El Siete, los Castillines y Peña Ubiña son ya viejos conocidos, pero después de haber recorrido la cresta que une los Fontanes y el Siete, tenía yo ganas de conocer el paso directo entre el Siete y los Castillines por la vertiente leonesa, así como ascender por la arista este a la cumbre de Peña Ubiña. Material de sobra para llenar una jornada en la que además contaríamos con un estupendo día de sol y solo el hecho de andar recuperándome de un positivo en Covid19 puso la nota discordante, al sufrir en exceso en la parte final de la jornada.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 06/08/2022
- Zona: Macizo de Ubiña
- Concejos: Lena (Asturias)
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Inicio/Fin: Tuiza Riba
- Distancia: 13 Km
- Desnivel máximo: 1.200 m
- Desnivel acumulado positivo: 1.630 m
- Tiempos: 7 y 1/2 horas
- Dificultad: Muy Difícil. Tanto en el ascenso al Siete, como en el paso hacia los Castillines por la vertiente leonesa, en el ascenso a éstos y en la arista este de Ubiña hay trepadas continuas que, si bien son sencillas en todo momento y no superan nunca el II o II+, pueden presentar patio y deben ser tenidas en cuenta. La calidad de la roca en general es mala y hay mucha piedra suelta en todo momento.
- Track: Del-Siete-a-los-Castillines-y-Peña-Ubiña-por-la-arista-este
Salíamos del aparcamiento de Tuiza Riba un día más. Carga de agua en la fuente y para el Meicín en un tramo muchas veces recorrido, así que pocas fotos, si bien es imposible no hacer alguna, sobre todo si lo que se ve en el centro es precisamente la arista este de Peña Ubiña, por la que subiríamos más tarde.
Subimos a buen ritmo y en menos de media hora estábamos en la vega del Meicín, con poco ambiente a aquella hora aún en el refugio.
Nosotros para el valle de Covarrubia, con los Castillines al frente y el Siete tapado aún por la línea de los Portillines (dcha).
Para cuando pasamos la fuente del Bachao nos dimos cuenta que los valles se habían cubierto por un denso mar de nubes que no se iba a quitar en todo el día. Por suerte en ningún momento subió más arriba de la vega.
Las Castillines al frente, con Puerta d´Arcu a su izquierda.
Finalmente alcanzamos las Cinchas del Planón, donde ya vemos claramente el Siete, a la derecha del Tercer Castillín. Para cuando llegamos aquí ya veía que no iba todo lo fino que debiera. El Covid me había dado muy suave, como un simple catarro o poco más, pero parecía haber dejado sus secuelas y me costaba mantener el ritmo de Alberto.
Subimos a la derecha por el pedrero, siguiendo los jitos que llevan a la Pasada del Siete, para ya a bastante altura, cruzar a la izquierda empezando a trepar una serie de gradas.
El terreno está muy roto y presenta mucha gravilla por lo que, aunque no es en modo alguno complicado, obliga a asegurar el paso en todo momento.
Se continúa después por una especie de canal de poca profundidad, muy inclinada, pero sencilla.
Una trepada a la salida de la canal nos saca a la horcada final en la que damos vista a la vertiente leonesa, con Torrebarrio justo debajo.
Los últimos metros a cumbre se hacen andando. Allí sigue el pequeño buzón, con Peña Ubiña al fondo.
Al fondo los Fontanes, a la derecha del Crestón de Pasu Malu. La cresta que une Fontanes y Siete la recorrimos hace unos años, como os conté AQUÍ, en una de esas jornadas de las de recordar.
A la derecha de los Fontanes, Peña Rueda.
Los Joyos de Cueva Palacios con los Portillines a la derecha y el Fariñentu al fondo.
Hacia la vertiente contraria, las cumbres de Babia y Somiedo.
No paramos mucho en cumbre, lo justo para picar algo y beber un poco. Nos bajamos de ella regresando al punto de salida de la canal. Allí empezamos a perder metros por la vertiente leonesa, pegándonos a la base del Tercer Castillín, que forma una impresionante aguja visto desde este lado.
Tendremos que bajar hasta la base de una evidente canal. Es terreno sencillo, pero ¡ojo!, ya que tiene muchísimo grijo y es mal sitio para un resbalón. Se baja por la ladera que en la parte baja forma un embudo en el que habremos de poner cuidado para no tirarnos piedras entre nosotros. A la salida de éste cruzamos a la izquierda para alcanzar la canal.
La canal resulta sencilla, pero la inclinación es innegable. Además el fondo de la misma es un pedrero muy inestable, así que se sube mejor trepando por su izquierda. A la mitad habrá que salirse de ella a la derecha.
Entrando a la canal, por su lado izquierdo. El fondo nos queda a la derecha (sentido de la marcha). Conviene ir juntos para no tirarnos piedras unos a otros.
Hacia la mitad hay que cruzar a la derecha y trepar un muro que puede ser lo más complicado de todo. En cualquier paso no supera un II+
Alcanzamos así una vira que nos devuelve a la canal ya casi a la salida de la misma.
La horcada de salida queda apenas una decena de metros por debajo de la cumbre que ganamos sin problemas. Foto al "castillín", del Segundo Castillín.
Tercer Castillín y el Siete por detrás.
Portillines con el Fariñentu detrás.
Tesa, Mesa y Almagrera elevándose sobre el mar de nubes.
Bajamos del Segundo Castillín por una marcada canal.
A la salida de ella seguimos bajando con cuidado para no saltarnos el paso al Primer Castillín.
Cruzamos a la izquierda y llegamos a la base del Primer Castillín. El bloque cimero se puede alcanzar por varios sitios. Nosotros optamos por trepar un corto paso que gana una vira, sencilla pero un poco expuesta, que nos saca arriba.
El Segundo Castillín, visto desde el Primero.
El mar de nubes se había estabilizado justo por debajo de la vega del Meicín.
Puerta d´Arcu y la arista norte de Peña Ubiña. Lo más elegante hubiera sido seguir por ella a cumbre, pero es bastante más complicada que la arista este y no era el día.
Total, que nos vamos para abajo, para la Pasada del Arcu.
El típico ojal bajo la cumbre del Primer Castillín.
A la derecha se ve el Arcu, que da nombre a la Pasada y al Pico.
Aunque valoramos subir también el Picu de la Puerta d´Arcu, al final lo dejamos. También era conocido y no aportaba gran cosa. Bajamos por la Pasada del Arcu nuevamente a la vertiente lenense.
Vamos a cruzar los Joyos les Cabres para enlazar con la Senda les Merines.
Pasamos bajo el Cuetu les Cabres. Este se queda para una tarde.
Y tomamos contacto con la Senda les Merines.
Seguimos la senda hasta cruzar un canchal de grandes bloques. Tras superar éste la senda gana un hombro herboso donde gira a la derecha para iniciar el descenso hacia la collada Terreros. Es justo en ese hombro donde arranca la arista este.
Nada más empezar a ganar metros en la vertical del hombro localizamos los primeros jitos. Todo el recorrido está perfectamente jitado y no resulta en modo alguno complicado.
Peña Cerreo y la collada Terreros.
La parte baja casi que se hace caminando, con tan solo apoyar puntualmente las manos.
Aunque habrá que ir superando sucesivas gradas y zócalos. En esta parte subimos despacio y parando cada poco ya que yo iba literalmente fundido.
El peor paso está ya a bastante altura. La arista se afila y hay que superar un bloque bien por arriba haciendo un poco de equilibrio, como Alberto, o con una sencilla bavaresa por la derecha de la foto, como fue mi caso.
Superado este punto ya vemos la arista cimera. La cumbre está realmente cerca y por lo visto muy concurrida.
Y cumbre de Peña Ubiña. Una más. Ya ni recuerdo las veces que tengo estado aquí. Una vista a los Castillines, Siete y Fontanes, empastados.
El mar de nubes continuaba inamovible sobre los valles asturianos.
Los Puertos de Riotuerto, con Peña Cerreo a su izquierda.
La cumbre de Peña Ubiña estaba abarrotada y seguía llegando gente. No habíamos visto a nadie en las otras cimas. Parecía que estaba todo el mundo aquí. No se nos apeteció parar, la verdad, raritos que somos, así que cuatro fotos desde la cima y para abajo a buscar algún sitio más tranquilo donde comer.
Bajamos por la vía normal, siguiendo la buena huella existente y las marcas de pintura blanca y amarilla. Nuevas vistas sobre Peña Cerreo.
Ubiña la Pequeña.
El descenso se hace largo, pero es cómodo y sencillo.
Lo peor es justo cuando se alcanza la base, ya que o bien bajas hasta los Puertos de Riotuerto para luego ascender por ellos hasta la collada Terreros o, como nosotros, cortas a la izquierda por los canchales que recubren la base de Peña Ubiña para alcanzar el collado de forma directa. Lo primero es más largo, lo segundo se acaba haciendo muy pesado. Con todo alcanzamos la collada Terreros.
Los puertos de Riotuerto y Ubiña la Pequeña.
En la collada paramos por fin a comer, con las vistas sobre la vega del Meicín y el mar de nubes "aparcado" a la entrada de la vega.
Ya de bajada, una foto atrás, a la arista este de Peña Ubiña y el hombro herboso donde se toma (círculo).
Descenso rápido a la vega, con el refugio petado de gente, y donde nos despedimos del circo de cumbres de las Ubiñas.
Nada más dejar atrás la vega nos sumergíamos en la niebla de la que no saldríamos casi hasta llegar a Tuiza Riba, donde se había quedado un día de lo más tristón.
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