17 enero 2024

Courio desde Ouviñana

Era el Courio una de las pocas cumbres pendientes dentro del libro "Las 100 montañas más guapas de Asturias". No me llamaba demasiado la atención. Monte muy pelado, sin grandes atractivos y con una ascensión en el mejor de los casos enteramente por pista. Pero para una mañana de invierno con la cota de nieve muy baja si que podía ser una buena opción. Y eso fue lo que hicimos. Un ascenso rápido siguiendo el PR.AS-146 para regresar a tiempo de comer en casa. Quien nos engañó fue el hombre del tiempo, ya que pronosticaba un día despejado y en cambio sufrimos un frío atroz, con una leve nevada durante el ascenso y una densa niebla en cumbre que nos robó las vistas. Por una vez tocó cambiar cerveza por caldo al finalizar la ruta.

DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 25/02/2023
  • Zona: Sierra de Begega
  • Concejo: Belmonte de Miranda (Asturias)
  • Inicio/Fin: Oviñana/Ouviñana
  • Distancia: 18 Km
  • Desnivel máximo: 920 m
  • Desnivel acumulado positivo: 960 m
  • Tiempos: 5 horas
  • Dificultad: Fácil. No presenta más complicación que el desnivel a salvar, ya que el ascenso se hace enteramente por pistas.
  • Track: courio-desde-ouvinana


Aparcábamos junto a las casas de Las Piñeras, en Ouviñana, cuando el día aún no había ni amanecido. Mañana fría, muy fría, de tiempo inestable que esperábamos nos respetara.


Subimos hacia las casas del barrio viejo de Ouviñana y allí dejamos la carretera que sigue a la iglesia para cortar por un ancho camino que sube más a derecho.


Alcanzamos así la iglesia de San Juan, o lo que queda de ella. Ya no es solo que esté en ruinas, es que hasta el entorno es un desastre. Desde luego podía estar bastante más adecentado.


Desde la iglesia continúa un buen camino que cruza una zona de bosque por el que vamos a ir ganando metros.


Alcanzado un cruce podemos seguir de frente o tomar, como en nuestro caso, la opción de la izquierda, que resulta algo más corta. Ambas vuelve a unirse pasadas las fincas de Llandepila. A esta altura, una vez salgamos del bosque, ya podíamos empezar a disfrutar de las vistas sobre la vega del Narcea aguas abajo de su confluencia con el Pigüeña, bajo la Sierra del Pedrorio.


Al otro lado del valle del Pigüeña, el Pico Grande, máxima altitud de la Sierra del Pedrorio.


Poco después la pista por la que estamos avanzando pierde pendiente y casi llanea mientras corta la falda oriental del Couriu, enmarcando los montes del valle del Pigüeña, con la Sierra de la Manteca a la derecha, que mostraban una buena capa de nieve. La cota estaba bastante más baja de lo que pensábamos e iba a tocar abrir huella.



Seguimos avanzando. La Sierra de la Manteca siempre al frente (derecha) y bajo nosotros el valle del Pigüeña, con pueblos como Lleiguarda.


A lo largo de la ruta del PR.AS-146 pasaremos junto a algunos paneles explicativos. Uno de ellos nos cuenta que en Leiguarda o Lleiguarda se localiza el Palacio de la Condesa de Mora, que según la leyenda, perteneció a una mora que se enamoró de un cristiano. La relación fue permitida con la condición de que renunciara a su religión musulmana y “guardara la ley”, y de ahí vendría el nombre del pueblo.


Poco después tomamos contacto con la nieve. De momento una ligera capa a la que se suma una incipiente lluvia que poco a poco se convertirá en nieve. En ese momento guardo la cámara y las pocos fotos que saco las tiro con el móvil.




Por arriba el día iba a peor y a la precipitación se añadía un frío glacial y una niebla en altura que nos anunciaba que íbamos a quedarnos sin vistas. La verdad que el paisaje parecía pintado en blanco y negro.


En un cruce habíamos optado por la pista principal, que va más baja, aunque más tarde volveríamos por la alta.


Muy cerca del Altu la Brueba alcanzamos un nuevo cruce en el que tomamos el ramal derecho que sigue subiendo, cuando ya había una buena capa de nieve reciente.



A la izquierda dejamos el Altu la Brueba y sobre él la Sierra de la Begega con sus molinos, aunque casi oculta por las nubes.



Desde la laguna de la Brueba restan unos 200 m de desnivel que en circunstancias normales se hacen cómodamente por la pista que asciende con varias revueltas por la Vallada Couríu, aunque en nuestro caso tocó abrir huella en una nieve polvo que en la zona alta alcanzaría unos 20 cm de espesor, todo ello en medio de un frío terrible.


Las antenas y casetas de la cima emergen de entre la niebla cual fantasmas congelados.


Y cumbre del Courio o Couríu, con la nieve muy venteada.


Muy guapas las vistas. Habrá que volver con mejor día.


Tan solo al sur, hacia la Sierra de la Begega y el Altu la Brueba se apreciaba algo.


Nos refugiamos unos minutos del viento helador tras la caseta del alto del Courio. Lo justo para picar algo y echar un trago. Y a falta de vistas, autorretrato. Selfie lo llaman ahora.


Y con las mismas, para abajo, que arriba estaba para pillar una hipotermia. Nos despedimos de las antenas.


Bajamos como tiros hacia el Altu la Brueba. Allí se localizan unas pequeñas lagunas. Son restos de la intensa actividad minera de época romana que se desarrolló en este paraje. Y es que la presencia de oro en la zona llega hasta nuestros días y si no, ahí está la mina de Orovalle, solo un poco más al sur de la Sierra de Begega.



Bajamos nuevamente hasta el Altu la Brueba.


Aunque no llegaremos a él, pues en un cruce optamos ahora por tomar la ruta alternativa, que va más alta que la de que nos trajo hasta aquí.


Se trata de un camino ancho, pero que no tiene nada que ver con la buena pista por la que subimos. Da la vuelta a las fincas del Teixu, pasando bajo la cumbre del Couríu.

Después inicia un prolongado descenso con suave pendiente, por encima de la pista de ascenso, con la que llegará finalmente a confluir.



El pueblo del fondo del valle es Alvariza, en la carretera hacia Somiedo y lo que se intuye al fondo son ya las cumbres de la zona alta del valle del Pigüeña.


Al otro lado del valle vemos el extremo norte del largo Cordal de la Mesa, con la cumbre del Matacaleao a la derecha.


Por fin salimos de la línea de nieve. El día no mejora, pero al menos ya no llueve/nieva. Por debajo nuestro vemos el pueblo de Bello o Beyu, en el que destaca una impresionante casona.



A nuestras espaldas vamos dejando la Sierra de Begega con sus molinos que emergen de entre la niebla cual gigantes, que diría Don Quijote.




Poco después volvemos a dar vista a la vega del Narcea. Por allí el día estaba incluso peor y parecía llover.


Regresamos por el mismo camino de la ida, cuando volvía a caernos un ligero orbayu. Guapo el bosque previo a llegar a Ouviñana. Por la mañana casi ni lo habíamos visto al estar aún tan oscuro.



Volvíamos a Ouviñana, donde callejearíamos un poco para ver sus casas, alguna bien guapa, y luego para el coche.


Y ya en el coche, pues a cambiarse de ropa, que la mojadura era de las buenas y luego a buscar un bar donde esta vez cambiaríamos cerveza por un reparador caldo bien caliente, que la mañana había sido terriblemente fría. Y después para casa, que llegábamos a tiempo de comer con la familia. Os dejo el track.


Un saludo
Cienfuegos

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