A finales de verano suelo intentar pasar un par de días por Picos. Son jornadas en las que el objetivo no es tanto las cimas a alcanzar como el simple disfrute de Picos sin prisas, como hacíamos hace años, cuando empezaba a dejarme caer por aquí. En esta ocasión todo giraba en torno a subir a dormir a Vega Huerta. Para ello, en la primera jornada ascendería desde Posada de Valdeón por la Canal de Pambuches y la del Bufón a la Torre Bermeja. La niebla obligó a un cambio de planes sobre la marcha y abandonar la idea de las Torres Parda y Pardo Pescuezo, recortando bastante la ruta que de todas formas no estuvo mal.
DATOS DE LA RUTA
- Fecha: 21/09/2018
- Zona: Macizo del Cornión. Picos de Europa
- Municipio: Posada de Valdeón (León)
- Inicio: Posada de Valdeón
- Fin: Refugio de Vega Huerta
- Distancia: 13 Km
- Desnivel máximo: 1.490 m
- Desnivel positivo acumulado: 1.700 m
- Desnivel negativo acumulado: 560 m
- Tiempos: 7 horas
- Dificultad: Moderada. El descenso de la Torre Bermeja por su cara norte se hace por un terreno muy descompuesto y delicado. El desnivel acumulado también es importante.
- Track: torre_bermeja_y_punta_extremera_por_pambuches_y_capozo
La idea que traía en mente era la de un circuito en dos días que me llevaría a recorrer buena parte del extremo sur del macizo del Cornión, subiendo por Pambuches y bajando por Capozo y visitando alguna de esas cumbres muchas veces olvidadas, aunque al final, y como suele ocurrir en montaña, la meteo obligó a algún cambio. De momento, desde el centro de Posada de Valdeón ya veía la entrada a la Canal de Pambuches, con Torre Bermeja alzándose a la izquierda de la foto.
Cruzo el río Cares y acometo los primeros recuestos que me alzan a las fincas de Rijolles.
Abajo se queda Posada de Valdeón y el valle de Santa Marina. El día presentaba algunas nubes altas que esperaba que no me dieran muchos problemas.
Paso por las cabañas de Jupalacio con la entrada a Pambuches al fondo, y junto a ellas abandono la pista para tomar la senda que a la derecha sube por Hoyobladas.
Y alcanzo la solitaria cabaña de Pantivalles donde hago una primera parada.
La entrada a Pambuches es inconfundible y sencillamente espectacular. Un gran tajo en la muralla de cumbres.
Al otro lado del valle del Cares, el macizo central con la zona del Llambrión (izda) y el Friero (dcha).
Paso por la Fuente de Hurden, donde aprovecho para cargar agua fresca y acometo la dura pedrera que me conduce a la verdadera canal de Pambuches.
Pese a que vengo cargado con una mochila pesada - traigo todo lo necesario para vivaquear, por si no pudiera dormir en el refugio - subo a buen ritmo y mejor de que lo que esperaba.
Paso junto al verdadero nacimiento de la Fuente de Hurden y entro en Pambuches.
Una vista atrás. La senda es clara en todo momento y la ascensión me resulta más llevadera de lo que recordaba de cuando bajé por aquí hace años.
Dejo a la derecha la inverosímil aguja de la Pica Gobantes, artísticamente tallada por la naturaleza.
Los rebecos serán mis únicos compañeros durante toda la jornada.
Sorteando los bloques calizos de las Lleras de Pambuches, me aproximo al Collado Pambuches, que aunque ya se ve cerca, esa ladera herbosa será casi lo peor de la canal.
En el collado paro unos minutos a disfrutar de las vistas sobre los Urrieles y la canal de ascenso.
Por delante veo el Hoyo del Bufón con el Collado Verde (izda) al fondo y la entrada a la Canal del Bufón (dcha).
Subo por el Hoyo del Bufón y a la entrada de la canal homónima paro a picar algo, cuando el Collado Pambuches ya ha quedado bastante abajo.
Después acometo el ascenso de la Canal del Bufón. La recuerdo bien. Una canal de piedra menuda que no se baja mal, pero que en ascenso va a ser un infierno, más con una mochila grande.
Con paciencia y no poco esfuerzo, siempre por la margen izquierda (derecha según el sentido de la marcha) voy subiendo poco a poco, pegándome a la pared rocosa de la que me ayudo, hasta situarme sobre El Bolo. Abajo en el valle veo Posada de Valdeón.
Alcanzo los Hoyos Lleroros y es entonces cuando me doy cuenta de que la niebla está entrando desde el norte, desde los Hoyos de Caballo Cimero. La idea que traía era soltar la mochila aquí y hacer las cumbres de Pardo Pescuezo y Torre Parda, acercándome a la base de la Torre de Ita, recorriendo una zona del macizo que aún no conozco.
Estoy justo bajo Torre Bermeja y no sé que hacer. No contaba con la niebla que me acaba de romper los esquemas de la ruta. De haberlo sabido no habría subido por el Bufón, Habría seguido por el Collado Verde y la Travesona que tampoco conozco, alcanzando el Collado del Frade y la entrada a la Canal del Perro.
Paro unos minutos por si la niebla es solo una nube suelta, mientras observo el valle de Valdeón y el Friero.
Torre de Ita y Torre Ciega. Los Urrieles se van cubriendo poco a poco.
Para mi desgracia la niebla lejos de irse, va a más y ya cubre las cumbres. Desde aquí volver a descender el Bufón para alcanzar la Travesona, como que no apetece. Mi camino pasa por la Torre Bermeja. Por suerte conozco el trayecto y no hay mucha pérdida, así que me aventuro a seguir hacia arriba.
Gano la cresta de la Bermeja, donde suelto la mochila y subo en una carrera a cumbre, solo por sacar una foto del buzón, ya que no se ve absolutamente nada. Si queréis ver las vistas, mirar la entrada de mi anterior visita que os conté AQUÍ.
Luego toca recorrer la cresta hacia el oeste. Está bien jitada. Hay que dejar un par de canales a la derecha y tomar por otra muy descarnada y bien señalizada con un par de jitos.
Hay que bajar extremando las precauciones. La canal está muy descarnada y con mucha piedra suelta. Bajo por la derecha, pero a la salida hay que cruzar a la izquierda, a una plataforma desde la que tiro una foto atrás.
Luego toca atravesar la ladera casi sin ganar ni perder altura cruzando otro par de canales. Este tramo es lo peor de la jornada. Lo recordaba muy roto, pero o ha empeorado con los años o la memoria había dulcificado el estado del recorrido. Parece que la ladera entera vaya a venirse abajo en cualquier momento. Lo cruzo con cuidado. Aquí no valen prisas.
En el cruce bajo Los Moledizos la ladera mejora y desciendo sin problemas hasta el Collado del Burro por donde pasa el camino de Vega Huerta. Allí paro a comer, justo bajo el límite de la niebla. El día parece haberse estropeado e incluso cae alguna gota.
Sin embargo, cuando estoy acabando de comer parece que la niebla levanta algo. Lo justo para despejar la cumbre de Los Moledizos, sobre la canal del Perro.
Así que, aunque es una cumbre que ya conozco, dejo la mochila y me encamino a ella, a ver si puedo disfrutar un poco de sus vistas, dejando a la izquierda los Altos del Verde, por delante del Cantu Cabroneru.
Me acerco a la cumbre más occidental de Los Moledizos, la más baja, pero la que mejores vistas ofrece. Peña Bermeja aún sigue envuelta en niebla.
Pero hacia Fuentes Carrionas ya se ve algo.
Peña Prieta, por detrás de Los Altares.
El Espigüete, a la derecha del Pico Murcia.
Al suroeste se abre la cabecera del valle del Dobra, con la vega de Abaño (Vegabaño) como una isla en medio del bosque.
A mis pies el refugio del Frade, bajo la canal del Perro.
Había bastante bruma, así que he tenido que procesar las fotos, que no se ven muy allá. Sucesivamente, el Jario, el Niajo, y Ten y Pileñes.
Tiatordos
Peña Beza y Cantu Cabroneru
Es pronto y doy el día por perdido, así que me tomo con calma la cumbre. Saco fotos de los pueblos, como Caldevilla de Valdeón.
Al norte, hacia Torre Santa, la niebla se mantenía baja y limitaba las vistas.
Por fin, regreso al Collado del Burro. Allí sigue esperándome mi mochila y con ella tomo por el Camino del Burro.
Volviendo la vista veo que las cumbres del día se han "despejado". Tarde para volver, no puedo evitar soltar un par de improperios. Habrá que regresar para conocer ese sector.
A la izquierda dejo el Hoyo de Argüelles cuya salida se precipita hacia Carombo, con el Cantu Cabroneru al fondo.
Y a la derecha los Hoyos de Caballo Cimero, con el Macizo Central al fondo y la Torre los Cabritos a la izquierda.
Poco a poco me acerco a las Torres del Cotalbín. Estas mejor las dejo para mañana a ver si está mejor día.
Y a la izquierda Punta Extremera, otra más para el día siguiente. Bajo ella el alargado jou de La Duernona.
Por fin doy vista a Vega Huerta.
Llego al refugio, que está vacío. Bajo a cargar agua y lavarme un poco en la fuente, mientras Torre Santa parece que poco a poco se va despejando.
Doy una vuelta por los alrededores. Visito los vivacs, pero la tarde está muy fría y a ratos entra una húmeda niebla que no invita a vivaquear, así que decido dormir en el refugio. La Aguja del Corpus Christi y el Gato no me quitan ojo.
Pero lo que más me joroba es que el día parece haberse nublado definitivamente y me voy a quedar sin el esperado atardecer. Al menos hacia poniente tiene mala pinta.
Y hacia levante no mejora mucho. Aunque algo ha despejado y puedo ver el Torrecerredo levitando sobre las nubes.
Un HDR mientras hago tiempo.
La tarde va cayendo poco a poco y con el día parecen ir yéndose las nubes. Los Urrieles ya se muestran despejados.
Torre Santa también se libra de las nubes. Al poco llega un montañero. Es un francés que está conociendo los Picos. Poco después llegarían tres gallegos que van a escalar la sur de Torre Santa al día siguiente. Todos ellos gente maja con los que cenaré en agradable charla compartiendo luz, viandas y aventuras.
Pero antes de cenar yo quiero disfrutar del atardecer. No espero gran cosa, pero para eso he venido hasta aquí.
Me acomodo en mi atalaya, cámara en mano y empieza el espectáculo, con el sol descendiendo sobre el Cantu Cabroneru.
A medida que la luz decae, el cielo va cogiendo color.
Hasta que por fin, el sol sale de entre las nubes.
Y tiñe de rojos la vega y el refugio, ....
... los Urrieles, ...
... y las Torres del Cotalbín.
Ya no contaba con ello, pero Picos nunca defrauda. Sus atardeceres son únicos. En cuestión de unos pocos minutos, una tarde apagada, gris, triste y anodina, se transforma en una orgía de colores.
Como en una descarga de fuegos artificiales, el sol muere con una traca final incendiando los cielos. Nos hemos quedado "ojipláticos".
Terminado el espectáculo tocaba reunirse para cenar, charlar un rato, y luego cada uno a su litera. Mañana sería otro día y cada cual tenía sus planes. Los míos os los contaría AQUÍ. Os dejo el track completo de las dos jornadas.
Saludos
Cienfuegos
Un gran reportsje del que conozca por partes. Por La Duernona bajé una vez a Carombo...tremendo. Las fotos lo dicen todo, la niebla jugó contigo pero ganaste la apuesta a la misma
ResponderEliminarMira, por ahí no bajé yo nunca y ganas tengo.
EliminarSabes que tanto la Bermeja como los Moledizos los he repetido varias veces porque ambos son imponentes y encima añades Güerta que puede haber lugares que me gusten tanto pero no más...te tomaron el pelo un poco las nubes pero al final se portaron y obtuviste imágenes realmente bellas. Muchas felicidades por haberlas disfrutado y encima nos las muestres para disfrute nuestro. UN abrazo
ResponderEliminarGracias Paloma. Si que me acuerdo de alguna de vuestras visitas, como cuando subisteis precisamente por Pambuches.
EliminarUn abrazo
¡¡¡Que bueno, Javi !!! Como me alegro de que finalmente disfrutaras de esa maravillosa puesta de sol. Vega Huerta es increible. Lástima, o quizás suerte, de que esté tan abandonado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jose. Si que es un sitio precioso. Casi mejor que esté así de solitario. Precisamente allí hablábamos de que la supuesta masificación de Picos, va por barrios-
EliminarUn abrazo
Gracias por compartir todo, ruta, sensaciones, colores...
ResponderEliminarMe encantó la ruta.
Un saludo.
Gracias tejón. Como dije al principio, es de esas rutas en lo que de menos es la cumbre. Lo importante son las sensaciones, el disfrute en si mismo.
EliminarPero k fotos por favor¡¡¡Impresionante el reportaje, como.todos los tuyos, gracias
ResponderEliminarGracias Mercedes. No hay nada como estar en el sitio preciso en el momento justo.
EliminarFantástico Javi. Todo esfuerzo, al final tiene su recompensa y la tuya a sido grande. Felicidades.
ResponderEliminarSi que lo fue, Viti. Solo por ese anochecer, mereció la pena el esfuerzo.
EliminarMe has dejado con la boca abierta.Aparte de el rutazo que has hecho. Y el final, tan apoteosico. Bien que merecio la pena.
ResponderEliminarMi mas enhorabuena. Y muchas gracias, por compartir, ese espectaculo del atardecer. Un saludo
Gracias Sebas. Con la boca abierta me quedé yo allá arriba ante semejante espectáculo.
EliminarUn saludo
Son como dos mundos o rutas diferentes, algo así hemos vivido en algún momento y te quedas con la boca abierta!! Magnífica experiencia y documentación!
ResponderEliminarMuchos abrazos!
Pues si, tienes razón, son como dos rutas diferents. Fíjate que diferencia del mediodía al atardecer. Gracias y un abrazo.
EliminarLa montaña tiene esta grandeza, un día que empieza con ciertas dudas, termina con esa grandiosidad que nos enseñas en esas vistas, que sana envidia, por poder disfrútalo.
ResponderEliminarEnhorabuena por ese final tan impresionante.
Un saludo Javier
Como bien dices, cosas de la montaña. El caso es disfrutarla en cuaqluier circunstancia.
EliminarUn saludo