Pocas rutas hay que puedan ofrecer tal variedad de paisajes en una única jornada. Altas cumbres, solitarios lagos, inmensas vegas, escondidas majadas, sombrios bosques y profundos desfiladeros. Y una de esas rutas era la que íbamos a realizar en esta ocasión. Una idea que ya nos rondaba la cabeza desde hacia tiempo, la de bajar desde San Isidro hasta Soto de Agues, con la cumbre del Torres por medio. Una ruta larga, muy larga y con un desnivel negativo a tener en cuenta, como bien me recordarían las piernas al día siguiente.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 10/10/2015
- Zona: Parque Natural de Redes
- Concejos: Caso, Aller y Sobrescobio (Asturias)
- Inicio/Fin: La Raya. Puerto de San Isidro
- Distancia: 29,25 Km
- Desnivel máximo: 1.665 m (negativos)
- Desnivel positivo acumulado: 900 m
- Desnivel negativo acumulado: 1.955 m
- Tiempos: 10 horas
- Dificultad: Moderada. Hay que poner especial atención en el descenso por la arista norte del Pico Torres.
- Track: torres_de_san_isidro_a_soto_de_agues
Subimos hasta el puerto de San Isidro (1.521 m), donde dejaríamos un coche para ir a recogerlo al día siguiente, y tomarnos un café en el bar, para hacer tiempo a que acabara de amanecer y preguntar si tenían pan, que por cierto no tenían. Tendríamos que apañarnos a comer tres con una sola ración del día antes. Empezábamos con mala planificaciónra.
El Pico Torres, a la vista ya a pie de coche. La ascensión al Torres puede ser una buena ruta en si misma, pero para nosotros iba a ser tan solo un primer punto de paso. La ruta es extremadamente larga y no me ha sido fácil selecionar las fotos a subir al blog de entre las más de 250 que cayeron aquel día. En algún tramo puedo haberme quedado un poco corto, pero espero que se aprecie bien por donde fuimos y cómo es el terreno a cruzar.
Subimos por el camino más habitual hacia el collado de la Ventanona, que va pasando por varias vegas, subiendo cerca de un arroyo en su primera parte, para luego abandonar la senda que sube a la collada Valmartín y girando a la izquierda ir aproximándonos a la base del Torres.
Ya cerca de su base, la senda gira a la derecha a buscar el collado de la Ventanona, curiosa oquedad que se abre en las cuarcitas que se alzan a la derecha del collado (círculo). Por un momento barajamos subir por la canal este, pero mis compañeros no conocían la Ventanona y merece la pena acercarse hasta allí.
Pasaremos por el mayáu del Torres con sus cabañas en ruinas. Al fondo a la derecha destaca el Requexines. Ya hacía tiempo que a nuestras espaldas ibamos disfrutando de las vistas sobre las altas cumbres de San Isidro, especialmente la del Toneo, pero el dia amanecía muy tomado de bruma y con muy mala luz hacia el sur para sacar fotos.
Subimos hasta el collado de La Ventanona (1.876 m), en donde damos vista a la vertiente de Caso y nos acercamos hasta La Ventanona propiamente dicha, que haciendo honor nombre a su nombre, enmarca una preciosa vista sobre el Puerto San Isidro y las cumbres del Toneo, Cuerna y Agujas.
Desde el collado, encaramos la arista este por la que haremos el ascenso al Torres.
En la primera parte, la senda cruza a la derecha (cara norte) pasando un poco por debajo de la arista propiamente dicha, mientras vemos la arista norte, por la que bajaremos más tarde hasta la cumbre El Picón, el mal llamado pico Los Fueyos.
Poco después la senda gira y superando un resalte gana la arista como tal, por la que se asciende de forma cómoda, con tan solo apoyar las manos puntualmente y con un par de sitios donde prestar un poco más de atención. Hacia el este continúa la cordillera hacia Tarna, pasando por las cumbres del Valmartín, Arenal, Entrepicos, Cascayón, Peña´l Vientu, ...
Alguna de las agujas y gendarmes de la arista, se bordean por la cara norte.
Y cumbre del Torres (2.100 m), una cima a la que ahora hacia bastantes años que no visitaba. La previsión para el día era buena, empeorando a la tarde, pero de momento la mañana se mostraba triste, con mucha bruma y un fuerte y desagradable viento.
La primera vista hacia el siguiente tramo a recorrer. Bajar por la arista norte hasta El Picón, descenso a la laguna Caballuna, en los Puertos de Contorgán y luego recorrer la larga vega de Les Llongues buscando la senda que poco a poco ha de aproximarnos a la base del Retriñón. Pero para eso, aún faltaba mucho.
El Puerto de San Isidro, con su estación de esquí y las cumbres que la enmarcan, desde el Ausente y Requexines, a la izquierda, al Toneo y Agujas, con el Cuerna más atrás. Pena de bruma.
Al este vemos, entre brumas y nieblas, la inconfundible silueta del Tiatordos y al fondo del todo los Picos de Europa. También asoman el Maciédome o el Cantu´l Osu.
Felechosa a vista de pájaro.
Y un par de panorámicas desde cumbre, la primera al sur, hacia el Puerto de San Isidro, con sus cumbres y la Cuerda l´Ayu, la Cuerda del Ajo que continúa hacia el Puerto de Vegarada.
Y otra al norte, con el Retriñón a la izquierda - anda que no quedaba lejos ni nada - y la Sierra del Corteguero en toda su longitud. Justo bajo nosotros los inmensos puertos de Contorgán. Es curioso saber como cuenta la leyenda que ganó Caleao estos pastos. Os animo a leer sobre ello. Podeis hacerlo en el blog del amigo Juan, AQUI.
En la cumbre tiraba mucho aire y la ruta iba a ser extremadamente larga, así que no nos entretuvimos demasiado. De manera que al rato de disfrutar de las vistas, foto de grupo y para abajo.
Primero bajamos un corto trecho por el mismo itinerario de ascenso hasta alcanzar un hombro sobre la arista norte. Desde él, bajamos una buena pila de metros con tendencia a la izquierda, dejando la arista a nuestra derecha, para después subirnos ya a ella.
Al poco hay que dejar la arista para bordear unos crestones por la izquierda. Se ven sendas en todo el descenso. Tan solo hay que buscar un poco los mejores pasos.
Por fin alcanzamos la Collada Almagrera (1.845 m), desde la que nos animamos a ganar la cumbre de El Picón (1.891 m), el mal llamado Pico los Fueyos. El nombre correcto nos lo daría un pastor poco después, a la vez que nos decía que Los Fueyos, son las colladas que quedan al noroeste de El Picón.
Desde El Picón ya vemos el llagu Caballuna a donde bajaremos a continuación, para después dejarnos caer a la alargada vega Les Llongues que recorreremos hasta su extremo norte. Al fondo la Sierra del Corteguero, que cierra por el norte el Desfiladero de Los Arrudos.
Por detrás de los picos Negro y La Tabierna, se destaca la mole del Retriñón, cuya base recorreremos hacia el oeste. A su derecha asoma el Cabeza l´Arcu.
Desde El Picón bajamos un corto tramo hacia al norte, sorteando sus afiladas agujas, hasta un colladín que nos permite dejarnos caer ya cómodamente a la derecha, por una alfombrada ladera por la que bajaremos hasta el llagu Caballuna. Es aquí donde espantamos un gran rebaño de rebecos en el que destaca uno con los cuartos traseros blancos. El primer "rebecu pintu" que veo en mi vida.
Seguimos bajando hacia los Puertos de Congortán, los inmensos y alpinos puertos de Caleao, salpicados de matas de acebo, haya y abedul que poco a poco van tomando los colores del otoño, entre las que se abren despejadas y verdes vegas y con las altivas cumbres del Valmartín, Arenal, Entrepicos y Cascayón destacando sobre ellos. Es un descenso largo ya que se pierden más de 350 m desde El Picón, más de 560 m desde el Torres.
En vez de irnos a la izquierda para entrar directos en la vega Les Llongues, por donde tenemos que bajar, decidimos rodear el llagu Caballuna (1.535 m), de unos 200 m de longitud. Es esta una zona bastante apartada que no suele visitarse muy a menudo y ya que estamos aquí queremos aprovechar para recorrerla con calma, así que nos vamos a la derecha de él, desde donde le tiro una foto, con la cumbre de El Picón, de donde venimos, a la izquierda del todo.
Damos así vista a la vega de la Escosura, con varias cabañas en buen estado, que desciende paralela a la de Les Llongues hacia la cabecera de Los Arrudos, saliendo a este valle un poco más arriba de la mayá Roxecu.
Volvemos hacia el oeste, bordeando el llagu Caballuna por el norte. Es una zona preciosa que no conocía. No puedo evitar tirarle varias fotos, ahora con el Torres asomando ya muy arriba, por detrás de El Picón.
Alcanzamos así otra laguna de menor tamaño, la del Piornal (1.575 m), muy colmatada y cubierta de vegetación.
Y ahora si, bajamos hacia la alargada vega de Les Llongues, que en sus tiempos contó con dos grupos de cabañas, unas cerca de Caballuna, la Vega d´Arriba y otras próximas a su salida por el extremo norte, la Vega d´Abaxo. Por desgracia ya están todas ellas en ruinas.
En la Vega d´Abaxo (1.450 m) nos despedimos, al menos momentáneamente, del Torres, y le tiro una foto al descenso desde el Torres a El Picón y desde éste hacia Caballuna, con la loma por la que hemos entrado en Les Llongues.
En Les Llongues volvemos a coincidir con un pastor de Caleao al que ya habíamos acompañado un tramo desde San Isidro. Anda buscando el ganado que creía estaba en La Escosura, pero este ha bajado a El Acebal, así que bajaremos con él hasta allí. La senda, muy marcada y limpia en todo momento, gira a la izquierda a la salida de la vega, abandonando el cauce del arroyo de la Alegría, mientras vemos al frente las paredes que cierran el Desfiladero de los Arrudos.
El otoño ya empezaba a hacerse notar en las hojas de las hayas. Entre sus copas vemos asomar el Retriñón y en su base la campera de la mayá La Robre, donde finalmente pararemos a comer.
Alcanzamos la mayá L´Acebal (13.320 m) que hace honor a su nombre al estar rodeada de un abundante bosque de acebos y donde, efectivamente, está el ganado de nuestro acompañante. Allí nos despedimos de él y lo dejamos con sus vacas, mientras nosotros bajamos por la vega.
L´Acebal es una vega sumamente recogida que me sorprende por la cantidad de cabañas que conserva. Alguna sumamente llamativa, como esta, edificada al abrigo de una roca.
Bajamos por la vega hasta su extremo norte. Allí, a la izquierda del incipiente cauce de la Riega l´Acebal, sale el sendero que nos llevará a la mayá Castiellu. El día había ido limpiando y ya disfrutábamos de un cielo casi totalmente despejado. Desde cerca de la collada en la que se asienta la mayá Castiellu le tiro una foto a la cabecera del valle de los Arrudos.
Poco después entramos en la mayá Castiellu (1.295 m) que conserva una buena cabaña casi en la misma collada y en la que paramos a charlar con un par de pastores.
Desde Castiellu ya empezamos a ver el Retriñón bastante más cerca, aunque aún faltaba un largo tramo hasta alcanzar la collada La Piornosa, a su izquierda.
Entre Castiellu y La Piornosa nos encontramos con el tramo seguramente más abandonado de la ruta. La senda está muy marcada en todo momento, pero los escoberos ya empiezan a ocuparla y por momentos se vuelve incómoda de recorrer. A mi este tramo hasta la mayá La Robre, me resultó el más pesado de la ruta.
Con todo, vamos a ir disfrutando de buenas vistas sobre la entalladura de los Arrudos, de cuyo desfiladero vamos a ir alejándonos poco a poco, a medida que remontamos hacia el oeste el valle de La Robre.
Atrás va quedando la cabecera del valle de los Arrudos, cerrado por la Sierra de Corteguero a la izquierda, Cascayón, Peña del Viento asomando a su derecha, Entrepicos, Arenal y Valmartín a la derecha del todo. Abajo la verde collada donde se asienta la mayá Castiellu, por donde acabamos de pasar.
Poco a poco vamos aproximándonos a la collada La Piornosa. A su derecha la vega La Robre.
Total que ya iba siendo hora de comer, de manera que pasando bajo la collada La Piornosa, nos acercamos hasta la mayá La Robre, y parar a comer junto a su fuente.
Guapas vistas desde el comedor que nos hemos buscado, con los Arrudos a la izquierda y la entalladura por donde el arroyo de La Robre descarga en el anterior y por donde sube la senda desde La Fontona hasta aquí.
Tras comer seguimos ruta que, a pesar de la paliza, aún no llevábamos ni la mitad. Por lo pronto subimos hasta la collada La Piornosa (1.381 m) donde dejamos atrás Caso y entramos en Aller. Al frente ya tenemos la amplia collada de La Tabierna y a la izquierda la canal que baja hacia el valle Cuirgu, por donde sube la ruta de las Brañas Alleranas.
Cuando damos vista al valle del río Aller, podemos ver, al otro lado del mismo, la cumbre de Peña Redonda, por detrás de Peña Melera y Peña Pandos. Parecía que hacia la cordillera, el día empezaba a cambiar.
Alcanzamos las fincas de la braña de La Tabierna (1.382 m) donde paramos a charlar con un grupo que está haciendo el PR.AS-30 Ruta de las Brañas Alleranas y que se plantean si subir al Retriñón. Nosotros cuando preparamos la ruta, barajamos la posibilidad de ascenderlo también. Habría sido una ruta espectacular, pero ya hace rato que hemos decidido bordearlo por su base. Bastante dura resultará ya la ruta y además el Retiñón todavía lo habíamos visitado el año anterior.
Desde aquí seguiremos, por lo tanto, la ruta de las Brañas Alleranas, con senda muy marcada, clara y balizada en todo momento. A nuestra derecha vamos a ir dejando el Retriñón, cuando al frente ya vemos el Picu Llacíu y la Forcá.
Una vista atrás hacia la collada La Tabierna, de donde venimos.
Bajamos hasta la braña Las Ordaliegas (1.240 m). Nos llama la atención que en Caso la mayor parte de las cabañas estaban en ruinas. En Aller parece ser al revés. No estoy seguro de la razón, pero en cualquiera caso, la verdad es que da gusta pasear por estos mayaos.
Desde Las Oradaliegas subimos a la braña del Oteru (1.270 m), una majada grande y cuidada, a los pies del valle del Otero, en la vertical de la cumbre del Retriñon.
Una de las veces que subí al Retriñón, pasamos de aquí para volver a Felechosa cruzando el Escuciarréu, la entalladura que se abre bajo las cabañas de La Mortera, por debajo de las del Oteru. Es un pequeño cañón en el que el camino va tallado y sobre grandes armaduras. Un paso precioso. Al otro lado del valle del Aller, Peña Redonda a la derecha y el Picón de las Rubias a la izquierda, que cierra el valle de Riopinos.
Desde El Oteru debemos seguir subiendo hacia la collada La Valencia, con la cresta caliza de La Furacá al frente y La Forcá asomando por detrás.
En la collada La Valencia (1.301 m) nos despedimos por fin del Torres, además de salir de Aller y entrar en Sobrescobio.
Cruzando la collada entramos en el valle del Texíu, en el Monte Llaímu, el que baja hacia el Desfiladero del Llaimú por donde discurre la conocida Ruta del Alba. Al fondo se destacan nuevas cumbres, como la de la Xamoca.
Bordeamos por la vertiente de Sobrescobio la loma que conforma el Morón y alcanzamos la collada de La Felguera (1.269 m), en la que volvemos a dar vista, momentáneamente, a la vertiente de Aller y a Peña Redonda. Por aquí desciende el PR.AS-30 Ruta de las Brañas Alleranas hacia Felechosa, del que nos despedimos también.
Nosotros vamos a bajar por Valsemana, por lo que tomamos la senda que desde La Felguera sigue al norte, casi en llano, pasando bajo el crestón calizo que conforma Los Xendones, mientras empezamos a tener una estupenda vista del Retriñón, al otro lado del valle del Texíu, con la collada la Valencia por donde acabamos de cruzar, a su derecha.
La senda está bien marcada y sigue en llano internándose en el hayedo, mucho más verde este que los de la zona alta del Contorgán, al estar a menor altura y más protegidos.
Pasamos por lo que queda de la antigua mayá de La Carexona (1.280 m), de la que solo vemos un viejo corro al abrigo de una peña y volvemos al hayedo.
Poco después la senda se pega a las paredes calizas de Los Xendones.
Para salir a continuación a la Güeya de Valsemana (1.235 m) que permite cruzar el crestón calizo y pasar del valle del Texíu al valle de Valsemana.
La Güeya de Valsemana es, además, un excelente balcón que permite ver hacia el este el Retriñón, alzándose sobre el valle del Texú, con el hayedo del Monte Les Torgues, justo bajo nosotros. Por el lado contrario del valle, cruzando el Monte Texíu y el Argayu subimos hace ahora un año al Retriñón, para bajar después por el Fuiyu y Los Pandanes, como os conté AQUI.
Hacia el lado contrario vemos el valle de Valsemana, por donde bajaremos y sobre él, las cumbres del Aberrugues, el Cuchu o la Forcá.
La senda baja en primer lugar a la planicie donde se asentaba la mayá Valsemana (1.195 m), de la que quedan restos de varias cabañas, en el extremo noroeste. Al entrar en la vega, la senda se pierde. Debemos atravesar totalmente la vega de este a oeste. Allí, en su extremo, gira al norte para seguir bajando.
Llegamos así a otra pequeña vega en medio del hayedo, la de El Pláganu (1.150 m), donde de nuevo parece perderse la senda. Debemos bajar hasta el extremo inferior de la vega. Allí, a la izquierda sale la senda para cruzar poco después el arroyo Valsemana a su margen izquierda.
La senda se separa un poco del cauce y atravesando el monte La Verdasca, se dirige a una nueva vega, la del Carrizal (1.090 m). Alli una vez más parece perderse, pero debemos buscarla en la parte inferior, saliendo hacia la derecha, buscando la cercanía de la Riega el Carrizal, que baja hacia el estrechamiento que se forma entre las paredes calizas en ese lado.
Entramos así en una pequeña foz, en realidad poco más que una entalladura, pero que constituye un rincón espectacular en mitad del hayedo, denominado La Focexa, por donde baja el arroyo Valsemana, casi seco en estas fechas.
Desde aquí la senda sigue bajando por medio del precioso hayedo de L´Arrobelláu hasta alcanzar de nuevo el arroyo, que cruza a la margen derecha. Poco después se unen las riegas de Valsemana y Reefierros, formando el río Alba. Seguiremos junto a él, por los Yanos de la Llonga, en un tramo de bosque en el que llaman la atención el porte, la altura y envergadura, de alguna de sus hayas.
Más abajo salimos del hayedo en los Yanos de La Pomar, dando vista a nuestra izquierda al valle que desde la Forcá baja por el Grayiru, cuando ya tenemos frente a nosotros las paredes calizas que encierran el Desfiladero del Llaímu a partir de la Cruz de los Ríos. La tarde ya hace rato que estaba cambiando y empezaba a cubrirse rápidamente. Parecía que el anunciado frente llegaba.
Llegamos así a la Cruz de los Ríos (780 m), donde confluyen el río del Alba, junto al que hemos bajado y la Riega les Felgueres que baja por el valle de Texíu. Suele ser este el punto final de la Ruta del Alba. De hecho a partir de aquí ya empezaríamos a encontrar bastante gente.
Desde aquí el camino ya es viejo conocido, aunque siempre resulta imposible pasar por las Foces del Llaímu sin tirar alguna foto, y es que la entalladura que formó aquí el río del Alba es digna de contemplación.
Un breve descanso junto a la cascada de La Pontona para tirar un par de fotos ...
... y para abajo. A esta cota el otoño apenas si se notaba aún.
En La Vega conectaríamos con la hormigonada y aburrida pista que sube valle arriba hasta aquí. Llegar a La Vega y empezar a llover algo fue todo uno. Por suerte solo fueron cuatro gotas, pero suficientes para animarnos a cubrir lo más rápido posible el trámite de recorrer los cerca de 6 km que aún nos separaban de Soto de Agues. En este tramo, gente a patadas, incluso subiendo aún a aquellas horas y pese a la amenaza de agua, hacia las foces. Nosotros llegaríamos por fin a Soto (435 m), donde a falta de una, caerían un par de cervezas, que la ruta había sido larga y era lo suyo. Os dejo el track.
Un saludo
Cienfuegos
Vaya pasada de ruta!!! Tenía pa esti añu tornar al Torres... paezme que nun voi facer tanto como tu, pero apetezme conocer Caballuna y entra-y pel norte al Torres. Mil gracies pol reportaxe. Un abrazu
ResponderEliminarBerto, Caballuna paga la pena l´esfuerzu de baxar hasta allí y tornar a San Isidro, o facelo dende Caliao. Ye un sitiu guapu non, lo siguiente.
EliminarUn saludu
Bonita entrada Javier!!
ResponderEliminarConocemos la subida al Torres pero nunca barajamos la opción de enlazarla con la Ruta del Alba y acabar en Agues, así que tomamos nota de tu reportaje, pues parece que merece la pena.
Un abrazo!!
Es una ruta espectacular en la que lo peor es el tema de organizar los coches, pero si teneis la posibilidad, no lo dudeis.
EliminarUn saludo
El Torres como dices bien merece una sola ruta y así lo hicimos nosotros haciendo la bajada por el camin de los vetustos...y ya es bastante apañada en sí misma, asi que continuar por todo el recorrido restante es un bombazo...los paisajes preciosos desde luego y los plasmas de maravillas en tus fotos. Siempre un placer ver los reportajes. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Paloma. Ahora hacia mucho que no ibas al Torres y lo saboreé casi como si fuera la primera vez.
EliminarUn abrazo
Leer todo el reportaje ya es largo. No te cuento patearlo...
ResponderEliminarHace poco subí al Torres y llevaba la intención de pasarme por la laguna Caballuna. Me resulto un lugar atractivo visto desde el mapa. No bajé por no perder tanto desnivel, pero he visto en tus fotos que bien merece una visita.
Estupendo maratón.
Saludos Javi.
je, je, pues si, salió una entrada más larga de lo que me suele gustar, pero la ruta también lo era. Pues solo puedo decirte que arrimar a Caballuna merece la pena perder ese desnivel.
EliminarUn saludo
Una pasada Javi...una pasada. Menuda cansera...solo de velo ya estoy cansau. Una pasada de paisajes. Un abrazu.
ResponderEliminarLlarga fue un ratu, Jorge. Agora, guapo más, ¿eh?.
EliminarUn abrazu
Me ha en-can-ta-do!!! enhorabuena y saludos
ResponderEliminarViendo vuestra última ruta, seguro que te gustó más por eso, ya que se comparten varias vistas.
EliminarUn saludo
Como sueles decir, auténtica "calcetinada". Vaya rutaza por un entorno que enamora y que tengo la suerte de conocer bien. He disfrutado viendo el reportaje y me han venido a la memoria buenos recuerdos pues hace no mucho pasamos nosotros por esas majadas casinas. Muy bueno el nombre que habéis recogido, El Picón. En el mapa de Santos Nicolás Aparicio, maestro y gran estudioso de la toponimia allerana, viene como La Magrera. Puede ser que según el conceyu sea un nombre u otro. Un abrazo y a seguir hollando cimas
ResponderEliminarGracias Victor. No sabía lo del nombre de La Magrera. Supongo que en las cercanías habría mineral de almagre. Como bien dices, es muy habitual que una misma cumbre tenga varios nombres en función del valle desde donde se la vea.
EliminarUn saludo
Mira que hay cimas, valles y bosques por Asturias pero 5 rutas así y te quedas sin sitios para conocer.
ResponderEliminarEspectacular, y esto en otoño con poco tiempo !!
je, je, no tanto, pero si que esta es de las que da para conocer mucho terreno en una sola jornada. ¿como va esa lesión? Espero que recuperando bien y que pronto puedas volver a pisar monte.
EliminarUn saludo
Menudo pateadón! Casi 30 Kms.....tengo pensado volver al Torres para la próxima primavera....pero no se si podré imitaros, hay que meditarlo muy mucho, aunque el reportaje es impresionante con unos paisajes tan espectaculares. No lo podrías definir mejor con la cabecera de tu entrada. Enhorabuena, por la excursión que os marcasteis, a mi me gusta mucho.
ResponderEliminarUn saludo!
Gracias Juan Carlos. Si, es una ruta larga, pero merece la pena precisamente por la variedad de paisajes. Además, a pesar de la distancia es bastante llevadera.
EliminarUn saludo