29 junio 2021

Piedra Bellida por el Sedo Inabio y el Horcado Turonero

Tan solo una semana antes habíamos recorrido parte del camino viejo del Cares entre Caín y Bulnes. En aquella jornada, queriendo evitar el paso por el Ḥorcáu Turoneru, intentamos el cruce por el Sedu Inabiu sin conseguir dar con el paso correcto. Semejante afrenta no podía quedar sin satisfacción, así que solo unos días después volvíamos a aparcar en Poncebos para, ahora si, cruzar el Sedu Inabiu y volver por el Ḥorcáu Turoneru desde el que remontaríamos la canal de Piedra Bellida al Colláu Cerréu y, tras una fugaz visita a la majada de Orandi, regresar por Amuesa y Bulnes.

DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 29/09/2020
  • Zona: Picos de Europa. Macizo de los Urrieles
  • Concejo: Cabrales (Asturias)
  • Inicio/Fin: La Trapa. Poncebos 
  • Distancia: 22 Km
  • Desnivel máximo: 1.400 m
  • Desnivel acumulado positivo: 1900 m
  • Tiempos: 9 y 1/2 horas
  • Dificultad: Difícil. El paso por el Sedu Inabiu e incluso algún tramo del Ḥorcáu Turoneru pueden resultar aéreos y apenas si son perceptibles sendas. Todo el entorno de las canales de la Raíz, Ría y Piedra Bellida es complejo, de difícil orientación y donde hay que procurar no equivocarse, a riesgo de enrisque.
  • Track: piedra-bellida-por-el-sedo-inabio-y-horcado-turonero



De nuevo volvíamos a aparcar en La Trapa, por encima de Poncebos, y de nuevo tomábamos la senda inferior del Cares a buen ritmo y bien de mañana.



Le echamos un cable a un montañero despistado que había equivocado el camino y pretendía seguir río arriba desde el punto donde la senda inferior asciende a enlazar con la superior y más habitual.


Pocas fotos en este tramo que, por otro lado y dada la hora, volvíamos a poder disfrutar casi en soledad en un verano en el que lo habitual aquí eran las aglomeraciones. Finales de verano y el Farfao echando agua como si no hubiera un mañana.


Y llegando a Culiembru ya vemos la ladera por la que vamos a tener que ascender hacia Pandu Culiembru, al otro lado del Cares. Abajo, sobre el río, vemos la Puente Vieya a la que habremos de descender en un primer momento.


La Puente Vieya. En esta ocasión no hubo baño. No eran horas.


El río traía buen caudal para las fechas en las que estábamos, por las lluvias de unos días antes. De hecho se había desechado otra opción de ruta que conllevaba un vadeo del Cares, precisamente por eso. Quedaba pendiente.


Sin prisa pero sin pausa vamos subiendo por la vieja senda y pronto alcanzamos la solitaria cabaña de La Quintana, en Pandu Culiembru.


Una vista atrás nos deja ver la senda del Cares ya bastante por debajo nuestro.


Ascendemos a la collada donde se da vista a la parte baja de la Canal de Piedra Bellida. Frente por frente, al otro lado de una especie de embudo, vemos una segunda collada, casi al mismo nivel. A ella debemos dirigirnos para buscar la entrada al Sedu Inabiu.


Ascendiendo a esta nueva collada.


Y lo que vemos es esto. Una ladera que se precipita sin solución de continuidad hacia el Cares, cerrada la frente por un espolón rocoso. En un primer momento damos con rastro de senda, incluso con alguna marca, pero enseguida lo perdemos.


Damos vueltas e incluso nos acercamos al espolón. No acabamnos de ver la entrada al sedo. Bajo unos metros, pero la verdad es que el abismo que se abre allí pone los pelos de punta. El Cares y la senda a vista de pájaro.


Y sin embargo es allí donde doy de nuevo con un rastro de senda. Aviso a mis compañeros que bajan hasta una pequeña plafatorma.


De ella arranca una repisa que constituye el sedu Inabiu


Vista hacia atrás


Hay un punto donde puede haber que echar la mano. Ser es muy sencillo y tiene un ancho suficiente para que no presente problemas.


Y sin embargo es un punto en el que no te puedes despistar. La caida hacia el Cares es impresionante y fatal de necesidad.

El sedo nos deposita en la Canal de la Raiz, un pedrero insufrible que toca remontar como mejor se pueda, quizás un poco mejor por su margen derecha (izquierda subiendo), aunque en realidad, no hay zona buena.


Cabeza Llambria


La Canal de la Raíz se hace dura. Es corta pero la pendiente es brutal y tiene muy mal caminar.


Por fin alcanzamos la Ventaniella, que forma el collado de salida de la canal.


En la Ventaniella damos vista a la amplia Canal de Ría, con muy mala luz al tener el sol justo al frente.


Mis compañeros descienden hacia la Canal de Ría, pero yo me acerco en un momento a una pequeña cota a la derecha de la Ventaniella y desde ella contemplo la parte alta del Desfiladero del Cares con Peña Santa al fondo.


La senda del Cares ya muchos metros por debajo de nosotros.


Hacia aguas abajo del Cares


Seguimos ruta. Toca ahora internarse un tanto en la Canal de Ría para tomar la senda, por llamarla algo, que habrá de llevarnos al paso del Ḥorcáu Turoneru. Una panorámica de camino.


Pronto localizamos la senda que asciende a la izquierda, buscando el paso del Ḥorcáu Turoneru. Apenas si se aprecia una trocha, un rastro que asciende pegado a las paredes de la derecha. Hay algunos jitos que ayudan, aunque tampoco muchos.


Volviendo la vista hacia la espalda vemos la ubicación de la Ḥorcadina´l Cuebre, puerta de acceso a los pastizales de Cuesta Duja, por donde bajamos en nuestra anterior visita por estos lares.


El ascenso no da tregua. Ni un metro llano, así que de tanto en tanto, una parada para sacar una foto, contemplar tan imponentes vistas,....y recuperar el resuello.


Seguimos subiendo en un tramo en el que la senda se interna en una corta y estrecha canal en la que hay que echar la mano. Al fondo a la izquierda, la Ḥorcadina´l Cuebre.



La senda accede a una especie de embudo donde se muestra más evidente. Aunque continúa subiendo, como no.


Se sale del embudo con un cruce a la derecha en el que hay que poner cuidado. Sencillo, pero un resbalón te lanzaría muchos metros abajo.


Si en vez de salir a la derecha, lo hiciéramos a la izquierda, nos encaminaríamos al paso del Ḥorcáu Turoneru Bajeru, en la horcada que se aprecia a la derecha. No era ese nuestro objetivo.


El nuestro era el Ḥorcáu Turoneru Cimeru y por fin alcanzamos la horcada de salida, dando vista a las paredes que encierran la Canal de Piedra Bellida.


Hacia abajo volvemos a ver la verde campera de Pandu Culiembro. Largo rodeo el que hemos dado para casi volver al mismo punto, pero de lo que se trataba era de seguir conociendo los recovecos de este macizo y eso no suele ser, ni lo más corto, ni lo más sencillo.


Aquí volvía a ser terreno conocido para todos. Tocaba ascender la Canal de Piedra Bellida. Larga canal, pero con bastante mejor andar que la de la Raíz. Así que a agachar la cabeza, marcar cada uno su propio ritmo ... y paciencia.


La había bajado hacía unos años. La verdad es que se hace larga, sobre todo la última parte, cuando crees que ya estas saliendo de ella, pero en realidad, parece no acabarse nunca.



Pero si, se acaba. Y la recompensa viene en forma de mirador, el del Colláu Cerréu, al que nos acercamos.


Y a disfrutar de las vistas. Os recuerdo que en el blog teneis otra entrada de mi anterior visita AQUÍ. La primera hacia Cuesta Duja.


El Cares con la senda y al fondo del valle,....


...Caín.


La senda ya algo más animada que cuando nosotros la transitamos tan de mañana.


Sector de Llerosos


Ostón. Inconfundible.


Monte Llué. El subir por él es otra vieja idea que se va quedando de año en año.


Tras el momento contemplativo, continuamos ruta, tomando dirección a Amuesa.


Pasando sobre la parte superior del Monte Llué


Salimos a las praderías de Amuesa. Aquí intentamos no dejarnos caer, sino seguir bastante altos.


Cruzando sobre la laguna que suele haber en Amuesa, con las cabañas de la majada al fondo.



Y es que la idea no era bajar por la canal de Amuesa, sino acercarnos a Orandi, por lo que hay que ganar el colladín que se abre en la Cuesta del Trave cuando ya sobresale al fondo el Cuetu Albo.


Un rebaño de rebecos que sorprendimos al ganar el colladín.


La idea original era pasar de Orandi a la majada del Acebuco para bajar desde allí directos a Bulnes, pero cuando vimos el siguiente tramo, con la canal de acceso a la ladera del Cuetu Albo,...como que se nos quitaron las ganas. La verdad es que se hacía tarde para alargar la ruta de tal manera y quién más, quién menos, iba maduro.


Nos acercamos, eso si, a lo que queda de la majada de Orandi.



La alternativa era el descenso directo de Orandi a los Llanos del Toru, pero no lo habíamos previsto y no sabíamos como era. Total, que nos conjuramos para otra ruta en la que  pasaríamos del Acebuco a Orandi para el posterior descenso desde aquí. Este descenso sí que lo realizaría yo al año siguiente, de vuelta de mi ascenso al Cuetu Albo, como os conté AQUÍ.


Así que nada. Tras picar algo, volvíamos sobre nuestros pasos a Amuesa.


El resto es de sobra conocido. A encarar el descenso por la canal de Amuesa con la collada de Pandébano al fondo.


Bulnes. La Villa ya en sombras. El Castillo aún recibía los rayos del sol.


Bajando hacia los Llanos del Toru, con parada en la fuente a echar un trago.


Y casi sin tocar el barrio de arriba de Bulnes, bajábamos hacia el Puente Colines, con la canal del Texu ya a la vista.


El último tramo a buen ritmo que las cervezas ya nos estaban llamando a gritos.

Aún habría tiempo de refrescar las piernas en el Cares. Luego tocaba el ritual de cambio de ropa y cervezas para rehidratar el cuerpo antes de volver a casa. Como suele ocurrir, una ruta que abre las puertas a otras. ¿Se cumplirán los planes? Ver, veremos. De momento, os dejo el track.


 
Un saludo
Cienfuegos

2 comentarios:

  1. Hola.

    La de vueltas que se le puede dar a un paraje tan conocido como el Camino del Cares. Este, como otros que nos has mostrado, ofrece unos paisajes bellos pero duros, con pasos espectaculares como el sedu Inabiu.

    Buen trabajo de investigación, que aunque, no pudierais completar al 100%, es la excusa perfecta para volver por la zona, aunque con las pocas sombras que se aprecian en las fotografías, me imagino que ya para el otoño.

    Salud y montaña.

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    1. Buenas Eduardo. Pues si, todo el entorno del Cares está cosido a antiguas sendas, no siempre sencillas, pero que tienen un componente montañero muy atractivo. Seguiremos tirando de ellas. La ruta fue de finales del verano pasado y no dió tiempo a más. Este año volveremos por la zona, sin duda.
      Un saludo

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