Llegaron de noche, amparados en la oscuridad.
Como ladrones. Como lo que eran. Como lo que son. Delincuentes.
Robaron. Mataron, Saquearon y vilipendiaron.
Arrasaron con todo y con todos sin importar las consecuencias.
Nada se ganaba allí y en cambio todo se perdía.
No les importó.
Quemaron mi bosque, mi monte, mi patio. Quemaron mi Naranco.
Y con cada nuevo paso que de por él, mentaré a la madre que los parió. Hideputas.
- La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas...
- ¿Qué gigantes?
- Aquellos que allí ves, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
- Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas...
- Bien parece que no estás cursado en esto de las aventuras. Ellos son gigantes y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.
No soy yo de hacer propósitos de año nuevo.
Si acaso pediría más ilusiones y menos desengaños,
más sueños y menos pesadillas.
más risas y menos llantos.
Pediría imaginar, experimentar, aprender, disfrutar, compartir, ... vivir.
Pues empieza muy bien el año.
ResponderEliminarSaludos.
Ya sabes que las cosas no suelen ser como empiezan, si no como terminan. Deja a ver. De momento, cruzaremos los dedos. Un saludo
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