05 abril 2023

Mirueñu y Salgar desde Sardea

La primera nevada seria del año había dejado las montañas bien cargadas, llegando la nieve incluso a las sierras costeras, lo que nos iba a permitir una ruta poco habitual. Una invernal pura y dura en una sierra como la del Sueve. Para ello programamos una circular saliendo desde Sardea para ascender al Mirueñu. Al final la cantidad de nieve polvo y la propia configuración del Mirueñu, de terreno muy quebrado y con innumerables grietas, aconsejaron renunciar a la cumbre a pocos metros de ella, quedándonos con las de la Múa o Salgar y el Ovines o Ruxiñéu.

DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 30/01/2023
  • Zona: Sierra del Sueve
  • Concejos: Piloña y Parres (Asturias)
  • Inicio/Fin: Sardea
  • Distancia: 15 Km
  • Desnivel máximo: 755 m
  • Desnivel acumulado positivo: 840 m
  • Tiempos: 6 y 3/4 horas
  • Dificultad: Moderada. La zona alta de la Sierra del Sueve puede ser de difícil orientación. En el descenso hacia Sardea nos encontramos con algunos caminos cortados con alambradas lo que obligó a saltar algún cierre.
  • Track: miruenu-y-salgar-desde-sardea


Dejamos el coche a la entrada de Sardea, junto a la capilla, donde hay algo de sitio para aparcar y unos bancos que nos vendrían de perlas para cambiarnos de ropa cómodamente más tarde.


El día frío, pero la previsión era buena, de ir mejorando. Al final lo haría, pero ya avanzada la tarde, con lo que nos sirvió de poco. De momento parcialmente nublado y con un bonito mar de nubes cubriendo el fondo de los valles.



Subimos por la pista que yo ya conocía de anteriores visitas, pasando junto a un depósito de agua para lucha contra incendios y dirigiéndonos hacia las cabañas de La Collada.


La pista sube con fuerte pendiente que solo suaviza un tanto ya próximos a llegar a las citadas cabañas.


Cruzamos por entre las cabañas, donde andaban sueltos varios gochos - amigos, que no parientes, que os veo venir - y seguimos subiendo.


La pista da paso a un buen camino que se dirige con un par de revueltas hacia la cabecera de la Riega Casilda, hacia la amplia collada de Los Cuetones o Tiegu, que ya se vislumbraba al fondo.


Primero cruza la vaguada a la derecha, hacia las peñas de La Tayadura.



Y luego sigue ganando metros hacia la collada  los Cuetones, al pie del Picu Tiegu, cuando tomábamos contacto ya con la nieve, que nos sorprendió a menor cota de lo esperado.


En la collada los Cuetones damos vista a la vertiente contraria, la que baja hacia el pueblo de Fios, con la cumbre del Mirueñu en el centro de la foto y viéndose hasta el Pienzu, al fondo. Y si. Había bastante más nieve de la que contábamos.


El día no acababa de abrir, de hecho aún iría a peor, y hacia Picos de Europa la visibilidad era muy mala.


En vez de tomar la senda que desde la collada asciende con una suave travesía  a ganar la zona alta de la sierra, decidimos tomar otra que pierde metros para luego intentar cortar a media ladera hacia les Cabañes de Españéu, en la vertical del Mirueñu, para intentar ascender directamente desde ellas.


Fue mala idea. Las sendas que cortan la ladera están muy tomadas de maleza y las pillamos parcialmente cubiertas de nieve, de manera que a cada nada las perdíamos, quedando en medio de un mar de cotoya. Al final desistimos y optamos por ganar la senda que sube desde la collada Los Cuetones, que era terreno conocido. Ojo en esta parte, si vais a seguir el track. 



Entramos por Cuetu Menor, al sur de La Salgar, donde hay un abrevadero que estaba completamente helado.


Comenzamos a ganar metros hacia la cumbre de La Salgar o La Múa, pasando junto a la balsa de agua.



Cumbre de La Múa o La Salgar. Y sí, efectivamente el día se había estropeando. Con todo no soplaba nada de aire y no hacía excesivo frío. Vemos el extremo sur de la sierra, por donde saldremos después.


En primer término, a la derecha, el cordal del Ovines o Ruxiñéu que recorreremos más tarde. 


Hacia Picos apenas se distinguía nada ya.


Tirando de zoom y procesando algo la foto en casa,....


Nosotros de momento seguimos al Mirueñu.


Mucha nieve en esta zona y ni una huella. Todo nieve polvo virgen. Tanta que hubiera dado para una buena raquetada y de hecho no nos habrían sobrado nada las raquetas. Pero se habían quedado en casa.



Poco a poco vamos negociando el terreno, que es en las vegas donde más ayuda y en las crestas y tramos quebrados donde más problemas tenemos.



De momento dejamos el refugio de El Potril a la izquierda y tiramos directos al Mirueñu.


Sin embargo no hubo nada que hacer. El Mirueñu es muy quebrado. Sin nieve vas buscando las mejores zonas, pero con nieve no sabíamos donde pisábamos. A cada paso jugábamos a la lotería de ver quien era el primero en partirse una pierna allí mismo. Así que, al final, desistimos. Veces habrá de volver a visitarlo. Hoy tocaba disfrutar de la nieve y para eso teníamos de sobra en mejores zonas.



Así que nos volvimos al Potril, donde pensábamos parar a comer. Incluso pudimos sacar un tablón de madera y colocarlo sobre unas piedras para comer sentados en seco. Todo un lujo. Luego volveríamos a guardarlo.


La laguna del Potril congelada y detrás el Mirueñu, tan cerca y a la vez tan lejos. La verdad que daba un poco "pol saco" no haberlo subido.


Tras comer tocaba seguir con la ruta que nos quedaba por recorrer un buen trozo de sierra y según como estuviera la nieve nos podía llevar bastante tiempo. Con las sendas cubiertas y ni una sola huella, tocaba tirar de intuición para dar con la mejor salida en aquel mundo de foyos, hacia la vega de Espineres.


Vamos dejando a nuestra izquierda la cumbre de la Múa o la Salgar por donde pasamos hace un rato. 



Al llegar a las cabañas del Requexu localizamos por fin un rastro de huella que nos va a guiar hacia Espineres.


Llegamos a Espineres, donde ya había menos espesor y buena huella. A partir de aquí avanzaríamos más rápido. De momento no habíamos visto ni  rastro de gamos. Bueno, ni gamos, ni nada en realidad.


En Espineres tomamos la pista que desciende hacia el Altu la Llama y la seguimos hasta la collada Ovines, donde nos asomamos al oeste, hacia la costa de Villaviciosa.


Abandonando la pista seguimos al sur, por una senda que nos lleva hasta una estupenda cabaña.


Para alcanzar el extremo sur de la sierra optamos por recorrer lo que nos queda por el extremo occidental, pasando por la cumbre del Ruxiñeru u Ovines.


A la derecha (occidente) del cordal se abre una especie de plataforma que resulta más cómoda de andar, con buen pisar sobre la capa de nieve, mucho mejor que la zona alta, muy quebrada.


Pasamos junto a una pequeña laguna.



Las vistas se abren hacia la costa, hacia Colunga, la playa de la Griega y el faro de Lastres y hasta el espigón de su puerto.



Ganamos la cumbre del Ruxiñeru u Ovines, desde donde volvemos la vista atrás, al Mirueñu.


La tarde iba a mejor y los Picos empezaban a verse con más claridad.


El Cantu Cabroneru con una impresionante nevada.


También se abren las vistas sobre la ría de Villaviciosa y el Puntal.



Vamos a tener que descender hacia la amplia Collada de Tardamoñes que conforma el extremo sur de la Sierra del Sueve, con una buena vista de Picos al fondo.



Torrecerredo


Descendemos por terreno muy quebrado, pero conseguimos dar con una senda que se retuerce encaminándonos de buena manera hacia la Collada Tardamoñes, en la que saldremos de la línea de nieve.



Por debajo de la Collada de Tardamoñes entroncamos con una marcada y evidente senda que va a girar a la derecha, dirigiéndose a la Collada de Campucima, bajo la redondeada silueta del Picu Ordiyón.



Es aquí, por debajo de la línea de nieve donde por fin descubrimos a los rebaños de gamos que habíamos echado en falta por arriba. Decenas de ellos que salen corriendo en cuanto nos ven y no me dejan mucho tiempo a tirarles una foto decente.


El la Collada Campucima nos situamos en la cabecera del valle Pelavieyu, o simplemente El Valle, que desciende ya hacia Sardea. En otros tiempos había senda que bajaba a la derecha de los prados, pero en mi anterior visita pude comprobar que está perdida, cerrada con alambres y completamente impracticable.


Así que optamos por seguir la senda que bordea la base del Ordiyón y que se dirige a la amplia collada  de La Salgar, para tomar desde allí la pista que desciende hacia Sardea, cuyas casas ya vemos abajo. 


Para nuestra desgracia comprobamos que las antiguas sendas también aquí se encuentran cerradas con alambre de espino y al quedar inutilizadas la maleza las invade, por lo que no nos quedó más remedio que saltar un par de cierres, cruzando los prados para ganar la pista que baja hacia Sardea. De verdad que lo de cerrar con alambre los caminos, yo es algo que no entiendo.


Ya en la pista solo nos quedaba bajar hacia Sardea, cuando el día por fin había despejado, el sol casi que hasta calentaba y los Picos de Europa se mostraban espléndidos con una preciosa nevada.



Junto a la capilla, aprovechando los bancos que allí hay y al sol, nos cambiaríamos de ropa para luego acercarnos a tomar la correspondiente cerveza ya de regreso a casa. Os dejo el track, pero cuidado con los caminos cerrados.


Un saludo
Cienfuegos

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