03 agosto 2015

Los Casares por Les Foces del Raigosu

Hay ocasiones en que haces una ruta guapa, muy guapa y sin embargo, vuelves con una sensación agridulce. De haberte dejado algo atrás. De haber podido haber hecho un poco más. Eso fue lo que me pasó a mi este día. Una escapada exprés en la que hice más de lo que tenía en mente y aún así, me faltó una hora para rematar lo que podría haber sido una ruta perfecta, con la ascensión a La Forcada. Pero en fin. Una disculpa para volver.



DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 02/07/2015
  • Concejo: Laviana (Asturias)
  • Inicio/Fin: Fombermeya
  • Distancia: 16 Km
  • Desnivel máximo: 1.040 m
  • Desnivel positivo acumulado: 1.050 m
  • Tiempos:  4 y 1/2 horas
  • Dificultad: Fácil. Solo la senda elegida para el descenso puede dar un poco de guerra, según la época del año.
  • Observaciones:  En el mes de julio yo me encontré la senda de descenso muy tomada de felechu (helecho). A mi me pareció una senda preciosa que merece la pena ser recorrida, pero os recomiendo hacerlo en invierno o principios de primavera, cuando la vegetación se muestre más benigna.
  • Track: los-casares-por-les-foces-del-raigosu


Una nueva escapada exprés me iba a dar la oportunidad de conocer las Foces del Raigosu, ruta sencilla y cómoda, enteramente por pista, para la que había pensado un retorno alternativo que me permitiera visitar el Güeyu del Raigosu, así que me acerqué al valle del río Raigosu, subiendo por Ribota y L´Acebal hasta cerca de las casas de Fombermeya y dejando el coche en Les Mestres, la confluencia de los ríos Raigosu y Fombermeya, donde un panel marca el inicio de la ruta correspondiente al PR.AS-290 "Les Foces del Raigosu".


Desde bien abajo tenemos una buena y preciosa vista del valle del Raigosu  por el que vamos a subir, con la amplia collada Doñango al fondo y los contrafuertes de Peña Mea asomando ya a su izquierda. No tendremos otra vista tan amplia así en un buen rato.


Y es que en seguida el valle se estrecha, aunque tampoco llega a dar sensación de "foz" como tal. Además, la abundante vegetación de la zona próxima a la ribera del río, también impide esa sensación de altas paredes encerrando el cauce.


La ruta está perfectamente balizada hasta Los Collaos. Tampoco hay mucha posibilidad de pérdida, pero en algún que otro cruce de pistas, como en La Uxona, donde una pista se dirige a la derecha hacia el pueblo de Los Tornos, nos encontraremos con carteles.


Tras un primer estrechamiento, el valle se abre un tanto en las fincas de la Casa de La Ejesa, donde dejo una pista a la izquierda (subiendo) que es por donde tengo pensado bajar más tarde.


La pista cruza el río Raigosu en varias ocasiones, para seguir subiendo siempre junto a él.



Dejaremos atrás alguna cuadra como la de El Truncu, de ganado caprino, mientras disfrutamos de guapos rincones.


La pista sigue por el fondo del valle, atravesando algunos crestones, aunque en este punto ya habremos dejado atrás las paredes calizas, para entrar en un terreno donde lo que predomina es la cuarcita.


Una vista atrás con el valle de La Bayuca a la izquierda. La sierra caliza que se abre sobre él, es parte del contrafuerte norte de Peña Mea.


El valle se estrangula de nuevo en esta parte, formando una segunda foz, la de Cobellayo o Cebellales, que puede que sea la más guapa de la ruta, con el río encajonado y altas agujas cuarcíticas sobre la pista, siendo la zona que más sensación de estrechez nos de.



En el Vallu confluyen el río Raigosu con la riega L´Apretín. Poco más arriba nace un manantial a pie de pista, en el que aprovecho para cargar agua fresca.


Dejaremos atrás y a la derecha de la pista, lo que parecen las ruinas de alguna antigua explotación minera. A partir de aquí la pista gana pendiente y empieza a coger altura sobre el cauce del río.


Así, con varias revueltas, nos elevamos sobre el fondo del valle, ampliando las vistas hacia el valle del Nalón. A la altura de esta campera, en la que pastaba un rebaño de vacas, tomaré más tarde la senda por la que bajaré.


Vamos a ir pasando desde este punto junto a los diferentes mayaos de El Cabañón, La Braña, La Xella, hasta alcanzar el de Corgallones, el más alto.


Las vistas se abren sobre el valle del Raigosu, en cuyo fondo destaca la amplia cuadra de El Truncu.


Y ya asoman las cumbres de Peñes Negres y Peña Mea, por detrás del valle por el que baja el Regueru los Infiernos. Por desgracia, de nuevo me ha tocado una tarde de mucha bruma, otra de tantas en este verano.


La pista alcanza el filo del cordal, cerca del Pico Corgallones, y allí gira al sur para dirigirse ya decididamente a Los Collaos, cuando ya asoma al fondo la cumbre de La Forcada, vértice en el que confluyen los concejos de Laviana, Aller y Sobrescobio.


Alcanzo las cabañas de Los Collaos, grandes y arregladas, alguna en exceso para mi gusto.


Y sobre ellas, una pequeña campera con una buena fuente en la que echo un trago de agua y junto a la que mientras disfruto de las vistas, pienso en que hacer a continuación.


La verdad es que las vistas desde aquí son magníficas, con todo el cordal que forma la Sierra del Crespón al este, desde la cercana y preciosa cumbre del Corbellosu hasta las del Cogollu y Guanalón.


Y al oeste las cimas de Peñes Negres y Peña Mea, con mala vista por la bruma y la posición del sol a aquellas horas.


Miro la hora y veo que he subido rápido hasta aquí. Calculo lo que puede llevarme acercarme hasta Los Casares y aunque la distancia se me va a ir a más de lo habitual para una escapada exprés, lo veo claro. Así que dejo atrás Los Collaos, tomando una marcada senda que sube poco a poco por la izquierda del cordal (sentido de la marcha).


Una vista atrás al Corbellosu y a su izquierda la Foz de Sogrande, visitadas hace unos meses como os conté AQUI.


Atrás van quedando Los Collaos.


En la parte alta la senda está más abandonada, pero su traza en clara y se pasa bastante bien. Alcanza una marcada vaguada donde parece perderse, pero ésta es limpia, formando la parte inferior de las vegas de la Mayá Vieya y resulta sencillo ascender por ella, sin más problemas que la fuerte pendiente.


Ya cerca del cordal salgo a otra senda que sigue subiendo hacia la izquierda, por la que continúo.


Y antes de asomarme a la vertiente contaria, tiro una foto atrás, con la Sierra del Crespón a la derecha y el valle del río Cañaines justo debajo. Al fondo, se destaca en el centro el Triguero, en la Sierra de Peña Mayor ya y a su derecha la Xamoca.


Y poco después entro en la mayá de Los Casares, situada sobre la vaguada del Grayiru y en lo más alto del cordal que desde La Forcada cae hacia La Colladiella y que más allá forma el espolón que cierra por la margen izquierda Les Foces del Llaímu, en la Ruta del Alba. La majada tiene una ubicación privilegiada, con una magnífica vista del Retriñón y detrás de él el Torres, ya en San Isidro.


Una vista de toda la hoya que forma el Monte Llaímu, cerrada por el Retriñón, el Aberrugues o el Cuchu, hasta La Forcada.


La Forcada, que desde aquí ya se ve bastante cerca, con lo que empiezo a darle vueltas el acercarme hasta ella.


Pero de momento recorro con calma Los Casares, visitando sus pequeñas, minúsculas diría yo, cabañas de llávana, muchas aún en pie.


Cuando estoy tirando una foto oigo una respiración a mi lado y de repente veo pegado a mi un mastín de cerca de 70 kg, ¡¡sumadre!! que susto me dio el jodio. Al final solo era un cachorro con ganas de mimos.


Subo unos metros por Los Cuetos, en dirección a La Forcada para ver bien la ubicación de Los Casares, con La Colladiella al fondo.


Y vuelvo a echarle un vistazo a La Forcada. La verdad es que es pena llegar hasta aquí y no subirla. Pero calculo unos 20 minutos para subir, 15 para disfrutarla y otro tanto para bajar. 50 minutos. Casi una hora. Miro el reloj. La vuelta por donde tengo pensado, va a llevarme seguro más tiempo que el ascenso por la pista. Se me hará tarde, muy tarde. Además la Forcada ya la conozco de haberla subido desde Pelúgano. Y sin embargo, está cerca ..., pero, ... nada. Que no. Que soy un ansia viva y me caliento solo, pero hoy no puede ser. 


Con gran pena, renuncio a La Forcada. Habrá que volver con más tiempo. Una última foto al Retriñón, precioso visto desde aquí y para abajo.


Corto la cara norte de Los Cuetos para dirigirme a la Campa La Cafresna, la campera que se ve en el centro.


Una foto a la cabecera del valle Sogrande, con las vegas de la Mayá Vieya justo debajo de mi y el cordal que desde La Colladiella, baja por la Gobeta hacia el Corbellosu.


Desde La Campa La Cafresna sigo bajando por una marcada senda, casi siempre por el filo del cordal, dejando a mi izquierda el Monte Los Infiernos y al fondo Peñes Negres y Peña Mea.


Al frente el valle del Raigosu por el que he ascendido. El descenso lo haré por una senda que corta a media ladera la vertiente derecha de éste.


Ya veo abajo Los Collaos, a caballo entre los valles del Raigosu y del Sogrande.


De camino una nueva foto a la Foz de Sogrande y el Corbellosu, con el Collargayos asomado a su derecha.


Y ya que al final no hubo cumbre, una fotaca en Los Collaos con el Corbellosu de fondo.


Hago una nueva parada junto a la fuente para echar un trago y volver la vista una vez más hacia la zona por la que acabo de bajar.


Y para abajo. Toca desandar un trecho de pista.


Desde bien arriba ya veo por donde bajaré. Abajo, en el fondo del valle, se ve la amplia cuadra de El Truncu junto a la que pasé durante el ascenso. Mi senda de descenso va a ir cortando los crestones cuarcíticos de la margen derecha a media ladera.


Para no liarme, debería haber bajado por la pista hasta la campera en la que de la que subí vi un "rebañao" de vacas, pero hace calor y las ganas de perder de vista la pista son muchas, así que poco después del cruce de Corgallones, tomo una senda que baja de frente hasta unas fincas que bordeo por encima, como buenamente puedo, ya que aquello es en estas fechas una jungla de felechu, pero por fin alcanzo la campera que comentaba, desde la que continúa un ancho camino.


La senda alcanza unas fincas. En un cruce tomo la inferior, que va poco a poco perdiendo altura, atravesando las vaguadas que caen desde lo alto del cordal.


La senda pierde entidad, pasando a ser un simple sendero que, no obstante, se mantiene limpio y muy marcado en todo momento.


De vez en cuando puedo echar un ojo al fondo del valle, por donde discurre la pista de ascenso.


Alcanzo así una amplia finca, con una cabaña en buen estado. Desde aquí podría bajar hasta la pista de Les Foces del Raigosu.


Pero de frente continúa mi senda, por la que quiero bajar. Desde un alto, veo el siguiente tramo. La senda aparece marcada, aunque se la ve menos utilizada que hasta aquí. Va cortando los crestones de la sierra, buscando los pasos por sucesivas colladinas.


La senda resulta preciosa. Va sorteando los oscuros y afilados crestones cuarcíticos, colgada literalmente sobre el fondo del valle,...


..., que voy dejando cada vez más abajo, y por donde veo la pista que discurre junto a su río y por la que subí hace unas horas.


Sin embargo a medida que avanzo por ella, veo como en estas fechas, se la está comiendo un inmenso felechal, en el que por momentos no veo ni donde piso. De todas formas, la traza es clara y busca el último collado, al pie de una imponente pared.


Y por fin alcanzo otra de las razones por las que quería bajar por aquí, que no solo era para conocer la senda, sino para pasar junto al curioso Güeyu del Raigosu, un pequeño ojo en la peña, en el que podemos incluso jugar a enhebrar La Forcada.


El tramo que precede a la última collada es el más espectacular de la senda, con fuertes caídas a la izquierda.


Y desde la collada le tiro una última foto a la cabecera del valle del Raigosu, con La Forcada al fondo del mismo.


Nada más trasponer la collada, la senda gira a la izquierda - trabajo me dio dar con ella en esta parte al estar totalmente tomado por un cerrado felechal - y empieza a perder altura rápidamente para luego volver a la derecha y seguir valle abajo, hacia las fincas de La Ejesa.


Por fin, con algo más de trabajo del que contaba, me voy acercando a la casa de la Ejesa, a la que llegaré por la pista que había dejado a la izquierda de la que subía por la tarde.


Y así, salgo de nuevo a la pista de Les Foces del Raigosu. Ya solo me restaba desandar por ella el camino de regreso a Les Mestres, cuando el sol ya estaba muy bajo y las sombras se alargaban.


Por fin llegaría al coche, más tarde de lo que contaba al haberme encontrado tan cerrada la última parte de la senda de descenso. Suerte que no me dio por ascender a La Forcada, ... y sin embargo, ....



Un saludo
Cienfuegos

12 comentarios:

  1. Una preciosidad Javier...no se puede ser tan exigente!!! Ruta que desconozco y así tengo excusa para pillarte el track y ponernos a ello en cualquier rato otoñal. Un abrazo

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    1. Si es que cuando sales con el tiempo un poco tasado, pasan cosas como esta. La ruta yo creo que os va a gustar, pero buscar buena ´poca para conocer la senda de bajada. Ahara está muy tomada.
      Un abrazo

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  2. Siempre nos descubres nuevos lugares y en esta ocasión lo has vuelto hacer con las Foces del Raigosu.
    Un propuesta muy interesante para los días de calor y para hacerla con Dardo.
    Las zona de la Foz de Cobellayo preciosa!!
    Un abrazo!

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    1. Me alegro que so guste. A mi me parece que será mejor a principios de primavera, con el río con más agua y la bajada con menos maleza.
      Un saludo

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  3. Hola Javi...una ruta muy guapa que hace tiempo que no hago, y de la que desconocía la segunda parte. Te la copiaré. Un abrazu.

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    1. Coño jorge, pues si que me sorprende. Esto ye territoriu tuyu y además esa senda de bajada, pa cortejar bichos ye bien guapa.

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  4. Javi, que se me olvidava...les fotos guapes, guapes...En cuanto al felechu...tengoy la guerra declarada...en cuanto me meto entre ´l...vengo llenu de cabarres. Van toes a mí...

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    1. A mi tamién me tienen muchu apegu, aunque ye verdá que esti añu no ye de los peores. Esti dia en concretu y a pesar del felechal que hay, llegué a casa ensin ninguna.
      Un saludu

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  5. No la conozco pero me la apunto como recomiendas en otros comentarios anteriores para principios de primavera, a ver si el felecho ya cedió algo. Espero que no se me pase, porque a veces, busco este tipo de rutas, y cuesta encontrar o decidirse por algo.
    Un saludo!

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    1. Es lo que nos pasa a la mayoría, que tenemos en la cabeza más rutas que días para salir y siempre se nos pasa alguna.
      Un saludo

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  6. Iba con la idea de subir La Forcada, pero los días son cortos y nosotros vamos despacio. Teníamos miedo de echar mucho tiempo en la bajada y que nos oscureciese, así que estando muy cerca dimos la vuelta (por cierto, se ve muy pindio, ¿se sube fácil?)
    Al final, la bajada la encontramos muy limpia y bajamos estupendamente. Esa parte de la ruta me pareció realmente preciosa y espectacular.

    Gracias por descubrirme este camino.

    Un saludo, Sergio.

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    1. Solo la subí una vez llegando desde la vertiente allerana. No la recuerdo complicada para nada, aunque el ascenso cómodo es desde la collada que le queda al lado contrario de Los Casares. Habría que bordear la base. Supongo que la senda de bajada esté, en esta época, mucho más transitable que cuando yo la cruce.
      Saludos

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