29 diciembre 2022

Cordal de los Llanos de Somerón desde Santa Marina

Aún no conocía yo el cordal de los Llanos de Somerón. Sin embargo, la cumbre del Curuchu Braña o Corullo si que estaba apuntada para un día de esos cortos o en los que no nos sobrara el tiempo y me pareció que además la época era propicia. La previsión era de un día despejado que nos habría de regalar buenas vistas sobre el Macizo de las Ubiñas. Como alternativa al más habitual punto de salida desde el pueblo de Llanos de Somerón, nosotros lo haríamos desde Santa Marina lo que suponía algo más de desnivel, para a cambio nos iba a permitir recorrer un corto tramo del Camino del Salvador.

DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 26/11/2022
  • Zona: Cordal de los Llanos de Somerón
  • Concejo: Lena (Asturias)
  • Inicio/Fin: Santa Marina
  • Distancia: 16 Km
  • Desnivel máximo: 620 m
  • Desnivel acumulado positivo: 820 m
  • Tiempos: 4 y 3/4 horas
  • Dificultad: Fácil. Se trata de una ruta sencilla, por pistas y buenos caminos.
  • Track: Cordal-de-los-Llanos-de-Someron-desde-Santa-Marina
 


Aparcábamos a la entrada de Santa Marina, junto a la ermita de Santa Marina Gloriosa para iniciar nuestra andadura atravesando el pueblo casi hasta su final, ee donde, entre unas casas, asciende un ancho camino.


Al otro lado del valle de Valgrande vemos las casas de Flor de Acebos, en la carretera de Pajares, con la estación del pueblo de Pajares a la derecha.


El camino, casi diría pista, asciende con fuerte pendiente y sin dar un respiro. Poco después de salir de Santa Marina habremos dejado atrás un ramal a la derecha que será por el que regresaremos más tarde.



Por fin, tras ganar algo menos de 200 m de de duro desnivel, salimos a otra pista de mayor entidad que proviene de Chanos (Llanos de Somerón) y en la que tomamos a la izquierda.


Esta pista va a seguir ganando metros, pero ya con menor pendiente, cortando la ladera oriental del Cordal de Llanos de Somerón y dirigiéndose a la amplia collada del fondo.



Al otro lado del valle se alza el Pico Cellón, con el pueblo de Pajares colgado a media ladera.


Un último repecho nos lleva a un cruce donde dejamos a la izquierda una pista que desciende hacia el collado del Pandu, para tomar el ramal de la derecha, que va a hacernos cambiar de vertiente, para pasar al valle del Güerna o Huerna, 


Atrás se queda momentáneamente el valle de Pajares y sobre él, el alto del Puerto Pajares, con su Parador.


Disfrutamos ya de las primeras vistas sobre el Macizo de las Ubiñas. El mayor interés que puede ofrecer esta ruta y el Cordal de los Llanos de Somerón es, precisamente, las estupendas vistas que ofrece sobre las Ubiñas.



La pista avanza ahora en llano, cortando el extremo sur del cordal.


Nuestra pista va a morir junto a la cabaña de La Tixera, en un precioso balcón sobre el Huerna.



Dejamos atrás la Tixera y seguimos un marcado sendero que va a superar un collado antes de auparse a lo más alto del cordal.



Al ganar el cordal damos con lo que puede parecer una nueva pista, si bien en realidad es la traza de un gaseoducto, regularmente balizado con postes amarillos.



Siguiendo esta ancha traza avanzamos rápidamente y enseguida ganamos la cumbre de Las Estacas y poco después la del Carril, que en algunos mapas aparece como el Cuitu Artos.


Cumbre del Cuitu Artos


En el Cuitu Artos pastaba un buen rebaño de cabras, acompañada de un indolente mastín que no nos hizo el más mínimo caso.



La cumbre de La Tesa, con la Foz de Caviyera a su izquierda. Por ahí le entramos hace una temporada, como os conté AQUÍ.


Seguimos recorriendo el cordal y disfrutando de sus vistas, sobre las Ubiñas a la izquierda, ....


... y el valle de Pajares a la derecha.


Al fondo se abre el valle de Congostinas, coronado por el Pico Pedro García. Sobre este también tenéis información en el blog.


Al fondo se alza el Tres Concejos.


El Cellón va quedando atrás.


Poco a poco la pista inicia un suave y largo descenso hacia la collada del Truncu.


En esta parte vamos junto a la linde de los preciosos hayedos que se abren en la vertiente del Huerna.


Cruzamos la vega que se abre en la collada del Truncu, donde parece hacerse algún tipo de fiesta ya que cuenta con una estructura de madera como para montar un bar, y acometemos el duro, durísimo, repecho que nos separa de la última cumbre del cordal, la del Corullo o menor dicho, Curuchu Braña, situada en el extremo norte de éste.


Aquí no se andan con tonterías. Si hay que poner una cruz de cumbres, se pone una de 3 m de altura.


En cumbre íbamos a parar un rato y a comer mientras contemplábamos las montañas que nos rodeaban. Una pena que el día, que había amanecido despejado, se había ido cubriendo de brumas que no solo limitaban las vistas, sino que además dejaban una luz mortecina que deslucía mucho las fotos.  La Tesa, con la Mesa a la derecha.


Nuevamente el Macizo de las Ubiñas.



El valle del Lena, con la Sierra del Aramo a la izquierda.


El Gamoniteiro con Peña Podre a la izquierda.


Pola de Lena


El cordal que asciende desde el Pedro García hacia el Pico la Boya.


Y el Cordal de los Llanos de Somerón que hemos venido recorriendo hasta aquí.


Tras un rato en cumbre, iniciábamos el descenso. Primero de nuevo hasta la collada del Truncu, donde a la izquierda de la pista que habíamos recorrido, sale otra que desciende a la izquierda y que habrá de llevarnos a Chanos.



Guapa pista que permite un descenso cómodo.


Chanos ya a la vista. Al fondo la cabecera del valle de Valgrande.



Por fin alcanzábamos Chanos, donde aprovechamos para visitar la Iglesia de Santiago, escoltada por un tejo de buen porte.



Cruzamos Chanos de parte a parte, siguiendo las marcas del Camino del Salvador, si bien lo vamos a recorrer en sentido inverso, alejándonos de Oviedo.


Dejamos Chanos por entre las fincas en donde en otros tiempos tantos arbeyos (guisantes) se plantaban hasta el punto de que el pueblo se volvió famoso por ellos. Hoy día seguramente ya serán pocos quienes los planten.


El tramo de Camino del Salvador que vamos a recorrer resulta ser una preciosidad y casi que de lo más guapo de la ruta. Sin duda fue un acierto iniciar nuestra andadura en Santa Marina en vez de en Chanos, ya que ese cambio nos permite recorrer este tramo.




Todavía quedaba algo de otoño para dar color a la ruta.



Finalmente nos aproximábamos a Santa Marina, saliendo justo antes de las primeras casas a la pista por la que iniciábamos nuestra andadura unas horas antes.




Y allí, junto a la ermita, cerrábamos la circular, nos cambiábamos de ropa y jugábamos un rato con un grupo de no menos de seis gatos de lo más simpáticos y cariñosos. Lo siento, pero es que yo soy muy de gatos. Os dejo el track.


Un saludo
Cienfuegos

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