19 mayo 2025

Peña Manteca desde Puente Raneros

Solo había estado una vez en Peña Manteca y no guardaba un buen recuerdo la verdad, dada la cantidad de escobero que cubría sus laderas. Sin embargo hace unos meses me habían comentado que se habría desbrozado el acceso, así que lie a un par de compañeros para volver, subiendo esta vez desde Puente Raneros, lo que nos permitiría conocer dos sendas en la parte baja, las comunicaciones con los pueblos de San Esteban y Quintanal. Y vaya par de sendas. De hecho, sería lo más guapo de la jornada. Dos caminos preciosos que, además, tuvimos la suerte de encontrar recién desbrozados. Un lujo.


DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 15/02/2025
  • Zona: Sierra de Peña Manteca
  • Concejo: Belmonte de Miranda (Asturias)
  • Inicio/Fin: Puente Raneros. Carretera AS-227 PK 20+200
  • Distancia: 16 Km
  • Desnivel máximo: 1.165 m
  • Desnivel acumulado positivo: 1.210 m
  • Tiempos: 6 y 3/4 horas
  • Dificultad: Moderada. Nosotros tuvimos la suerte de encontrar los caminos que suben de Puente Raneros a San Esteban y los que bajan desde Quintanal, recién desbrozados. Por contra equivocamos un tramo previo a cumbre metiéndonos en una zona de mucha vegetación que avanzado el año será peor aún, siendo mucho mejor el terreno por el que bajamos de cumbre.
  • Track: sierra_de_pena_manteca_desde_puente_raneros


Aparcábamos de mañana solo unos metros por debajo de Puente Raneros, o mejor dicho, Puente Raneiru, el pequeño puente por el que la AS-227 salva el arroyo Muria que desciende precisamente de las laderas de la Sierra de Peña Manteca. Allí mismo entra un ancho camino que va a subir por la margen izquierda del río.


Camino ancho, cómodo y precioso que además observamos que había sido desbrozado no hacía mucho.




La verdad que fue una sorpresa. El entorno es una gozada y de momento el camino subía con poco desnivel, resultando un paseo muy cómodo.


Poco después la senda se estrecha, aunque la seguimos sin problema hasta una pasarela. Aquí el viejo puente ha desaparecido y se ha construido una precaria aguas arriba de la ubicación original. Es importante tener esto en cuenta, pues al cruzarla deberemos buscar el camino un poco aguas abajo, no como nosotros, que nos fuimos hacia aguas arriba.


Cruzando con cuidado que los maderos estaban húmedos y el agua del río demasiado fría como para apetecer un baño.


Lo dicho. Nosotros vimos huella de paso hacia aguas arriba y la seguimos. Mal hecho. Nos dejamos el camino bueno por debajo. El valle se divide aquí y la senda entra al de la izquierda. Subimos una canal de bastante pendiente que, a cambio nos dejó visitar una preciosa cola de caballo. Justo por encima de ella, reencontramos la senda.


Seguimos el camino, en esta parte un poco más perdido, pero que se transita sin problema. Toca cruzar a la margen izquierda. no hay puente, pero el arroyo aquí ya es pequeño.


Seguimos la senda hasta un punto donde el valle nuevamente se divide en dos. allí quedan restos de varios corros entre grandes castaños. Si nos fijamos veremos que la senda principal gira a la derecha, empezando a ganar altura sobre el fondo del valle.


El valle de Muria por el que hemos ido subiendo.


En la última parte la pendiente se agudiza, subiendo ya decididamente hacia el pueblo de San esteban entre cuyas casas pasamos.


Nos llama la atención la cantidad de casas arregladas en el pueblo, aún cuando no parece vivir apenas nadie.


Salimos de San Esteban por una pista que corta la margen derecha del valle del arroyo Abedul. al otro lado del valle vemos el pueblo de Villar de Zuepos y detrás de éste, el de Quintanal, por donde volveremos más tarde.


San Esteban a la derecha, cuando ya estábamos bastante altos y a punto de entrar en los puertos que tapizan la falda sur de la Sierra de Peña Manteca.


La zona alta es una extensa zona de praderías separadas por multitud de colladas. Alcanzamos las cabañas de Murias y dejando a la derecha una primera collada nos fuimos a una que queda más alta subiendo por las fincas de Llanadas.


Llanadas, mientras subimos a la collada de La Llalga.


Al fondo, La Llalga.




Desde La Llalga empezamos a subir ladera arriba hacia Braña Vieja, donde hay una arreglada cabaña, quizás incluso en exceso. Aquí cometimos el error de no bajar a ella y subir por la ladera de enfrente, que sería una opción mucho más cómoda que la nuestra. 


Con todo, conseguimos salir de aquella ladera y seguir subiendo hacia la base de la peña, por una zona que, al menos en invierno, rezuma muchísima agua.


Aquí reconozco que me lie yo. No se porqué me pareció que la cumbre del Urro era lo que teníamos al frente y nos fuimos a ella. No me daría cuenta de que la cumbre principal de la sierra la estábamos dejando a la izquierda hasta bastante arriba, cuando ya fue mejor seguir subiendo a ganar la cresta.



En la cresta dábamos vista a la vertiente norte, con Tineo al fondo.


Tocó recorrer el tramo de cordal que nos separaba de la cumbre del Pico Urro, máxima altitud de la Sierra de Peña Manteca. 



La quebrada Sierra de Peña Manteca corre al norte, hacia la sierra de Begega.


Vistas hacia la cordillera
 

Macizo de Peña Ubiña


Zona alta de Somiedo, con el Cornón en el centro


Hacia el Rabu d´Asnu


Los molinos de la Sierra de Begega


Lamina de oro de Boinas


Al fondo a la izquierda, el Panchón, encima de Pola de Allande.


Y la villa de Tineo


Paramos a picar algo en cumbre y charlamos un rato con otro montañero que llegó casi a la vez que nosotros, aunque tampoco nos entretuvimos demasiado. Al rato empezamos a bajar hacia Braña Vieja, aunque esta vez eligiendo un poco mejor el itinerario.

 
Una vista atrás desde Braña Vieja hacia el Urro, de donde venimos.


Por debajo de Braña Vieja cruzamos el arroyo Rechallu y, ganando un colladín, seguimos bajando hacia el collado la Espina, que dejaremos a la izquierda, para seguir hacia las praderías de Borniz.



En Borniz giramos a la izquierda, para bajar por el valle de la Riega la Chana. Allí vimos un llamativo cierre en una finca.


Cruzando la riega sigue un ancho camino que nos va a llevar al pueblo de Quintanal.


A lo lejos vemos San Esteban, por donde subimos unas horas antes.



Ya se veían las  casas de Quintanal.



Cruzamos Quintanal buscando algún sitio donde sentarnos a comer. No vimos mucho donde posar el culo y, tras cargar agua en la fuente que hay a la salida del pueblo, seguimos hasta las casas del Visu.


Allí por fin encontramos un sitio un poco más "apañao" para sentarnos a comer, justo cuando salía el sol,, por lo que acabamos comiendo hasta con calor y con la vista puesta en lo que nos quedaba, el descenso desde Quintanal a la carretera de Somiedo.


Tras comer retrocedimos unos metros hasta las primeras casas de El Visu, pues de allí sale el camino que habrá de llevarnos valle abajo.


Camino ancho, cómodo y recién desbrozado, que va a poner la guinda a la ruta. Baja primero por entre las fincas que se asientas bajo el pueblo de El Visu.


Pero luego se introduce en un bosque mayormente de encina y madroño en el tramo más guapo de todo el camino. De verdad que resultó una sorpresa, porque es una senda preciosa.




Ya bastante abajo damos vista a la carretera de Somiedo a la que acabaremos por salir.

La senda nos deposita en la carretera solo unos metros por debajo de Puente Raneros y casi que a la altura de donde teníamos el coche. Cambio de ropa y la cerveza en Belmonte. Os dejo el track.



Un saludo
Cienfuegos

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