02 abril 2019

Peña Manteca y Llosoriu desde La Figar

Las tardes empezaban a estirarse lo sufiente como para que Pancho y yo retomaramos algunas de nuestras escapadas exprés, como esta, por tierras morciniegas en la que ascenderíamos al Llosoriu cruzando por dos veces el cuchillar de Peña Manteca. A la ida por el collado Buguriza y a la vuelta por una preciosa senda de la que desconozco el nombre pero que por si sola puso en valor toda la tarde. Por el medio, un viaje en el tiempo al pasado minero de Riosa y Morcín, visitando un patrimonio tristemente abandonado.


DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 14/03/2019
  • Zona: Cordal de Cuba
  • Concejo: Morcín (Asturias)
  • Inicio/Fin: La Figar
  • Distancia: 10,5 Km
  • Desnivel máximo: 580 m
  • Desnivel acumulado positivo: 810 m
  • Tiempos: 4 horas
  • Dificultad: Moderado.
  • Track: pena_manteca_y_llosoriu_desde_la_figar


Subimos el coche hasta La Figar, un pequeño caserío al que se accede por una estrecha carretera desde La Puente. Allí, a pie de coche podemos ver el marcado collado Buguriza que será nuestro primer punto de paso.


De momento toca subir por la hormigonada pista que se dirige al collado Pando, dejando a nuestras espaldas el Monsacro.


No llegaremos al collado Pando. En una cerrada curva, casi a la altura del collado, la dejaremos para cruzar por unos prados a la ladera de Peña Manteca.


En diciembre de 2022 me comentaron que está muy complicado subir a este primer collado cruzando por el citado prado porque parecen haberlo cosido a alambres hasta casi imposibilitar el paso, por lo que a día de hoy lo recomendable es subir un tramo más de pista para coger allí la senda que nos lleva directamente hasta el collado.

En un primer momento damos con una buena senda que gana metros, pero la ladera de Peña Manteca presenta mucha maleza y no nos arriesgamos a meternos de lleno en ella, así que seguiremos otra senda que sube paralela a la cresta, hacia el collado Pando.


Por fin localizamos una zona más despejada por encima de la cual damos con una senda, precaria pero suficente y que nos encamina hacia nuestro objetivo.


La senda se pega a las paredes del cuchillar de Peña Manteca y accede a una estrecha canal por la que subimos.



Casi en la collada salimos a la canal principal, por la que también podríamos haber subido. La Figar ya queda muy abajo.


Alcanzamos el collado Buguriza, que se abre entre abruptas paredes.


El collado enmarca al sur el Llosoriu, siguiente objetivo.


Sin embargo de momento queremos visitar la cumbre de Peña Manteca y lo haremos siguiendo la afilada cresta, por lo que nos izamos a ella.


Por desgracia la zona alta de la cresta está tomada de un denso matorral de lo que damos en llamar "avellano enano", tan pequeño como tupido y que pone a prueba la perseverancia del montañero más insistente.


Por fin, tras batallar un buen rato contra los avellanos coronamos Peña Manteca. Aunque la previsión era buena, la nube estaba bien agarrada a la Sierra del Aramo y acabaría por estropearnos la tarde.


Bajo la cumbre se abre el collado Pando que separa Manteca del Garcillero, con otra afilada cresta.


Nuestro camino sin embargo nos lleva al sur, descendiendo, no sin esfuerzo, al amplio collado Plano, nombre que posiblemente venga de la existencia de antiguos planos mineros en las inmediaciones, como comprobaríamos más tarde.


Al este se abre el valle del Caudal.


Remontamos el collado mientras dejamos tras de nosotros la afilada y quebrada crestería de Peña Manteca.


Ya damos vista al Parque Empresarial de Lloredo, a orillas del Caudal.


Por detrás de esta cuadra en ruinas, salimos a la traza de un gaseoducto, que nos servirá de corredor para ascender por el lomo del cordal hasta casi la misma cumbre del Llosoriu.


A mitad de ascensión nuestro cordal se une al de La Meruxega,  dando vista al valle de Nicolasa - con su pozo minero - que desciende hacia el núcleo de Ablaña. Por este valle también tengo subido al Llosoriu en otra entretenida jornada que os conté AQUI.


Poco a poco vamos ganando altura y va vemos al completo el cuchillar de Peña Manteca.


La zona alta del Llosoriu conserva las cicatrices de la intensa actividad minera a cielo abierto que soportó. Con todo se ha revegetado y hoy sirve para que pasten no pocas cabezas de ganado.


Aunque no solo vacas viven en el Llosoriu.


Con un último arreón coronamos el Llosoriu donde nos recibe un frío viento del nordeste que no anima a quedarse demasiado en una cumbre por otro lado conocida, así que unas fotos rápidas.


Al sur, hacia el valle de Cuna y más allá la cordillera.


Tirando de zoom, el Tresconcejos con la marcada pista que cruza por al collá Propinde.


El Cellón


Hacia las Ubiñas estaba muy cubierto, pero se veían el Tapinón y el Siegalavá.


Con el Aramo totalmente cubierto, me fijo en el Monsacro, donde aún me quedan cosas por hacer. Perfectas para otra tarde.


Y a Peña Manteca, de donde venimos. Por encima de ella, ...


...Oviedo, bajo el Monte Naranco.


Apenas paramos. Enseguida retomamos el camino perdiendo metros ahora hacia el oeste, hacia la amplia vega de Campa Braña, con algunas lagunas.


Desde las que volvemos a fijarnos en la zona de las Ubiñas.


Seguimos bajando hacia Campa Belonga, con una solitaria y arreglada cabaña, junto a la que haremos una parada para picar algo, más a cubierto del frío viento que en cumbre.


Mientras comemos volvemos a fijarnos en el Llosoriu.


Desde Campa Belonga una pista desciende al oeste hacia Villameri, pero nosotros bajamos al norte, por un sendero que serpentea por el centro de una vaguada, dirigiéndose hacia las fincas de La Raíz, donde antaño se ubicaba una mina de carbón.


Cruzamos un tramo con espléndidos ejemplares de haya y salimos a la trinchera del viejo ferrocarril minero.


Allí aparecen las primeras bocaminas de La Raíz. Desde este punto vamos a segur la traza del antiguo ferrocarril construido en 1902 y que conectaba las diferentes minas del Piso 8º, desde El Rebollal, pasando por Canales, La Raíz y llegando a Santa Ana, ya en Mieres, a través de un tendido de 7,2 Km de longitud que cortaba la ladera occidental del cordal del Llosoriu y que pasaba a la vertiente de Mieres por un túnel, el de La Boqueriza, de 600 m de longitud bajo la collada Plano.


Desde aquí vamos a ir pasando junto a diferentes elementos de tan rico como abandonado patrimonio industrial. Casetones y cargaderos, ...


...trincheras excavadas entre pudinga, ...


...puentes, ...


Mientras avanzamos vamos viendo al frente una vez más el cuchillar de Peña Manteca y en él identificamos la que será nuestra collada de paso en el regreso, así como la vira de hierba que de derechas a izquierdas sube hasta ella.

Seguiremos por la traza del ferrocarril casi hasta el emboquille sur del túnel de la Boqueriza. No llegaremos a él, ya que unos metros antes tomaremos un sendero que desciende a la izquierda.


Es allí cuando damos con los restos del plano inclinado por el que se subía el mineral desde el Piso 4º al Piso 8º por medio del cabrestante a vapor que se localizaba en la Muesca la Pudinga (para saber más de la historia minera de Riosa no dejéis de visitar este interesante enlace AQUI).


La senda se sigue sin problema. Desciende valle abajo hasta la ubicación de la Mina Esperanza. Hasta ella me tengo acercado en otro corto paseo siguiendo el PR.AS-106, como os conté AQUI. Sin embargo cuando la senda da una cerrada curva a izquierdas, la dejaremos para seguir otra que continúa de frente.


La senda, un tanto abandonada y con bastante barro, corta casi en horizontal una amplia vaguada pasando junto a viejas cabañas.


Ya vemos más próxima nuestra vira y la collada en la que culmina. La senda parece que se encamina directamente a ella.



Sabíamos que teníamos que dar con una peculiar cabaña construida al abrigo de la peña. Creíamos que nos daría más guerra alcanzarla, pero la senda nos llevó directamente hasta aquí. Una construcción singular.


Junto a la cabaña se abre una grieta por la que sube una retorcida senda con una pendiente extrema.


Más arriba la pendiente se suaviza un tanto, aún cuando sigue siendo fuerte.



Se trata de una senda preciosa que nos conduce sin problemas a la collada superior, de la que desconozco el nombre. En ella damos vista nuevamente al valle de La Figar y la Peña Garcilleru.


Nos despedimos del Llosoriu.


Descendemos por el lado contrario, entrando en el bosque, donde se pierde la senda. Bajamos con tendencia a la derecha y damos con lo que parece otra vieja senda.


Seguimos bajando junto a viejas lindes, ya comidas por el bosque.


Por fin saldríamos a una pista que nos llevará a la carretera de La Figar, solo unas decenas de metros por debajo de donde teníamos el coche.

Cerrábamos así una pequeña circular, en una tarde bien aprovechada. Os dejo el track.


Un saludo
Cienfuegos

6 comentarios:

  1. Coime que guapa!! y esi remate final por el seducu, preciosu.
    Muy interesante lo del ferrocarril minero.

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    1. Robámos-yla a Yoni que la había hecho ya va una buena temporada. Home, Yoni enfollonose un poco al bajar desde la boca del túnel a la cabaña del sedu, nosotros al no llegar al túnel, bajamos muy bien. La caja del tren, la verdad que ye un paseo muy guapu.

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  2. Que guapa y al lado de casa, para no tener que tirar de tanto coche, y esa canal de Manteca muy buena pinta, te la copio para un día corto de salida.
    Un Saludo,

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    1. Muy guapa Luis, ya verás. Para un rato, una mañana o una tarde.
      Un saludo

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  3. Para subir al primer collado cruzando por el prau en la curva nos costó lo que no está escrito porque ya fuera del prau cortaron avellanos y pusieron alambres para dificultar y casi imposibilitar el paso. Merece la pena subir un tramo más de pista para coger allí la senda que nos lleva hasta el collado.

    Una vez en el collado tuvimos un viento que casi nos hace volar sin dar tregua durante toda la ruta asi que a la vuelta decidimos volver por la pista y no cruzar ese paso que tanto me apetecía. Habrá que volver.

    Ruta guapa para una mañana y volver a casa a comer.

    Muchísimas gracias.

    Un saludo. Sergio.

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    1. Joer, que manía de coserlo todo a alambre, de verdad. Voy a poner un comentario con lo que me dices en la entrada como aviso a navegantes. Lo del paso ese que os dejasteis, de verdad que merece la pena, así que si, intentar volver que es muy chulo. Gracias a tí, Sergio.

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