
Se acababa el verano y con él se acabarían también por una temporada mis habituales escapadas exprés. Las tardes ya están ocupadas con otras cosas y los días se acortan, lo que limita mucho las posibles salidas. Pero aún había tiempo de una última, como esta, en la que contra lo que suele ser habitual en estos casos, conté con la compañía de Pancho y David, para un accidentado - por el abandono de los caminos - y apurado - ya que casi nos anochece en mitad del monte - circuito para visitar la cumbre del Facéu.