Senderu máxicu de la Peridiella

Un reportaje visto por casualidad en televisión me descubrió una ruta de la que aún no tenía noticia: el Senderu Máxicu de la Peridiella. La senda ofrece un sencillo y cómodo paseo a la vera del río de la Marea, estupendo para los calurosos días de verano, con el aliciente de arrancar desde el área recreativa del Santuario de la Virgen de la Cueva, en Infiestu. Pero no solo eso. Además la senda está jalonada por decenas y decenas de figuritas de duendes, xanas, sirenas, gnomos y demás fauna; pequeñas puertas que se abren en troncos y rocas; ojos que nos observan desde los árboles; y cartas con mensajes positivos que hacen de ésta una opción perfecta para llevar a los más peques de la casa.

 

DATOS DE LA RUTA

• Fecha: 05/07/2022
• Municipio: Piloña (Asturias)
• Inicio/Fin: Área recreativa Virgen de la Cueva
• Distancia: 8 Km
• Desnivel máximo: 50 m
• Desnivel acumulado positivo: 100 m
• Tiempos: 2 y 1/2 horas
• Dificultad: Fácil. Perfecta para realizar con niños.
• Track: Senderu-maxicu-de-la-Peridiella
  

Buscando aprovechar uno de esos días nublados de verano, que no estaba de playa, aparcábamos en el área recreativa de la Virgen de la Cueva, a la salida de Infiestu, en la carretera de La Marea.

Desde el Santuario de La Cueva continúa una estrecha carretera que, tras dejar atrás unas casas, da paso a una buena y cómoda pista que va a constituir el paseo de hoy.

Nada más empezar a caminar por la pista nos llaman la atención las primeras puertas en los árboles, las primeras casitas de los moradores del bosque.

La pista va a ir en todo momento a la vera del río de La Marea, al que nos podemos asomar de tanto en tanto, ascendiendo con una pendiente muy suave.

Las puertas y casitas se suceden en esta primera parte que se ha dado en llamar "Sensorama", aunque al principio de nuestro caminar los seres que las habitan nos son esquivos.

Por fin, una vez recorrido un buen tramo los habitantes del bosque empiezan a dejarse ver, y una vez lo hagan, veremos que son legión.

De tanto en tanto nos ofrecen mensajes positivos que nuestra caminata.

Los gnomos dan paso a duendes, hadas, xanas, ....

Pero además, tan curiosos pobladores tienen la suerte de vivir en un entorno privilegiado. El camino resulta sencillamente precioso.

Para cuando lleguemos aquí ya nos habremos integrado de tal forma en el paisaje y paisanaje de la senda, que sus habitantes ya no se molestarán en dejar su siesta...

...o volver al agua de la que acaban de salir.

Hacia la mitad del recorrido la senda sale a la carretera de La Marea, que habremos de cruzar y continúa nuevamente junto al río. Esta segunda parte se denomina "Cuando el bosque te mira".

Y es que en esta zona los seres se vuelven un tanto huidizos y son los árboles quienes nos espían desde las alturas.

Dejamos atrás las casas, preciosas por cierto, de Candanéu y poco a poco vamos aproximándonos a las del Roblón, y buenos roblones en verdad veremos en esta zona.

En el Roblón tendremos incluso un pequeño chiringuito donde poder tomar un refrigerio, cuando ya el final de la senda está próximo.

La senda muere un poco más allá, junto a las abandonadas casas de La Peridiella, donde un puente sobre el río nos permite salir nuevamente a la carretera de La Marea.

En nuestro caso tocaba desandar todo el trayecto de regreso al Santuario de la Cueva, aprovechando para despedirnos de tan mitológica fauna.

Es durante el regreso cuando, acostumbrados ya a la presencia de tan particulares seres, los ojos se fijan más en el entorno y en el camino, que incluso por si solo merece la pena recorrerse.

Regresábamos así al área recreativa de La Cueva. Allí también hay bar donde tomar algo, piscina para darse un baño y un buen número de mesas en las que comer.

Fue así como un día que amaneció bastante anodino, acabó por convertirse en un día mágico, gracias al Senderu Máxicu de la Peridiella y gracias al trabajo de la artista local, Ángeles Cobian, verdadera autora de esta maravilla de recorrido y de todos y cada uno de los seres que la habitan. Muchas horas hay invertidas en él. Os dejo el track, aunque en realidad no es necesario y lo mejor es dejarse llevar por la magia del lugar.

Un saludo
Cienfuegos