30 septiembre 2019

Cascada do Pozo da Ferida

No había preparado yo nada para hacer durante los días que pasamos por Viveiro (Lugo), ya que de lo que se trataba era, precisamente, de descansar. Pero el que es culo inquieto, es culo inquieto y una simple foto de una cascada que parecía pillar cerca, sirvió para aprovechar una mañana y arrimar a conocerla. El Pozo da Ferida es una cascada espectacular, con una aproximación sencilla en un entorno de gran belleza, en la que la mayor dificultad, como suele ser en estos casos, es acercarse con el coche hasta el punto de inicio de la ruta.


DATOS DE LA RUTA


De Viveiro a Landrove, tomando la desviación a Chavín y antes de llegar, la de Valcarria. Siguiendo por la LU-2604. A partir de Valcarria la cascada ya está señalizada, y falta hace pues habrá que pasar un par de cruces en medio de la nada, hasta que por fin el asfalto da paso a una pista de tierra. Es el momento de aparcar e iniciar el paseo.


Cruzo sobre el arroyo Loureiro o Xudreiro, sin apenas agua, que me da la impresión de que pillaré la cascada prácticamente seca. Poco más adelante alcanzo las viejas casas de O Castro, en ruinas.


Justo frente a las casas entre a la derecha un marcado sendero, en el que se mantiene la indicción de la cascada.



En el único cruce que veremos, tomo a la derecha para visitar un viejo azud en el que se el río forma un pequeño salto. Parece tratarse de la captación de aguas de una antigua central hidroeléctrica. Un sitio precioso.






A la orilla del arroyo sigue un poco marcado sendero que nos lleva a la cabecera de la cascada principal. No es muy recomendable seguirlo, aunque muestra guapos rincones.


Vuelvo al cruce anterior y sigo bajando por la senda principal. Es curioso que el valle se muestra cosido a plantaciones de eucaliptus, aunque como veré luego, el entorno de la cascada y el propio río conserva un magnífico bosque autóctono.


Bajando los robles toman el relevo de los odiosos "ocalitos".



La temperatura baja. La humedad aumenta. El mofu (musgo) empieza a recubrirlo todo. El sonido del agua anticipa la cascada.


Y alcanzo la cascada del Pozo da Ferida, una preciosa y espectacular cola de caballo de más de 30 m de altura. El río no es que traiga mucha agua, pero es la justa para que forme un magnífico velo.



De la que llegué había un par de chavales que se van al poco, tras charlar un rato con ellos. Me quedo solo en la cascada, disfrutando de la tranquilidad del lugar. Por desgracia no había llevado trípode, ya que la visita no estaba prevista, así que hice lo que buenamente pude con la cámara.


El nombre de la cascada viene de una leyenda según la cual el color de sus aguas se parece al del estiércol porque en el pozo cayó una vieja gigante con un "feixe de mulime" (un haz de esquilmo - hierba o helechos - que se echaba en las cuadras, para que los animales se mantuvieran secos) y ya nunca más se levantó.




El "Pozo da Ferida".



Me autorretrato junto a la cascada, ...


...y luego investigo un poco aguas abajo de la misma.


El río continúa formando pequeños saltos, pero descender junto a él no es sencillo. La maleza impide salirse de la orilla y bajar por esta obliga a extremar las precauciones para no acabar en el agua.


Aunque el esfuerzo merece la pena.




Tras la visita volvería sobre mis pasos. De regreso solo me cruzaría con otra pareja que llegaban a la cascada. Un lugar tranquilo, sin duda, que bien merece la pena. Os dejo el track.


Un saludo
Cienfuegos

2 comentarios:

  1. Todo espectacular salvo los eucaliptos.
    Un saludo.

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    1. Ya sabes. En Asturias y Cantabria son una enfermedad, pero en Galicia ya es un cancer terminal.
      Un saludo

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