Recupero una ruta de hace ya una buena temporada. Corría el mes de mayo, con esos días de tardes eternas, plenas de luz, y Pancho y yo aprovechábamos alguna que otra para seguir conociendo lugares de nuestras montañas. Como en esta ocasión en la que diseñamos una ruta que nos permitiría visitar un buen número de mayaos en el valle de Fresnosa, en la margen derecha de la cabecera del valle del río Negro o de Santibanes de Murias, una ruta en la que quitando la primera parte, avanzaríamos de forma rápida y cómoda por alguna de las numerosas pistas que recorren el valle.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 03/05/2017
- Concejo: Aller (Asturias)
- Inicio: Santibanes de Murias
- Fin: Puente El Beyu
- Distancia: 17 Km
- Desnivel máximo: 640 m
- Desnivel acumulado positivo: 870 m
- Desnivel acumulado negativo: 900 m
- Tiempos: 5 horas
- Dificultad: Fácil. Tan solo la primera parte puede ser un poco engorrosa por la cantidad de cruces y algún tramo de senda ya en claro desuso.
- Track: mayaos-del-valle-de-fresnosa
Dejamos un coche a la altura del Puente´l Beyu, en la pista que sube hacia la antigua mina El Escalar, y salimos desde Santibanes de Murias con una tarde preciosa y sin una sola nube.
Casi a punto de salir del pueblo por la carretera, a la altura de las últimas casas, entra a la izquierda una marcada senda que sube con fuerza.
Senda muy pisada y con algún tramo empedrado que pasa junto al depósito de aguas del pueblo.
La senda alcanza un primer grupo de cabañas, ya venidas a menos, en Les Invernales.
Por encima de ellas la senda asciende por una zona de terreno muy descarnado. En ella dejamos una senda que sigue ascendiendo de frente, para tomar otra que entra a la derecha y que acabará por cruzar una vaguada.
El camino, tras unirse con otro, acabará por llevarnos a las preciosas fincas de la Vega Carraceo, que nos llaman la atención por su extensión y por la llanada en la que se asientan, rodeadas completamente de bosque, como si de un oasis se tratara. Vamos a cruzarlas de parte a parte, hasta la vaguada que se aprecia al fondo.
Los prados descienden suavemente hacia el valle del río Negro.
Accedemos a la vaguada. Este es el tramo más complicado.
La senda avanza por medio del monte L´Asturienu, pasando frente a una cabaña en ruinas que nos sorprende por estar en lo más profundo del bosque.
Desde la cabaña la senda se muestra más abandonada. De todas formas conseguimos alcanzar el lomo del cordal que baja desde el Cuetu la Nozala. Deberemos subir a plomo por él en un tramo que estaba un tanto tomado de escobero, aunque por fin conseguimos alcanzar los restos de una nueva cabaña. Desde aquí ya vuelve a ser mas cómodo.
Puestos sobre el lomo del cordal damos vista a la cabecera del valle del río Negro, con la cumbre del Pisones que aún conservaba algo de nieve. Por delante, a la izquierda vemos los Picos de la Liebre que avanzan hacia el Cuaña.
Vamos a seguir subiendo por el cordal, pasando por sucesivas colladas, en las que se localizan restos de varias cabañas.
Una vista atrás hacia la zona baja del valle del río Negro.
Ya a bastante altura tiro una panorámica con todo el valle de Fresnosa a la derecha y el valle del Negro a la derecha. En el centro el cordal de los Picos de la Liebre y el Cuaña. A la izquierda de estos, cerrando el valle de Fresnosa se alza el Cuetu la Boya.
La idea que traemos es cortar todo el valle de Fresnosa para regresar por la margen contraria, pasando bajo el cordal de los Picos de la Liebre.
En la siguiente collada entramos en una de las mayadas más guapas que vamos a visitar en esta jornada, la de El Reseḷḷal. Cerrada con impresionantes lajas de piedra me recuerda a monumentos megalíticos, a enterramientos tumulares, en definitiva, a cultura castreña.
Seguimos ruta, dejando la majada bajo nosotros.
La senda asciende un tramo con zigzags para luego girar a la derecha y alcanzar la siguiente majada, la de Sograndes, con una cabaña doble de gran tamaño y techo de llávana, en conjunto bien conservada aún.
La senda, evidente y muy pisada, va a ir cortando a media ladera, pasando bajo la cumbre del Altu la Texera. Al fondo vemos las fincas y cabañas de Veraniegu, a donde tendremos que llegar.
Entramos en Veraniegu, una amplia majada salpicada de cabañas.
Al otro lado del valle de Fresnosa vemos el cordal de los Picos de la Liebre, con sus cuatro cumbres, seguidas del Cotón y el Cuaña. Ya hace años lo recorrimos en invernal, como os conté AQUÍ.
Salimos de Veraniegu, pasando junto a un par de fuentes y alcanzamos por fin una ancha pista, por la que vamos a hacer parte del recorrido, accediendo en primer lugar a la siguiente majada, la del Cople, con sus cabañas muy arregladas y ya más para uso turístico que ganadero.
Un sitio precioso para tener una cabaña, desde luego.
A mi los cierres de llávana me recordaban a otros similares vistos en Irlanda, quizás el verde primaveral ayudaba.
Avanzamos ahora rápido, gracias a ir por la pista
Preciosos mayaos
La cabecera del valle de Fresnosa con el Cuetu la Boya a la izquierda y el cordal de los Picos de la Liebre al frente.
La pista pierde unos metros al llegar a la mayada de Chacía, aproximándose a la vaguada del arroyo Fresnosa.
Aquí cortamos por entre las cabañas de Chacía, para ahorrarnos un tramo de pista. Una vista atrás
El cruce sobre el arroyo Fresnosa.
Ya desde la margen izquierda del valle vemos toda la ladera que hemos venido recorriendo, pasando bajo el Altu la Texera.
La tarde avanzaba y ofrecía una preciosa luz para fotografiar nuevamente Chacía.
Unos días antes habían caído varias heladas tardías, cuando ya el bosque había empezado a echar la hoja y había quemado las yemas dando al hayedo un tono otoñal, cuando en realidad estábamos en plena primavera.
Poco a poco vamos dándole la vuelta al valle y con el Cuetu la Boya cerrándolo al fondo.
Pasamos por Fresnosa y seguimos por Los Bayos.
Preciosos y cuidados mayaos de cabañas arregladas y fincas bien valladas y mantenidas.
Desde Carbalín volvemos la vista al otro lado del valle, a las majadas de El Reseḷḷal, Sograndes, Veraniegu,...que hemos recorrido.
En las últimas cabañas de Carbalín nos despedimos de la cabecera del valle de Fresnosa.
La pista va a ir girando al suroeste y poco a poco va ir sacándonos del valle de Fresnosa, para entrar en el del Negro.
Alcanzamos así la mayada de Diez Timones. Original nombre.
Desde aquí la pista comienza el descenso hacia el fondo del valle con un par de zetas.
Algunas cabañas ya más parecen casas, la verdad.
Volvemos a dar vista al Picu Pisones, cuando el sol ya estaba muy bajo.
Las últimas luces del sol encendiendo los bosques.
La pista va a seguir bajando por entre viejos cargaderos y restos de la antigua mina El Escalar. Sin embargo deberemos ir atentos, pues no queremos llegar al fondo del valle aún.
Vamos a seguir por los ramales de pista que siguen hacia el norte, en vez de buscar los que ya se tiran hacia el fondo del valle.
Llegaremos a un punto donde la pista da una cerrada curva a la izquierda. De frente continúa lo que ya es un viejo camino. Es el que buscábamos.
Se trata del viejo camino de comunicación con la parte alta del valle hasta la construcción de la pista de acceso a las minas. No sabíamos como nos lo íbamos a encontrar, pero la verdad es que estaba mucho mejor de lo que esperábamos
Y además de ahorrarnos un tramo de pista, resultó una preciosidad.
Tras cruzar un denso tramo de bosque, el camino pierde altura con fuerza para alcanzar el arroyo Fresnosa, el mismo cuyo valle acabamos de rodear. La senda acabará por depositarnos en la pista minera justo a la altura del Puente´l Beyu y donde habáimos dejado el segundo coche.
Llegábamos al coche ya casi anocheciendo, ya que la ruta había sido larga para una tarde, pero había merecido la pena. Otra tarde bien aprovechada. Os dejo el track
Un saludo
Cienfuegos
Como para no merecer la pena. La zona lo merece y siempre nos guarda gratas sorpresas
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Mar.
EliminarUn saludo