y un fuerte abrazo Javier.
Pues si, afinando la forma, pero es que este año empezamos duro. Esta ruta y otra que espero subir en breve se nos salieron u poco de madre, sobre todo para ser hechas en mayo. Esos desniveles, en mi caso, son más propios de agosto o incluso septiembre.
EliminarY solo puedo recomendaros acercaros por la zona y hacer algo por allí. El macizo de Peñas Cabriegas es una pasada y aún está casi que por descubrir para la gran parte de los montañeros.
Un saludo
Pues una ruta que queda en "lista de espera", es espectacular, por por la pinta bastante dura, de echarle todo el día vamos.
ResponderEliminarSaludos!!
Pues si Valentín, todo el día. Entre el viaje las nueve horas que nos llevó, calcula. Pero mereció la pena.
EliminarUn saludo
Como me ha gustado rememorar esta ruta que hice hace unos años,(aunque en sentido contrario) y recuerdo muy bien ese alud impresionante con el nevero y los imponentes restos de árboles arrastrados por el mismo.
ResponderEliminarLástima de niebla en la pasá que os impidió disfrutar de las vistas al desfiladero de La Hermida.
Un saludo.
Si, por la pinta parece que ese alud baja todos los años, aunque viendo la cantidad y tamaño de árbles que habái en esta ocasión, debió ser mayor de lo habitual. La verdd es que la canal qeu le queda por encima se veía pulida, pulida. Y lo de la nebla, pues si. Yo por suerte, ya conocía la Pasá, pero los compañeors van a tener que volver.
EliminarUn saludo
Una pasada Javi...lastima que me coja un coco lejos...Me encanten les del Mar de los Casinos...jajaja. Un abrazu.
ResponderEliminarNo te digo nada, Jorge. La verdá ye que ye una paliza de viaje, pero el entornu ye una maravilla, eso si.
EliminarUn saludu
Y muy buena la del "mar de los casinos", ja, ja.
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