Ruta largamente planificada que si bien tenía en mente para más avanzada la primavera, los amigos de Los de las Claras me adelantaron a finales de invierno. Había ganas de hacerla. Al final, viendo como es el último tramo, por la garganta del río Casaño, mejor haberlo hecho ahora que la vegetación aún está durmiendo. Aún así la ruta resultaría larga. Para mi, la primera calcetinada del año. Y a pesar de ser martes, y martes y 13 para más señas, nos juntamos un grupo majo. Jonatan, Alex, Marcelo, Pancho, Juan Carlos, Santos, Alberto y yo mismo.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 13/03/2012
- Zona: Macizo del Cornión. Picos de Europa
- Concejo: Cabrales (Asturias)
- Inicio/Fin: La Molina
- Distancia: 21 Km
- Desnivel máximo: 1.185 m
- Desnivel positivo acumulado: 1.460 m
- Tiempos: 10 y 1/2 horas
- Dificultad: Moderada. Sin ser una ruta que presente más dificultades que la dureza propia del recorrido, hay que tener en cuenta que el paso por la Senda de la Llucia resulta muy aéreo. Gran parte del recorrido también puede resultar comprometido en caso de presencia de niebla.
Salimos de La Molina (360 m) por el precioso camino empedrado que poco a poco va perdiendo altura en dirección a la entalladura del río Casaño, entre la Peña del Valle y El Cuetu Pando.
Allí, en el punto más estrecho se encuentra el puente Pompedro (320 m). Un sitio que siempre me impresiona. Las paredes comprimen el río Casaño de forma increíble.
En el puente Pompedro hay un cruce de caminos. El de la derecha se interna en el valle del río Casaño. Por ahí bajaríamos por la tarde si todo iba según lo previsto. El de la izquierda entra en el valle Tamañán, atravesado por el arroyo de la Voluga, casi sin agua en esta ocasión, que tendremos que cruzar un par de veces.
El día había amanecido nublado, aunque la previsión era buena. Según vamos subiendo por el valle Tamañán nos internamos en la niebla,...
Para salir de ella dando vista a uno de esos maravillosos mar de nubes que nos suele regalar Picos. Al fondo a la derecha se destacaba perfectamente la Sierra del Cuera en toda su extensión.
Poco a poco vamos progresando por la ladera, de fuerte pendiente, ganando altura hasta un primer collado (750 m), donde hacemos un primer reagrupamiento.
Un poco más arriba alcanzamos la planicie del Coterón (764 m), con una solitaria cabaña y donde vemos lo que será una de las constantes del día: la cumbre de Cabeza Pandescura. Entre nuestra posición y ella discurre la encajonada garganta del Casaño por donde haríamos el retorno.
Desde el Coterón la cosa se pone más dura aún. La senda se retuerce en varias revueltas para superar el crestón calizo gracias a los tornos de Los Retraites. Abajo va quedando el Coterón y su cabaña.
Superados los Retraites, la senda sigue subiendo pero con menor pendiente. Se alcanza una pequeña vega (950 m), apenas un ligero descanso antes de continuar ascendiendo hacia las vegas de Brañas, Brañaredonda y más allá hacia las de Ceribios o el Jascal. Aqui la senda más habitual, y la que yo mismo seguí cuando hace años ascendimos por aquí al Cabezo Llerosos, corta esta pequeña explanada hacia la izquierda, pero si nos fijamos, un sendero menos pisado, pero perfectamente trazado sale hacia la derecha. Será el que nosotros cojamos y que nos permitirá acceder directamente a la majada de la Redondiella. La majada se asienta al norte de la piramidal mole del Cueto de las Colladas, fácilmente reconocible, con lo que la ruta queda perfectamente trazada.
La majada de la Redondiella aparece de repente (1.100 m). Una preciosa vega salpicada de cabañas, algunas, las menos por desgracia, aún en buen estado. Allí paramos un rato a picar algo. Ni una nube en el cielo y el calor que empezaba a apretar, sobre todo para ser marzo. Algo que se notaría en el consumo de agua de todo el grupo. Tras el tentempié cruzamos la vega y vamos ascendiendo por la ladera norte del Cueto de las Colladas, pasando junto a un pequeño manantial y cortando diagonalmente para bordear el Cueto por su derecha.
En este tramo vamos constantemente dando vista a la mole de Pandescura.
Siguiendo pequeños senderos de ganado bordeamos el Cueto de las Colladas y entramos en la escondida Vega Prada (1.230 m), al norte de Cabeza Pellico, en realidad la estribación norteña de Peña Ruana. Vega Prada es pequeña y sin cabañas. A la izquierda de Cabeza Pellico comienza a verse la cumbre del Jascal. En vez de ascender directamente lo que haremos será ir bordeando por la izquierda Cabeza Pellico, siguiendo el sendero, casi imperceptible en la zona baja, que comunicaba Vega Prada con la majada de la Beyuga.
Atrás va quedando Vega Prada. Al fondo a la izquierda, entre el mar de nubes, emerge la Sierra del Sueve.
Mientras que hacia adelante, el Jascal comienza tomar protagonismo. En este tramo encontramos la única nieve que pisaríamos en todo el día.
Cuando nos situamos en la ladera este de Cabeza Pellico damos vista a la enorme vega de Brañaredonda, con sus cabañas alineadas a la izquierda. El Cuera siempre como telón de fondo.
Desde ese punto, cada uno se busca un poco la vida para ir remontando los últimos metros hacia cumbre. Una cumbre que se hace de rogar con un par de falsas cimas anteriores, desde las que ya se anticipan las vistas que tendremos desde arriba.
Ultimos metros, ...
Y cumbre de Peña Ruana (1.505 m). Las vistas son efectivamente preciosas, tanto hacia el sur, con las principales cumbres del Cornión, como hacia el sureste, hacia los Urrieles, como bien demuestra esta panorámica.
Otra hacia el oeste, hacia donde también ofrece unas preciosas vistas, desde el Tiatordos al Sueve.
Y varios detalles: justo enfrente el Jascal, con el Cabezo Llerosos asomando por detrás, a su izquierda.
Los Urrieles, con las cumbres del Torrecerredo y el sector del Llambrión
La Sierra del Cuera en toda su extensión, desde Cabeza Bubena a la izquierda, Turbina en el centro y Cerro Liño a la derecha.
Hacia la costa, las sierras de Escapa, con el Mofrechu, a la izquierda, y las del Benzúa e Hibeo.
Se nos van los ojos a la entalladura del Casaño, es decir, a donde tendríamos que bajar. No nos quedaba tajo ni nada todavía. Por lo pronto íbamos a tener que bordear toda la cabecera del valle hasta alcanzar el collado Lincós (flecha) y desde él bajar hasta el río.
Otra toma, ahora hacia el Tiatordos, con la majada de Belbín en primer plano y la pista que hasta ella llega desde Ercina.
Y un par de fotazas hacia las verdaderas protagonistas de las vistas que ofrece Peña Ruana: Peña Santa, ...
... y la Torre de Santa María. Las Peñas Santas.
Foto de grupo en cumbre. Un rato de disfrute y había que ir pensando en seguir que el día iba a ser largo.
Una última foto con el cencerro que encontré de camino y que a falta de otro mejor, dejamos allí a modo de buzón de cumbre.
Parte de mis compañeros ya en la cumbre sur, recortados contra el macizo del Cornión.
Desde al cumbre sur, empezamos a perder altura por donde mejor podemos hacia el este, buscando la majada de la Beyuga.
Majada de la Beyuga (1.390 m)
Atravesamos la majada hacia el sur, saliendo por la Muesca la Beyuga a la enorme ladera de la Cuesta Coriscada por la que bajamos hacia las vegas de los Camplengos, en primer lugar a Camplengo Viejo (izquierda) y luego hacia Camplengo la Cueva (derecha).
Cerca ya de Camplengo Viejo vemos el longitudinal valle del Texu que se descuelga hacia el río Casaño y al otro lado, de este, la mole del Cantón del Texeu y a su derecha la collada donde se asienta la majada de Soñín de Arriba (flecha), por donde pasaremos.
A la entrada de Campleno Viejo (1.280 m) reponemos agua en su fuente y cruzamos la vega buscando el collado que la separa de Camplengo la Cueva.
Damos vista a Camplengo la Cueva. En realidad no haría falta pasar por esta vega, ya que desde Camplengo Viejo sale directamente un sendero hacia el Collado la Muda, pero habría sido una pena que quienes no conocían la vega no se acercaran hasta ella. Sin duda preciosa.
Por un marcado sendero alcanzamos el Collado la Muda desde donde vemos el valle Espines por el que iremos perdiendo altura paulatinamente hacia la vega del mismo nombre. La inconfundible mole del Cantón del Texeu siempre al frente.
Atravesamos Vega Espines (1.080 m) con su par de cabañas y un cercado de ganado que no recordaba de mi último paso por aquí. Atrás va quedando la mole del Jascal y a su izquierda Peña Ruana, de donde venimos.
En Vega Espines buscamos un buen sitio para parar a comer, que ya iba siendo hora. El lugar sería perfecto si no fuera porque no hay sombra y el sol aprieta lo suyo. Con todo ya solo por las vistas merece la pena. Después de comer apetece sestear, solo unos minutos. Después seguimos ruta, bajando ahora hacia la cercana majada de Brañaredonda (1.030 m). Un nombre que le viene que ni pintado.
Cruzamos Brañarredonda y pasando a lo largo de la Llomba, la morrena glaciar que nos separa de la majada de Belbín entramos en la Vega las Mantegas (1.20 m), para encarar el último repecho duro del día, la Cueña del Cantón. Allí el camino, perfectamente empedrado, cruza el Colladín del Cantón (flecha), la collada (1.068 m) que se forma entre el Cantón del Texeu y la Pica´l Mazu. Por desgracia, todo parece indicar que, tarde más o tarde menos, la pista que desde Demués llega hoy día hasta la majada de Soñín, acabará llegando hasta la Vega las Mantegas y la majada de Belbín, con lo que se perderá este precioso tramo empedrado.
Desde el colladín un último vistazo atrás hacia el Jascal y Peña Ruana.
Traspasado el Colladín, la senda bordea hacia la derecha el Cantón del Texeu para alcanzar la majada de Soñín de Arriba (1.040 m). Hasta aquí llega la pista que parte de Demués y por la que iniciaremos el descenso.
Ya por la hormigonada pista vamos bajando, primero hasta el Collado Camba, y un poco después nos acercamos a un modesto mirador que allí hay (1.030 m).
Seguimos bajando, ahora hacia el Collado Lincós, que en la foto aparece oculto tras la primera revuelta a derechas de la pista. La pista baja con fortísima pendiente, lo que unido a su hormigonado firme, hace que se note en las rodillas. Pandescura en el centro de la foto.
Alcanzamos el Collado Lincós (896 m). La ruta que baja hacia el río Casaño suele partir del cercano Collau Regueru, pero desde Lincós también se puede bajar. Obviamente no hay camino, pero el terreno está despejado y no ofrece más dificultades que el propio desnivel a salvar, unos 450 m y, en nuestro caso, nos ahorra camino, así que ... para abajo.
Se trata de bajar todo el valle Llameru hasta el río. Para ello solo hay que procurar bajar por el centro del mismo. Ni a derechas ni a izquierdas, más que lo mínimo imprescindible para busca el mejor terreno. Así, tras unos primeros metros por terreno de pastizal, nos internamos en el precioso Robledal de Llameru, con impresionantes ejemplares.
Poco a poco nos vamos hundiendo en las profundidades del valle del Casaño, mientras que sobre nosotros se yergue la mole de Peña Ruana, impresionante vista desde aquí.
Ya casi a nivel del río, nueva parada a reponer agua en una escondida fuente y a cruzar el Puente Llameru, afortunadamente reconstruido. El anterior se lo había llevado el río hace unos años. Desde entonces y hasta su reciente reconstrucción la única alternativa era vadear el río.
El paraje es sobrecogedor. La sensación de aislamiento es total. Aquí apenas hay senderos y el núcleo habitado más cercano es La Molina y aún queda muy lejos.
Por la margen derecha del río desciende un precario sendero, pero nosotros queremos conocer otro más espectacular si cabe, el de la Llucia. Para ello remontamos río arriba unos metros y después cortamos monte arriba para ascender unas decenas de metros y salir a lo que parece un marcado camino.
La senda de la Llucia en realidad no es un camino, sino lo que queda de los trabajos para construir una central hidroeléctrica que iba a aprovechar las aguas del río Casaño. Afortunadamente, como luego nos comentaría un pastor, "acabáronse les perres antes que el trabayu" y el proyecto no llegó a realizarse, al menos no completamente. El canal no se acabó y los túneles no se llegaron a perforar, pero si que se construyo una primera traza de lo que sería el canal de conducción y que hoy puede utilizarse como senda.
El primer tramo está muy tomado por la vegetación, sobre todo matas de avellanos, de tal manera que me imagino que pasar por aquí en primavera o verano no será para nada tarea fácil.
La traza sigue perfectamente marcada con una pendiente mínima, como corresponde a un futuro canal de agua, de tal manera que pronto el río Casaño queda muchos metros por debajo de nosotros, mientras la senda va ganando en espectacularidad.
Llegamos así al tramo más impresionante de la Llucia. Aquí el canal iba a ir completamente tallado en la roca. Lo que hay hoy es una estrecha senda que obliga a cruzar con atención, ligeramente agachado y poniendo especial cuidado en no tropezar con la mochila. Un tropezón tonto se paga caro. Desde luego no es sitio para meter a gente con vértigo.
De haberse concluido el proyecto de la central hoy tendríamos un salto hidroeléctrcio al estilo de la Central de Urdón en su cruce por la Canal de Reñinuevo, o en el peor de los casos una segunda Ruta del Cares, con un valle masificado y un río modificado. En cambio el valle y el río Casaño se mentienen inalterados y apenas modificados, de hecho cada vez más salvajes, debido al paulatino abandono ganadero del mismo.
Una vez se acaba el tramo excavado en la roca, perdemos altura por un poco marcado sendero, muy tomado de vegetación incluso en esta época, hasta salir a la vega La Batuda, donde enlazamos con el sendero que baja por la orilla del río.
Seguimos bajando ya junto al río y por un marcado sendero hasta alcanzar el último obstáculo del día: el Puente los Mineros. El puente se limita a un par de viejos troncos colocados sobre el río. Hay el sitio justo para poner los pies y nada más. Recomendable pasar de uno en uno y no pensárselo mucho a la hora de cruzar. Sería deseable una pronta reparación, al estilo de la efectuada con el Puente Llameru, porque el día menos pensado puede dar un disgusto.
NOTA: Aproximadamente en el verano de 2013, el viejo Puente de los Mineros, se sustituyó por una pasarela metálica, con lo que ahora cruzar el Casaño en este punto no representa ningún problema y subir haciendo la ruta desde La Molina hasta por encima de este punto, es un precioso paseo.
NOTA: Aproximadamente en el verano de 2013, el viejo Puente de los Mineros, se sustituyó por una pasarela metálica, con lo que ahora cruzar el Casaño en este punto no representa ningún problema y subir haciendo la ruta desde La Molina hasta por encima de este punto, es un precioso paseo.
Ya por la margen izquierda continuamos por un cómodo sendero hasta alcanzar las cabañas de El Escobio. A la altura de éstas y en la margen contraria se puede ver lo que queda del edificio de la antigua central hidroeléctrica que aprovechaba el inmenso manantial de Las Pálvoras, cuyas obras se dieron por finalizadas en 1929 y que era la misma en la que se pretendía aprovechar el río Casaño, con el canal de la Llucia. De hecho aún se ven en la ladera del monte los restos de los apoyos de la tubería forzada que conduciría el agua del Casaño hasta la central. Todo parece indicar que el estallido de la Guera Civil hizo que la central dejara de funcionar con la captación de Las Pálvoras y que se abandonara definitivamente el proyecto de captar el río Casaño. Algún día subiré al blog la ruta por el Casaño hasta el manantial de Las Pálvoras, ya que el sitio también merece la pena ser visitado.
Un nuevo puente, Puente Escobín, este ya de hormigón, nos devuelve a la margen derecha. El camino discurre plácidamente junto al río, entre enormes castaños. Entre ellos se ven varias corras que llaman la atención por su reducido tamaño y su cubierta de piedra.
Con el sol ya muy bajo y el valle en sombras, ya solo nos quedaba seguir el Casaño hasta el Puente Pompedro por donde habíamos pasado por la mañana y regresar de nuevo a La Molina, cerrando una preciosa circular. Uan de esas rutas para enmarcar.
Os dejo el track de la ruta de la ruta.
Un saludo
Cienfuegos
Te salió un reportaje de lo mejorcito. Me gustó volver a vivirlo y es que como dices es una de esos recorridos de enmarcar. Que razón tienes en que podemos dar gracias de que no se terminó la obra del canal del Casaño, hubiera perdido la belleza que tiene este selvático valle.
ResponderEliminarVaya pateada !! aunque sin duda mereció la pena ya que se trata de un reportaje soberbio...bellísmas fotos y excelente crónica. Enhorabuena
ResponderEliminarBueno que voy a decir yo, me la perdí y mira que tenía ganas de esa ruta, especialmente del casaño, algún día tendré que meterme por ahí ya que se aproxima la fecha en la que tendré que llevar a mi G.M.. La cámara echó humo con tan bellas panorámicas. Una preciosidad de reportaje (música incluida). Pasada lo mires por donde lo mires. Un saludo enorme.
ResponderEliminarImpresionante ruta !!!!! Larga, dura, exigente pero también espectacular, con unas vistas alucinantes y que has reflejado perfectamente con tus fotos. Lástima no haberla vivido en primera persona. Enhorabuena y hasta pronto.
ResponderEliminarPedazo de rutón que os habeis hecho Cienfuegos!!!. Una pasada . Que alegría ver que arreglaron el Puente LLameru, falta hacia , ese agua está xelada!!. Y lo del Puente de los Mineros , pues una verguenza, porque está para que pase una desgracia , y no me parece tanto gasto el arreglarlo.
ResponderEliminarEnhorabuena a todo el grupo !!!
Calcetinada, si...rutón, también...impresionantes vistas.
ResponderEliminarMe quedo, sin duda con el contraluz del grupo con el Cornion al fondo.
Saludos.
Vaya soba collaciu... eso sí, per requexos del Cornión, que nun conozo y que dalgún día prestaríame conocer.
ResponderEliminarUn abrazu y la más sincera norabona
Muy guapa Javier, las fotos y la descripción de lujo.
ResponderEliminarMira que conozco prácticamente toda la ruta, pero hecha en distintos tramos, nunca del tirón como vosotros.
Una pena no haber podido acompañaros.
Un saludo
Me he quedado impresionado por el nivel de la pateada y la espectacularidad de la ruta, envidia sana me dan estas pedazo de rutas que os marcáis por sitios que espero llegar algún día a conocer, un saludo!!
ResponderEliminarpreciosas fotos, Cienfuegos, y preciosa descripcion, que bueno recordar esta estupenda salida
ResponderEliminargracias y un abrazu
Yoni, pues si. Imagínate ese valle con la central a pleno funcionamiento. Algún día te cuento lo del intento de rehabilitación de la central.
ResponderEliminarJavier, efectivamente no estuvo mal el pateo, pero la zona bien lo merece.
Carlos, una pena que no pudieras venir, pero si algún día vuelves opr la zona avisa. Seguramente no me importaría repetir.
Jose, ahora ya conoces un poco la zoan, despuñes de tu visita al Oyu la Madre. Solo puedo animarte a meterte por el valle del Casaño.
Sito, lo dle Puente los Mineros, razón tienes. vale que no sea una zona muy transitada, epro cualquier día nos quedamos sin puente y eso si alguno no se v ade cabeza al río.
Mapaches, sin duda una ruta para enmarcar.
Berto, la ruta ye perllarga pero el paisaxe ye ablucante y merez l´esfuerzu. Ties que llevar a lo to xente.
Monchu, una pena que no pudieras venir. Vi que pasaste hace por el Puente Llameru. Vas a tenrr que volver para bajar por la Llucia.
Dani, la ruta es efectivamente espectacular. Pese a lo que pueda parecer, si no hay problema para cruzar la Llucia, no ofrece más dificultad que la propia dureza del recorrido, que tampoco es excesiva. Créeme.
Nuberu, fue un día de montaña estupendo. A ver cuando volvemos a coincidir.
Gracias y un saludo a todos
Qué maravilla poder sentir ese aislamiento de vez en cuando ;)
ResponderEliminarPreciosas tomas¡¡
Gracias por compartir.
Ruta impresionante. La descripción y las fotos, como siempre, UNA MARAVILLA. Envidia, envidia de la sana.
ResponderEliminarSaludos, Cienfuegos.
Espectacular. Aunque yo habría optado por bajar al Oyu La Madre desde el Cantón del Texéu, para añadir una maravilla más a la ruta, y luego continuar hacia La Molina.
ResponderEliminarAnónimo, efectivamente esa habria podido ser otra opción, pero sabíamos que el tramo del Oyu al Puente Llameru está muy perdido y la ruta ya era lo bastante larga sin complicarla más. Ese tramo merece la pena por si solo acercarse un día.
EliminarSolo conozco un parte de esta ruta; que es la zona del río Casaño en toda su extensión. El resto lo desconocía por completo. Me he quedado gratamente sorprendido, compañeru.
ResponderEliminarLástima que el "pisapraos", tenga miedo, caguitis, vértigo, o como se quiera llamar, a las zonas aéreas; de no ser por este motivo, no dudes que me acercaría a visitar este maravilloso trazado. Como siempre... lo bordas amigo mío.
Viti, pues solo puedo animarte a repetir el recorrido. Piensa que el tramo de la CAnal de la Llucia, siempre lo podrás evitar bajando por la senda habitual del Casaño. Peña Ruana es una cumbre modesta y no demasiado visitada, pewro merece la pena.
EliminarUn saludo
es muy largo el canal de la llucia?
ResponderEliminarHola Ricardo, pues, la canal completa desde que la coges por encima del puente Llameru, puede ser medio kolómetro, pero el tramo excavado, con sensación de aereo no serán más de 100 o 150 m. Se pasa bien, con cuidado, pero bien., aunque no resultaría apto para meter a gente con vértigo. Cuidado con la mochia por si pega en la pared.
EliminarUn saludo
Bonito reportaje
ResponderEliminarEl puente de los troncos ya no está, ahora es una pasarela metálica....hicimos la ruta este pasado sábado día 24 de Mayo del 2014, bajamos por el sendero junto al río
Buenas Angel, si ya sabía de su recambio. El verano pasado ya lo habían cambiado. Aún no fui por allí. Voy a poner una nota en la entrada. Un circuito bien guapo, ¿verdad?. Pues ahora tienes que volver para pasar por la Canal de la Llucia, si es que aún no la conoces.
EliminarUn saludo